Hernán Álvarez
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Signada como la mayor promesa del tenis femenino en Argentina, la rosarina Nadia Podoroska busca abrirse camino entre las mejores del mundo. Una chica de 19 años que compite desde muy joven en el circuito de la WTA. Nadia es integrante del equipo argentino de Fed Cup desde 2014 y compite en la organización femenina profesional desde 2011.
Podoroska ocupa esta semana el puesto número 294 del ranking del mundo. Mientras compite en Europa, Nadia se hizo un espacio para hablar con Mirador Provincial sobre su presente deportivo, que incluyó llegar hasta semifinales en el certamen de 25.000 dólares en premios de Hodmezovasarhely en Hungría el primer fin de semana de junio. “Esa fue una gran semana -comenta-. Logré llegar a mi mejor instancia en singles, a semifinales, y también ganar el torneo de dobles”. Sobre la temporada actual en general, dice: “Este año estoy compitiendo mucho. Jugando varios torneos de 25K y mezclando con algunos un poco más grandes y WTA (del circuito mayor)”.
Con sólo 14 años y nueve meses, logró sus primeros puntos en la clasificación mundial en Concepción, Chile, en 2011. “Es uno de los torneos que más recuerdo. Allí conseguí mis primeros puntos WTA y donde todo esto comenzó”, recuerda. En el mismo país, pero en Santiago, ganó su primer certamen internacional en mayores en 2013. “La verdad es que no esperaba ganar esa semana. No venía jugando bien y no estaba con confianza. Pero de a poco fui jugando cada día mejor y terminó siendo la mejor semana del año”, afirma la tenista con ascendencia ucraniana.
Nadia comenzó a jugar al tenis de muy chiquita. Con sólo 5 años ya había empuñado una raqueta por primera vez. No comenzó este deporte por algo en particular. “Me encantaban todos los deportes”, comenta. Creció en el barrio de Fisherton y su club formativo fue precisamente el CAF, Club Atlético Fisherton. “Me crié en ese club”, dice.
La vida de los tenistas profesionales implica hacer grandes esfuerzos y una vida distinta a la convencional desde una edad muy temprana. “A los 14 empecé el colegio por Internet, por lo que no concurría a un colegio normal, con compañeros. También empecé a viajar bastante, pasaba varias semanas fuera de casa”, afirma Podoroska. Pese a la desventaja de dedicarse a tiempo completo al deporte de la raqueta, logró terminar la escuela secundaria. “Es más, el año pasado empecé a estudiar una carrera universitaria la cual no pude seguir por otros motivos, pero planeo arrancar algo el año próximo”, dice con firmeza.
Según le cuentan sus padres —ella no lo recuerda—, de chica admiraba a Guillermo Cañas. “Hoy mi ídolo es Novak Djokovic”, afirma. A la hora de definir sus puntos fuertes, cree que tiene un juego completo y muy ofensivo. ¿Pero cuán lejos están Serena Williams y las otras jugadoras del top 10? “Muy lejos -responde-. Todavía estoy 300 del mundo y falta mucho camino por recorrer. A cada paso se encuentran cosas nuevas”. El objetivo 2016 es claro: “La idea principal es bajar el ranking lo más que se pueda, quedar alrededor del 250”, concluye.

La presión de ser la nueva Sabatini
Tras el retiro de la porteña Gabriela Sabatini, el tenis femenino nacional vivió un proceso de malos resultados a nivel internacional, en especial en singles. Podoroska asoma como la esperanza actual de volver a los primeros planos. “Cuando era chiquita me presionaba un poco. Pero ahora lo tomo como algo bueno. Me gusta que se sepan mis resultados y progresos. Pero sé que a la vez tengo que seguir mi camino”, dice.