Germán de los Santos
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Ambos postulantes, tanto  Daniel Scioli como Mauricio Macri, estuvieron forzados a emprender el último tramo proselitista en Santa Fe un poco más solos. Omar Perotti dejó de aparecer junto al gobernador bonaerense cada vez que arribaba a la provincia, como ocurrió en las últimas semanas de octubre, mientras que Carlos Reutemann emprendió un viaje al exterior y se hizo a un costado en el camino rumbo a la segunda vuelta.
En este último tramo los que deben terminar de torcer las voluntades de los electores son los propios candidatos. Más allá de los colaboradores y de los posibles equipos de gestión, la política argentina es personalista. Y el candidato presidencial es el que debe centralizar las propuestas y las estrategias para sumar votantes. Es una acción preliminar a lo que le esperará al que gane cuando llegue a la Casa Rosada.
Un punto importante en la campaña de cara a la segunda vuelta fue el acto que encabezaron Macri y Ernesto Sanz, presidente del radicalismo, en Santa Fe. Allí se realizó el foro de intendentes de la UCR que abroqueló a más de 450 jefes comunales de diferentes partes del país. No fue una casualidad la elección de la capital provincial como escenario para mostrar a un radicalismo encolumnado con la Alianza Cambiemos. José Corral, intendente de Santa Fe, es uno de los dirigentes que es mirado con mayor proyección dentro de ese partido.
“Se termina la Argentina del ‘vamos por todo’ y arranca el país del equilibrio, el respeto y la alternancia. Hemos abierto una puerta para que entre aire fresco a un sistema democrático que corría el riesgo de caer en el peor de los extremos, el del partido único y la hegemonía”, dijo Sanz frente a los dirigentes.
A pesar del complejo tejido del Frente Progresista, Corral nunca mostró grietas ni dudas para sumarse a Cambiemos y pedir el voto para Macri. La postura contrastó con la posición que fijó el Partido Socialista, socio de los radicales en Santa Fe desde hace más de 20 años, de votar en blanco.
Sin embargo, Miguel Lifschitz, gobernador electo, dio claras señales hacia el interior del radicalismo. Nombró seis dirigentes de ese partido como miembros de su gabinete de ministros. El propio vicegobernador electo Carlos Fascendini aseguró en la presentación del equipo del nuevo gobierno en Rosario que él iba a ser uno de los encargados de entretejer la nueva relación con la Nación si Macri gana el balotaje.
Lifschitz, por su lado, ya había mantenido contactos con Daniel Scioli, pero prefirió no reunirse con el gobernador bonaerense en medio de esta nueva coyuntura electoral. El senador provincial debe ejercitar el equilibrio en medio de la pérdida de referencia a nivel nacional que socavó al socialismo.

Las dos fórmulas
En cambio, la intendenta Mónica Fein recibió el mismo día a la candidata a vicepresidenta de Cambiemos Gabriela Michetti y a Scioli en la Municipalidad de Rosario. Fein había desafiado a los dos espacios políticos que están en pugna que vinieran a la ciudad a explicar sus planes para la región. La agenda pasó por el tema seguridad y narcotráfico. Al menos de esos temas hablaron Michetti y Scioli después del encuentro. Fein le entregó carpetas y libros del Plan Estratégico de la ciudad y algunas obras fundamentales que necesitarían para hacerse realidad el aporte de fondos nacionales.
Tanto Scioli como Michetti desgranaron una ristra de promesas. El candidato del Frente para la Victoria anunció que si llega a la presidencia de la Nación va a crear un “fondo especial destinado a las grandes ciudades, como Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe”.
Michetti sostuvo que “hubo un descuido del gobierno nacional en Rosario para que se asentara el narcotráfico. Es una ciudad con elementos y situaciones que favorecen para que se instale el narcotráfico, por la atracción de los puertos que posee y porque hubo una desprotección muy importante del gobierno nacional”. “Antes de cada elección el gobierno nacional hizo fuertes despliegues de las fuerzas federales en Rosario, pero después se van. Eso no sirve. Y no es culpa de la intendenta sino desde el gobierno nacional”, aseguró Michetti.
La candidata a vicepresidente le prometió a Fein que “la lucha contra el narcotráfico va a ser una de las prioridades de la gestión de Cambiemos. Vamos a reunir a los 24 gobernadores y a los intendentes de las ciudades más importantes del país para consensuar las políticas de seguridad. Pero el arquero del plan, que va a atajar todo, va a ser el presidente; no los intendentes y gobernadores”.
“La ciudad ha sido protagonista”, sostuvo la intendenta Mónica Fein tras las dos reuniones que se hicieron en su despacho. “Fue un día muy importante para la ciudad porque el haber tenido a las dos fórmulas. Demuestra la importancia que tiene Rosario para el país. Les entregamos el plan estratégico metropolitano y el de la ciudad, y les trasmitimos los diez puntos que el Consejo Económico y Social viene trabajando, que tienen que ver con seguridad, empleo, vivienda, obras de infraestructura, pymes, financiamiento de las ciudades, educación”, sostuvo la intendenta a la prensa.
Carina Rabolini, esposa de Scioli, fue una de las dirigentes más activas en el sur provincial. Donó sangre en apoyo al Día Mundial de la Donación de Sangre, y se sacó fotos en la peatonal Córdoba. Le hizo un guiño al Partido Socialista. En una entrevista con el diario La Capital dijo que cree que “van a acompañar a Daniel” porque “los socialistas están mucho más cerca de su pensamiento”.


LAS ABUELAS 
Otra dirigente que llegó a Rosario para respaldar la candidatura de Scioli fue la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, quien el martes visitó una escuela técnica de zona noroeste. Ayudó a terminar un mural y dio una charla sobre violencia de género. También habló sobre el balotaje del 22 de noviembre y recordó que el candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, nunca recibió a Abuelas.
Carlotto advirtió que Scioli “no es lo mismo que Cristina (Fernández) así como Cristina no es lo mismo que Néstor (Kirchner)”. “Lo que tienen en común es que son del mismo partido y tienen el mismo criterio de continuidad y de seguir con lo que hace falta. Pero él tiene sus maneras”, aclaró y criticó la llamada “campaña del miedo” que la oposición asegura que el kirchnerismo quiere instalar para evitar que el líder PRO llegue al sillón de Rivadavia.