[email protected]Mariano Galli


En Santo Tomé su nombre suena en todos los rincones y quien no los conozca personalmente es muy probable que los haya escuchado nombrar. Los mellizos Oliva, Gabriel y Gustavo, han hecho de su apellido una marca registrada en la ciudad, y es que en todas y cada una de las competencias se los puede ver ocupando un lugar en el podio. Pasión, constancia y condiciones atléticas son los tres elementos que, conjugados, convirtieron a los hermanos santotomesinos en los exponentes más destacados de la zona.
“Comencé en 1999 porque mis hermanos me invitaron a entrenar, enseguida me gustó y nunca más abandoné, me acuerdo que tenía 14 años”, explicó Gabriel sobre el inicio de su exitosa carrera deportiva. Por su parte, con cierta picardía, Gustavo expresó: “En un principio a mí no me gustaban las carreras; fumaba mucho y era un poco vago. Pero a los 18 años me decidí a correr en serio y en poco tiempo obtuve buenos resultados”. Gabriel y Gustavo componen, juntos, la famosa dupla joven de los hermanos Oliva, a la vez que son los últimos y más fieles exponentes de una gran familia de corredores de pruebas de fondo.
El atletismo se convirtió, con el correr de los años y las generaciones, en una verdadera tradición familiar para los Oliva. José Celso, el abuelo de “Los Mellis” (como les dicen sus amigos y como se los conoce en el ambiente del atletismo zonal), fue quien la comenzó. “En la década del ‘40 se convirtió en un deportista muy reconocido y fue el primer santafesino que triunfó en un maratón en Buenos Aires”, expresó Gabriel, orgulloso de su abuelo. “Mi padre, José Mauricio Oliva, también fue maratonista y no le fue nada mal. En 1966 se consagró campeón provincial en 5.000 y 10.000 metros”, agregó Gustavo.

Viven y “respiran” atletismo
De los doce hermanos Oliva, seis continuaron con la pasión familiar, destacándose en muchas competencias a nivel regional y nacional. Entre ellos, los dos más chicos, los mellizos Gustavo y Gabriel justamente, han sobresalido largamente sobre el resto, ya que en conjunto han ganado más de 140 carreras, una cifra de no creer, que deja al descubierto lo que significa el deporte para los Oliva. “El atletismo es todo para nosotros; vivimos y respiramos esto y somos lo que somos gracias a este deporte”, reconoció Gustavo, en concordancia con Gabriel. “Gracias a esta disciplina hoy tenemos un buen trabajo y nos cuidamos de los malos hábitos; el atletismo nos ha hecho madurar mucho”, afirmó el último.
Ahora, con mucha experiencia sumada en sus “incansables” piernas, “Los Mellis” pueden darse por cumplidos a nivel personal, ya que fueron alcanzando las metas que se habían propuesto. En tal sentido, cabe destacar que Gustavo y Gabriel han participado en las principales competiciones en el orden provincial y nacional. Su éxito en la zona es rotundo, pero ellos no se “la creen”, en especial porque nunca han perdido el amor por el deporte, ni la humildad que los caracteriza. “No nos creemos mejores que nadie, sólo salimos siempre a dar lo mejor de nosotros, sin relajarnos; es más, somos muy tímidos y a veces hasta nos dan vergüenza las cámaras, o que nos reconozcan tanto”, aclaró Gustavo para finalizar.

Infaltables
Los hermanos Gustavo y Gabriel Oliva son como una “entidad” por sí mismos en el atletismo de Santo Tomé. Por historia propia y por el reconocido legado familiar que les ha tocado continuar, componen algo así como una “marca registrada” del deporte de la ciudad. Es común verlos entrenar en el paseo de la costanera santotomesina, prácticamente todas las tardes, controlarse el tiempo entre ellos, probarse juntos en cada “pique” y completar invariablemente con el entrenamiento previsto.