Juan Chiummiento
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A sus 82 años, Reno Arcadigni continúa siendo una voz autorizada para hablar sobre la coyuntura económica del país. Conocedor como pocos del entramado productivo regional, dirige desde hace más de 60 años la firma Reno Amoblamientos, con base en la localidad de Álvarez pero con presencia en todas las provincias, a través de un sistema de franquicias que le permite cubrir todo el territorio nacional. Aunque hoy se encuentra algo más alejado del día a día de la compañía, no se priva de hablar sobre la marcha del país o de brindar consejos a los nuevos hombres de negocios.
“Yo veo muy bien lo que está haciendo el gobierno nacional”, afirmó en una extensa charla concedida a Mirador Provincial, al tiempo que pidió colaboración para el resto de los actores económicos: “Macri está buscando la raíz para el sólido crecimiento”, dijo.
Consultado sobre la situación que atraviesan distintas industrias en la provincia -incluso varias fabricantes de muebles-, consideró que “hay un poco de todo, porque no se puede echar toda la culpa al gobierno, seguramente puede haber habido cosas que no se hicieron bien desde las empresas”.
Por otro lado, pidió prudencia a todos aquellos que reclaman una devaluación para ganar mayor competitividad, “porque los industriales no somos como los que cultivan soja, nosotros dependemos mucho del resto del mundo”. Algo sabe Arcadigni sobre comercio exterior: fue de los primeros en traer maquinarias automáticas de Italia en la década de los ‘70, así como conoce de llevar sus productos al extranjero, ya que sus diseños están presentes en distintas partes de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
—¿Cómo ve hoy la situación económica del país? ¿Cree que el camino que ha tomado el gobierno es el correcto?
—Yo lo veo muy bien lo que está haciendo el gobierno actual. Lo veo con profundidad, porque veo que está buscando la raíz para el sólido crecimiento. No sólo en la producción, sino también en lo social, en lo político. Es cierto que hay algunas industrias que han tenido algunos problemas, pero hay un poco de todo. No podemos echarle la culpa de todo a una parte solamente. Hay cosas que no se han hecho bien a nivel gobierno, pero también a nivel empresa. Y lo mismo en sentido inverso.
—¿Cuánto puede tardar en llegar ese crecimiento?
—Eso depende mucho de la actitud de cada uno. Para ponerte un ejemplo: si el presidente de Argentina va a España, como fue hace poco, y hay reuniones de negocios, allí el inversor va a preguntar por la situación social de la población, sobre cómo está la gente. Y si la respuesta que obtiene es que hay paros permanentemente, como ocurre aquí, es difícil que concrete el negocio. Entonces depende de que todos colaboremos para que le creamos al gobierno, que le demos un voto de confianza, y pongamos lo que tenemos que poner.
—Ahora bien, ¿cómo hacen los trabajadores que se quedan sin su empleo, cómo hacen los hombres y mujeres a los que les cuesta llegar a fin de mes? ¿Qué respuestas se les da?
—Para manejar un gobierno, se tiene que entender muy bien lo que es lo social, lo productivo y lo económico. Entonces está claro que hay sectores que necesitan ayuda. Por ejemplo una ayuda que le daría a la gente tiene que ver con la capacitación. Yo no despido al obrero, lo capacito. Y a las empresas el Estado debería asistirlos con créditos blandos, para que puedan invertir. Sin inversión no hay crecimiento. Y si no hay inversores de afuera, tenés que darle al emprendedor nacional lo que le hace falta. El camino va por ahí.
—Hay algunos empresarios industriales que reclaman una devaluación para ganar mayor competitividad. ¿Qué opina al respecto?
—Mi empresa nació en la década de los ‘50. Se dedica desde hace muchos años a fabricar muebles de cocina, placares y baños. Su objetivo siempre fue el crecimiento y la inversión en tecnología (blanda y dura). Un empresario tiene que tener el comercio exterior en el ADN, porque a la corta o a la larga, no sólo se exporta sino también se necesitan productos de afuera, porque no todo se consigue acá en Argentina. Cuando hacemos una devaluación para exportar, también hay que pensar que hay cosas que tenemos que buscar afuera. Nosotros no somos como los que cultivan soja, que es todo nuestro. La industria es diferente, depende mucho del resto del mundo, del comercio exterior.
—Y respecto de las importaciones, ¿cuál es su posición?
—Cuando hablamos de cerrar la importación, tenemos que tener mucho cuidado, porque también hacés que las empresas productoras tengan dificultades para emparejar para arriba. Porque tienen que competir con el mundo.
Política empresaria
—¿Cómo maneja Reno el tema del comercio exterior?
—Está produciendo 80 por ciento para el mercado nacional y el 20 restante para el exterior. La exportación, desde que nosotros empezamos a operar afuera, hace muchos años, ha ido creciendo siempre. El comercio exterior es caro, no se hace en un día y es muy fácil perderlo si no estás preparado. Para eso tenés que tener la actitud y la ayuda para hacerlo. Hay cosas que son incontrolables, como el sistema pendular. Hoy tenemos un dólar conveniente para exportar y mañana uno para importar. Entonces si vos preparaste todo para exportar y la cosa se da vuelta, hay que estar preparado.
—Hay que tener un equilibrio...
—Con un sistema pendular nunca tenés que exportar más de un 20 por ciento de tu producción. Porque si el péndulo se da vuelta, el mercado interno es el que te defiende el punto de equilibrio. Porque si vos mañana exportás el 50 por ciento y se da vuelta el péndulo no llegás al punto de equilibrio, y desaparecés. Entonces, es una cuestión de decir “hasta dónde querés llegar”. Como estamos hoy en la Argentina, para cualquier tipo de empresa argentina, entre un 15 y un 25 por ciento es lo ideal para exportar.
—¿Cuáles son los planes de la empresa para este año?
—Seguimos con la capacitación. Forzosamente vamos a tener que ampliar la planta. Yo no creo mucho en la empresa grande, sino en la gran empresa. Cuando la empresa es grande, no me significa mucho una seguridad ni tampoco me preocupa como competidor. Siempre me fijo si es una gran empresa, si está consolidada en las bases y responde, posicionamiento de mercado. Hay muchas cosas que tenés que ir haciendo para hacer la gran empresa.


No sólo una gran trayectoria empresaria

Reno Arcadigni se destaca no sólo por su exitosa carrera de negocios, sino también por su rol como dirigente: fue el primer presidente de la Agencia de Desarrollo Región Rosario (ADERR) y también estuvo al frente de la Federación Gremial del Comercio y la Industria.
En lo que respecta a su compañía, hoy se ubica junto a Johnson a la cabeza del mercado de fabricación de muebles. Quienes deseen amueblar sus proyectos con los productos que salen de la fábrica de Álvarez pueden hacerlo, independientemente si se encuentran en Rosario, Miami o Nueva York. Su desarrollo le ha permitido tener 56 franquicias integrales argentinas, una franquicia córner, una franquicia express, seis franquicias globales y tres unidades piloto.
Según definen desde su sitio web, desde su fundación hasta la actualidad, la esencia de la firma se mantuvo intacta: una fuerte vocación al concepto de servicio y atención al cliente, una búsqueda permanente de la innovación y excelencia de los productos, y un inquebrantable espíritu de trabajo en equipo.


“Como estamos hoy en la Argentina, para cualquier tipo de empresa argentina, entre un 15 y un 25 por ciento es lo ideal para exportar”.


“Depende de que todos colaboremos para que le creamos al gobierno, que le demos un voto de confianza, y pongamos lo que tenemos que poner”.