Tras el cierre del mercado norteamericano

La industria del biodiesel sigue con bajo optimismo

Con un 95 por ciento de la capacidad de producción argentina instalada en el Gran Rosario, el rubro celebra la oportunidad de exportar a Europa, aunque aseguran que el viejo continente no alcanza para empardar los volúmenes que en 2016 se enviaron a Estados Unidos. 
17-11-2017 | 16:55 |

En el país hay unas 40 plantas de biodiesel y el grueso de los complejos industriales están afincados en el área metropolitana del Gran Rosario sobre la franja portuarias al norte y al sur de la ciudad.
Foto:Archivo.
Patricio Dobal
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Nació como una herramienta clave para agregarle valor a la sobreproducción de aceite de soja que ya no podía colocarse fronteras afuera y derivó en grandes inversiones que impactaron sobre la franja portuaria desde Timbúes a Arroyo Seco. El biodiesel tuvo que enfrentar desde agosto una dura afrenta cuando Estados Unidos subió los aranceles para el combustible verde argentino, iniciando reclamos por dumping y denunciando que estaba subsidiado.
Casi al mismo tiempo, el gobierno nacional confirmó que Europa reabría sus fronteras para recibir el biodiesel local tras cuatro años de bloqueo. No obstante, desde la cámara que nuclea a las principales compañías del sector aseguran que el nuevo mercado no conseguirá replicar los volúmenes que hasta agosto se enviaban a Norteamérica.
Promediando 2017, se puede establecer que los aranceles impuestos por los Estados Unidos superan el 130 por ciento, tras conocerse que el Departamento de Comercio de Donald Trump ratificó su presunción sobre que Argentina está otorgando subsidios injustos a sus productores de biodiesel.
Dicha consideración arrojó la imposición de aranceles de entre 71,45 por ciento y un 72,28 por ciento, que se suman a la ejecución de derechos antidumping preliminares con aranceles de entre 54,36 y 70,05 que se establecieron a finales de octubre.
No alcanza
“Es muy importante abrir Europa, fue el mercado inicial al que apuntó esta industria cuando empezamos el proceso de inversión”, comenzó siendo positivo Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), en contacto con Mirador Provincial. No obstante, las gestiones para posibilitar exportar al viejo continente parecen no alcanzar. “Que Europa iguale la demanda que teníamos en Estados Unidos es una previsión muy difícil”, indicó el referente, con cautela sobre lo que viene.
En los últimos años el país del norte fue el principal mercado de la producción argentina, llegando a 1,5 millones de toneladas anuales y una facturación de 1.300 millones de dólares. El año pasado por caso, se enviaron 1,2 millones de toneladas a los Estados Unidos.
En el país hay unas 40 plantas de biodiesel y el grueso de los complejos industriales están afincados en el área metropolitana del Gran Rosario sobre la franja portuarias al norte y al sur de la ciudad.
“Europa llegó a comprar más que lo que adquiría Estados Unidos. De hecho, cuando se pensó en la estrategia de agregar valor y se encaminaron una serie de inversiones para desarrollar industria del biodiesel se pensó en el mercado europeo como meta. Ahora bien, es difícil pensar en que podamos igualar las cifras de exportación a las del año pasado, por el solo hecho de que Europa nos abrió las fronteras, pero no a arancel cero. Queda un 15 por ciento que también suaviza la posibilidad de un récord”, explicó Zubizarreta.
¿Fracaso argentino?
Con la tranquilidad que aporta el paso de las semanas, más allá de la desazón inicial cuando se conoció la decisión de las autoridades de Comercio del gobierno norteamericano de aumentar los aranceles para los biocombustibles argentinos, los referentes del rubro hoy prefieren no criticar las gestiones hechas por la administración del presidente Mauricio Macri antes y después de las sanciones.
“Nosotros participamos de todas las charlas y sostenemos nuestra posición: Nación se puso la mochila a la hora de abordar el tema haciendo todo lo posible para la existencia de una negociación y la llegada de un acuerdo”, manifestó el presidente de Carbio.
El dirigente sectorial prefirió más bien cargar las tintas sobre la administración norteamericana. “Nos encontramos con una posición intransigente no sólo del gabinete del presidente Donald Trump, sino también de los empresarios. Argentina podría haberse sentado a negociar y eventualmente ceder posiciones con tal de arribar a un acuerdo. Pero no hubo de la otra parte interés alguno de llegar a convenio y por eso la suba de aranceles fue inevitable, añadió.
Lo que sigue
No faltan quienes anticipan que en el esquema para destrabar las sanciones lo que sigue es un reclamo argentino ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), que de hecho recibió la denuncia de Estados Unidos sobre el presunto dumping argentino.
“En primer lugar sostenemos que no cometimos dumping ni subsidiamos y de hecho estamos abiertos a que inspectores puedan a venir a ver la contabilidad de nuestras empresas asociadas”, sostuvo Zubizarreta.
“No lo sabemos con certeza, pero entendemos que Argentina va a recurrir al arbitraje de la OMC como instancia para intentar forzar un cambio en la decisión de las autoridades americanas. L o cierto es que es un proceso largo”, sumó.
Por caso, cuatro años llevó que la Unión Europea redujera los aranceles al biodiesel argentino. En 2013 interpusieron un reclamo por dumping que fue levantado hace poco más de un mes. Se supo que el viejo continente absorberá parte del saldo exportable, aunque Zubizarreta no dejó de marcar la posibilidad de nuevos reclamos.
“Pueden llegar a emplear los argumentos de los americanos y sancionar al país aduciendo que el Estado subsidia la actividad y eso constituye una ventaja comparativa”, postuló el titular de Carbio.

Por ahora, sin inversiones

Ahora bien, aunque el cierre del mercado norteamericano con la reapertura del europeo no delinea un panorama catastrófico, sí articula un contexto donde se anticipa un freno en el ritmo de inversión de nuevas plantas para producir biodiesel.
“Después de que el principal mercado se te cierra y observando la capacidad instalada de producción de biodiesel argentino, es que creo que por ahora no se van a hacer nuevos desembolsos”, dijo.
“Por el momento hay que defender lo que está, Argentina busca desandar un plan estratégico que indica que quiere convertirse en el granero del mundo y en ese camino, el país va a tener muchas piedras como lo que pasó con el biodiesel”, fue la postura de Zubizarreta. Desde la Cámara igualmente prefirieron no negar el perjuicio que la sanción norteamericana va a generar en toda la cadena de valor agropecuaria. “Exportar menos producción industrializada redunda en un cálculo básico: vamos a vender a un precio más barato la cosecha si no tenemos chance de agregarle valor”, concluyó.



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