Alejandro Valls

Entre notas y papeles

Es cantante, músico y compositor. Nació en Santa Fe, viajó por el mundo, aprendió de otras culturas y retornó a su tierra para hacer lo más le gusta, música. Hoy, es el cantante de una de las agrupaciones de salsa más importante de nuestra ciudad.
23-06-2016 | 19:04 |

Pasión por la música. “Me considero autodidacta en lo que refiere a música y el canto”, dice Valls.
Valeria Elías
[email protected]

La música, como todas las artes, es una de las expresiones más sublimes del alma. Alejandro la sintió muy dentro suyo y encaró un camino apoyado por su padre, quién le brindó las herramientas necesarias para sus primeros pasos, además de esto cuenta Alejandro “hace muchos años, estudié con Carlos Riganti que era el baterista de ‘Alas’, estudié también percusión en algunas academias de percusión de Italia y algunos cursos sueltos en Buenos Aires durante los ’80. Me considero autodidacta en lo que refiere a música y el canto”.
Para Alejandro su participación en la Sonora D’Irse es una de las experiencias artísticas más importantes que ha tenido según él, sin desmerecer su pasado, porque este grupo le permite desarrollar, aún más, su capacidad de músico de forma integral. “Durante muchos años me dedique profesionalmente a la percusión, y aunque lo sigo haciendo por hobbie, al cabo de un tiempo el canto empezó a ocupar un lugar más importante. Lo hacía paralelamente mientras tocaba pero poco a poco una cosa desplazó a la otra. Fui músico integrante de las bandas de Marcela Morelo, Chico Navarro, María Marta Serra Lima y otros, además de mi tarea de docente de percusión y cesionista en infinidad de grabaciones. También, estuve viviendo fuera del país muchos años tocando y cantando, y considero que todas las experiencias (algunas más y otras menos) fueron maravillosas a nivel formativo, humano y profesional”.
Dentro de sus preferencias musicales, el cantante elige “cualquier compositor que me inspire desde su letra, su arreglo, su melodía y armonía, no importa el género. Me tiene que transmitir ese ‘algo‘ para interpretarla. En el caso de la música afrocubana, también y me sucede con el cancionero de Blades, y obviamente, con lo que compongo, que es lo más parecido a calzarse un zapato a medida... por decirlo de alguna manera”, se ríe y comparte su pasión con la mirada.

Nuevo CD: “Lo que quiero es”
Con un nombre bastante sugerente y fuerte La Sonora D’Irse presenta su segundo CD “Lo que quiero es” que según relata Valls “es un mix de temas registrados en estudio como ‘Caramelo for you’ y ‘Ahora’ que son de mi autoría. El resto se grabó en vivo en Ate casa España en el año 2014, incluye varias covers y adaptaciones, fue posteriormente, mezclado y masterizado en estudio por Pancho y Julia Torres”.
La Sonora D’Irse comenzó su labor artística en el año 2008, hace ya ocho años. Con la decisión de hacer una música diferente y a ocupar un espacio escénico vacío hasta entonces en la ciudad, en lo que refiere a la música afrocubana, el cantante comentó que “fue así como le dimos forma a esta orquesta que, tanto en lo personal como en lo grupal, es un placer formar parte y seguir avanzando en el futuro”.
Para que una orquesta tenga el sonido armónico necesario y pueda expresar correctamente el ritmo y la melodía acorde al género, esta debe estar compuesta por los instrumentos necesarios para el estilo y la representación elegida. En este caso Alejandro cuenta que “la Sonora consta de once integrantes, la cantidad de elementos necesarios para una orquesta de este género suene lo más fiel al estilo. En la Sonora somos: Rubén Carughi y Marcelo Huser en trombones, Ariel Theuler y Julián de Brahí en trompetas, Pancho Torres en bajo, Danilo Cernotto en piano, Maxi Maglianese en bongó, Franco Bonacci en congas, Lucas Romero en timbal, Clodoaldo Parada en coros y quien suscribe, Alejandro Valls, voz solista”. Sobre esto aclaró “somos muy heterogéneos, algunos venimos del jazz, el folklore y el clásico pero sobretodo del genero popular”.

Salsero se nace y se hace
Así, como en cada profesión se elige la rama o el trabajo específico que se quiere hacer respecto a lo que se ejerce, en la música pasa exactamente lo mismo. Como todo oficio o profesión se estudia, se trabaja, se cobra, se sufre y se es feliz.
El cantante relata su experiencia “hacer salsa, de por sí, es una aventura y más en Argentina donde todavía sigue siendo un género ‘under’ y fuera de los estereotipos comerciales. O sea, fuera del circuito llamado ‘comercial’. No creo que sea muy distinto en Santa Fe o en cualquier otro sitio del país”. Pero, aclaró “lo que te puedo decir, es que representa un inmenso placer y un desafío al mismo tiempo. Es compleja como todas las músicas de raíz folklórica mezcladas con el jazz, con muchos códigos que son implícitos del estilo y para lo cual es necesario estudiarla mucho. Hay una línea imperceptible que separa un buen arreglo de salsa con algo que pudiera parecerse y no lo es”.
A pesar de los contratiempos y del doble trabajo que requiere mantener una agrupación con tan específica sonoridad, estos músicos aún insisten en hacer lo que más les gusta y por sobre todo, hacer una fiel representación del género elegido. Y de esta forma, lo dijo el músico “los once que componemos este grupo, sentimos un gran placer cada vez que la interpretamos. Eso es mas lo más importante, después el feedback con la gente se siente como consecuencia y se disfruta el doble”.

En primera persona
Para Ale Valls, como lo conocemos los amigos, hacer música es su vida, su pasión, es una persona que no sólo trabaja en mejorar y aprender, sino que además, hace de su trabajo una inspiración para otros.
Alejandro cuenta cómo siente y hace su trabajo. “Digamos que no tengo ni método ni academia en eso, soy muy intuitivo y cualquier canción que componga primero tiene que gustarme a mí”. Por eso el músico sostiene que “el que dice que compone sobre ‘lugares comunes’ miente. Siempre hay algo personal en las historias, aquellas que existieron o las que no, pero pudieron haber existido. No hay una formula, al menos en mi experiencia personal. Una canción puede tardar en nacer un año o un minuto. Pero por lo general siempre empiezo con la melodía y la armonía que me sugieren un texto. Lo mismo pasa con los arreglos y las orquestaciones”.
Y va, una licencia simpática y necesaria. Lo último que dijo Alejandro en la nota: “En nombre mío y de todos los que componemos Sonora D’Irse, sólo quiero expresar mi agradecimiento al público, a los medios, a nuestros amigos y familiares, brindar por estos ocho años de existencia y augurar que este segundo disco, al que le hemos puesto tiempo y mucho amor, sea del agrado de todos. En nombre de la música, gracias”.

Temas: EL MIRADOR 
Mirador Provincial en


+ Noticias


En Portada / Santa Fe
En Portada / Entre Ríos