Luis Rodrigo
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El senador provincial Joaquín Gramajo (PJ-9 de Julio) dijo que “si hay elementos jurídicos que lo sostengan, está justificada la intervención al Partido Justicialista a nivel nacional”. El legislador expresó que no está de acuerdo con la declaración en repudio al fallo dictado por la jueza María Romilda Servini, tanto del PJ Santa Fe como de su propio bloque. Y destacó: “La intervención puede ser una oportunidad para descontaminar del kirchnerismo al justicialismo”.

Para Gramajo, la posibilidad de “renovar el Partido Justicialista y encontrar una propuesta atractiva para la sociedad, pasa necesariamente por dejarle en claro a los ciudadanos que nuestra propuesta política no repetirá los errores del kirchnerismo”, ni “los casos de corrupción que hoy se ventilan en la Justicia”.

El presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales manifestó que no ha podido leer en detalle los fundamentos del fallo que rechazaron su bloque y su partido. Por esa razón, subrayó que “si existen las condiciones jurídicas”, la intervención “es correcta”. El legislador afirmó que el PJ nacional “se debe normalizar y sobre todo depurar del kirchnerismo”, expresó.

Respecto de la decisión de la Justicia nacional de nombrar como interventor a Luis Barrionuevo, el senador norteño comentó: “No es de mi agrado, creo que es necesaria una figura de mayor prestigio, alguien que no pueda ser cuestionado”. Señaló que hubiera preferido que esa tarea quede en manos de algún otro dirigente del justicialismo “que sea capaz de despertar un mayor consenso o al menos de no recibir tantas críticas, y de poder convocar a otros dirigentes que aporten lo necesario para la renovación”.

“Si el PJ quiere volver a gobernar el país, no debe dejar dudas de que los años del kirchnerismo terminaron, y que ha hecho una autocrítica. Hay dirigentes como el ex gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, o de Buenos Aires, Felipe Solá, o el hoy gobernador de La Pampa, Carlos Verna, que siempre han sido dirigentes que además de tener una proyección nacional fueron críticos con el kirchnerismo. Cualquiera de ellos, por poner algunos ejemplos, podrían haberle prestado un servicio muy importante al justicialismo”, destacó.

Los mandatos en la Legislatura
Como los demás senadores provinciales del justicialismo, frente al proyecto de ley del gobernador Miguel Lifschitz para declarar la necesidad de la reforma constitucional y convocar a una convención constituyente, Gramajo condiciona su posición personal a la que adopte el PJ santafesino. De todas formas, adelantó su opinión completamente opuesta a la idea del gobierno santafesino de impulsar, en una nueva constitución, un límite a la reelección indefinida en todos los cargos, también los legislativos.

El texto divulgado por la Casa Gris limita a sólo dos períodos los mandatos de los diputados y senadores provinciales, concejales y miembros comunales, además de los cargos ejecutivos. Gramajo fue votado en 9 de Julio en seis oportunidades. Y buena parte de sus pares de la Cámara también han pasado los dos mandatos.

“En el caso de legisladores que sean reelectos en forma indefinida, es importante. El legislador, con el tiempo, va a ir mejorando sus condiciones legislativas. Sin dudas, los legisladores -como en cualquier otra actividad- son mejores legisladores con el paso de los años. No hay sólo un proceso de conocimiento mayor de la tarea legislativa, también el paso de los mandatos dan más saberes a quienes son los responsables de dictar las leyes”, advirtió.

Subrayó que “más allá de que pueda resultar algo simpático para una parte de la opinión pública”, la doctrina se opone a ese cambio. “El constitucionalismo norteamericano, y nuestra Constitucional nacional, que es hija de esta corriente y de las bases de Alberdi, entiende a la función del legislador sin ponerle esos límites. También en toda la tradición doctrinaria argentina más moderna, lo mismo que en la reforma constitucional de 1994, se piensa en la figura del legislador sin esos condicionamientos”.

“En derecho constitucional, es lógica la discusión sobre poner límites a la reelección indefinida en el Poder Ejecutivo, que está encarnado en una persona, que recibe un enorme poder. Un legislador, en cambio, es parte de un cuerpo que debate, no toma decisiones solo, y la experiencia me indica que los legisladores con más mandatos suelen, además de reunir más conocimientos, ser un vehículo para el consenso”.

Para Gramajo, la posibilidad de “renovar el Partido Justicialista y encontrar una propuesta atractiva para la sociedad, pasa necesariamente por dejarle en claro a los ciudadanos que nuestra propuesta política no repetirá los errores del kirchnerismo”.