Un nuevo aliento

Revitalizan el proyecto del gasoducto a Rufino y la región

La intendencia local busca apurar un anteproyecto para gestionar el financiamiento de una obra que es millonaria. Dependiendo de sus características, podrían beneficiarse unas 14 poblaciones del sur provincial.
28-06-2016 | 8:13 |

La presencia en Rufino de la gerenta de Desarrollo de LG, María Inés Drincovich, junto con el intendente Natalio Lattanzi, cuando se presentó el proyecto.
Foto:Gentileza sitio RufinoWeb
Patricio Dobal
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Se trata de un anhelo largamente esperado por quienes habitan en el extremo sur santafesino. Una vez más se reactivaron las gestiones para intentar concretar la llegada del gasoducto a Rufino y localidades de los alrededores en el departamento General López. Al frente de las tratativas está el intendente rufinense, Natalio Lattanzi, quien espera una señal del gobierno nacional para aportar financiamiento a la obra que es millonaria.
Como un primer paso para poner el tema en la agenda pública, a principios de mes visitaron la ciudad representantes de la empresa Litoral Gas a cargo de la distribución domiciliaria, quienes expusieron el proyecto que está redactado hace años y propone una red de cañerías de 280 kilómetros que bajaría desde el gasoducto oeste de la empresa TGN en proximidades de Arteaga, se empalmaría en Venado Tuerto con el gasoducto regional sur de Litoral Gas y desde allí, costeando la ruta 33 el flujo llegaría a Rufino.

Detalles
“Lo que se hizo fue exponer el plan que tiene elaborado la empresa para dotar de gas natural a pueblos y ciudades que no tienen el servicio, y otras como Venado, que hoy tienen un suministro limitado por el gran crecimiento experimentado”, sintetizó José María González, gerente de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, en contacto con Mirador Provincial.
En Rufino fue la gerenta de Desarrollo, María Inés Drincovich, la encargada de especificar los detalles técnicos de la planificación que tienen un factor hoy incierto: quién financiará los trabajos.
“Es un plan que tiene dos variantes, una que requiere mayor desembolso y beneficia a más localidades que la otra”, explicó González. Es que desde Arteaga a Venado, el gasoducto puede beneficiar a pueblos que hoy no tienen flujo. Tal el caso de Cafferatta, Chañar Ladeado, Los Quirquinchos, Godeken, Cañada del Ucle y Berabevú. “El caño en su camino proyectado hacia el sur podría tener o no ramificaciones hacia dichos enclaves, todo depende de cuánto sea el monto inicial dispuesto”, precisó el vocero de Litoral Gas.
Lo que más le interesa a los vecinos de Rufino, es el tramo desde Venado hasta casi el límite interprovincial con Buenos Aires. “La línea a Rufino beneficiaría a San Eduardo, Sancti Spíritu, Amenábar y Lazzarino, con eventuales ramificaciones a Christophersen, San Gregorio, Diego de Alvear y Aarón Castellanos. Así quedarían cubiertas casi todas las urbanizaciones del extremo sur del departamentos General López”, sostuvo González.
Lo lineamientos de las obra fueron bien recibidos por el jefe comunal de Rufino, quien intenta planificar un anteproyecto con la asistencia del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) para, con esa carpeta en mano, comenzar a golpear puertas y definir el financiamiento de los trabajos.

Lo que sigue
El proyecto difundido por Litoral Gas no deja de ser una red marcada en un mapa. Es que la empresa distribuidora no tiene previsto financiar ninguna ampliación de gasoductos. “Hoy la tarifa, con el ajuste realizado en las últimas semanas no contempla fondeo alguno para extensión de redes. Todavía resta por discutirse, y someterse a asambleas públicas, la posibilidad de retornar a que sea la misma tarifa la que alimente en parte una caja para inversiones de este tipo. Es parte de la agenda a discutir en lo que queda del año”, informó González sobre las discusiones que se vienen.
Con periodicidad quincenal, hasta 2003 las empresas distribuidoras debían presentarle a la Nación sus planes de expansión de servicios en las zonas geográficas en las que les tocaba operar, pero se siguió un solo esquema de obras: el aprobado en 1998. “Para 2003, con la entrada en vigencia de la Ley de Emergencia Económica ya no se se presentó la siguiente planificación. Se trataría de obras financiadas por el factor K, un aspecto que contemplaba que la contribución de los usuarios nutriera el fondo de obras”, amplió.
“Si logramos tener el anteproyecto aprobado por el Enargas calculamos que hasta un 70 por ciento de los costos de los trabajos podrían ser aportados por el gobierno nacional, el resto se lograría al regular el factor K”, se atrevió a recetar Lattanzi a la hora de responder al interrogante del fondeo necesario para concretar el gasoducto a Rufino.
“Estamos esperamos la visita de David Tezanos, titular del Enargas, para avanzar en el anteproyecto. Por lo pronto ya estuvimos reunidos con el secretario de Recursos Hidrocarburíferos del Ministerio de Energía y Minería, el ingeniero José Luis Sureda, quien se comprometió a estudiar el tema”, agregó el intendente.

Potencial industrial y mejora ambiental
No se trata de un capricho. En rigor de verdad la concreción del gasoducto resulta fundamental para mejorar la calidad de vida en el extremo sur santafesino y garantizar el despegue productivo de la región, que en sus áreas industriales por caso, no permite garantizar el suministro de un flujo estable de gas, hecho que les resta ventajas competitivas frente a otros emplazamientos fabriles.
“Hoy hay localidades que no tienen servicio y otras que solo cubren el 45 por ciento de su superficie sin poder disponer de flujo para el uso industrial”, mencionó Lattanzi. Rufino hace años cuenta con el servicio domiciliario de red pero de gas licuado de petróleo (GLP) a través de una planta que inyecta el flujo, y que es recargada continuamente a través de camiones que transportan el combustible. “Poder convertir dicha red al gas natural no solo permitiría utilizar el suministro para las fábricas y los vehículos, sino que representaría un ahorro importantísimo en materia de transporte que hoy es utilizado para garantizar el servicio en Rufino”, dijo González.
“La construcción del gasoducto en Rufino y zona será la garantía del desarrollo de las comunidades involucradas, y con la baja de costo, podremos mejorar notablemente la calidad de vida de todos los vecinos. Ni hablar de la reducción del impacto ambiental del sistema actual. Es un beneficio integral de alta magnitud”, sostuvo Lattanzi.
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