Hernán Álvarez
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Con casi 159 años, la Asociación Española de Socorros Mutuos es una de las instituciones más viejas en Rosario. Esta entidad es la primera en su tipo en Argentina. Una organización con una historia notable y con nombres ilustres de la provincia en su génesis.
La asociación fue ideada por un grupo de extranjeros venidos desde la península Ibérica en junio de 1857. La fecha oficial de fundación es el 1° de julio de ese año, lo que la convierte en la decana en nuestro país y la segunda en su tipo en Sudamérica. La institución homónima en Montevideo fue creada en 1854. Para la formación de la mutual en la Cuna de la Bandera llegó un gaditano llamado José María Buyo. Este andaluz se había radicado en la capital de Uruguay, había fundado la asociación allí y vino especialmente a Santa Fe a concretar la materialización de la entidad en Rosario. El primer director fue Julián de Bustinza, un agrimensor que supo hacer dinero en base a la venta de parcelas en la zona cercana a Cañada de Gómez. También Carlos Casado del Alisal, famoso por sus emprendimientos y visión de futuro, integró la sociedad de manera activa.

La villa
En 1857, la Villa del Rosario era un pueblo pequeño con unos 10.000 habitantes. Había una minoría de extranjeros entre los que se contaba a 486 españoles. La Cuna de la Bandera sufrió una transformación radical a partir de 1863 con la construcción del Ferrocarril Central Argentino y sus consecuencias en la economía de la región. “La asociación tenía un principio de beneficencia que era atender los problemas de los españoles menos favorecidos”, explica a Mirador Provincial José Ortuño, presidente de la institución. Desde sus comienzos se dedicó a atender dos cuestiones: los problemas de salud y y los trámites de sepelio. Para eso contaba con un médico y con una persona encargada de hacer curaciones. El primer médico de la entidad fue el doctor Francisco Riva. Este profesional nacido en Lugano, Suiza, fue vital en la epidemia de cólera de 1867. Incluso una calle en la zona sur de Rosario recuerda a este médico.

El aluvión y después
A partir de políticas que fomentaban la llegada de extranjeros al país, Rosario y el resto de la provincia fue masivamente poblada por familias venidas de Europa Occidental y de otras regiones del mundo. “Hasta muy avanzado el siglo XX, no había medicina prepaga. Y tampoco había un servicio de obras sociales sindicales”, comenta Ortuño. Es por eso que la Asociación Española de Socorros Mutuos tuvo gran cantidad de socios en aquellos tiempos. En la década del ’20 y ’30 del siglo pasado llegó a tener 10.000 abonados. Hoy cuenta con 3.000 socios y no es exclusiva para españoles o descendientes.

El edificio de Santa Fe y Entre Ríos
La entidad cuenta con una sede que tiene más de 100 años y que es obra del arquitecto mallorquín Francisco Roca i Simó. Es una de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad en su microcentro. En sus comienzos, la sede original de la Asociación Española de Socorros Mutuos estaba ubicada en calle Laprida 848. La piedra fundamental del inmueble actual de la esquina de Santa Fe y Entre Ríos fue colocada en 1913. Y se terminó de construir al año siguiente.
Pese a casarse con una rosarina, Roca i Simó vivió muy poco tiempo en esta ciudad. Sin embargo, dejó tres obras arquitectónicas distintivas de su estilo, el modernismo catalán: el edificio del Club Español sobre calle Rioja, el Palacio Cabanellas de San Luis y Sarmiento y la sede actual de la entidad mutual. “La fachada tiene un poquito de todos los lugares de España. Por eso es la Casa de España”, enfatiza José Ortuño sobre la edificación de la asociación. En su parte superior se puede leer la leyenda “Casa de España”. “Sigue siendo una esquina referencial de la ciudad”, afirma Ortuño.

Los primeros profesionales
El suizo Francisco Riva fue el primer médico de la Asociación Española de Socorros Mutuos de Rosario. Y el primero flebótomo fue José Cutillier. Éste se encargaba de ejecutar las prácticas de aquella época como aplicar sangrías o inyecciones, entre otras. El flebótomo también era el encargado de hacer las extracciones de dientes hasta la aparición de los primeros odontólogos.