Crisis en el tambo

Un sector que se alimenta a dólares y ordeña pesos

En 2017 cayeron 450 establecimientos lecheros en el país, promediando el cierre de más de uno por día. "Estamos $1,50 por debajo de lo que nos debería pagar el litro para tener rentabilidad", reclaman. La escalada de la divisa estadounidense pegó duro y los dejó en jaque.
25-07-2018 | 18:55 |

Los insumos del sector están completamente dolarizados, pero el producto final no sigue la evolución de la divisa norteamericana.
Foto:Gentileza.
Rodrigo Pretto
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El capítulo es uno más de la repetida historia que cruza a los tambos argentinos. La cruda realidad desnuda el presente de un sector golpeado que la viene remando desde hace años y pide a gritos una solución de base: la recomposición de precios que se le paga al productor por litro de leche en tranquera.

Las cifras oficiales encienden alarmas. De acuerdo a los datos brindados por el Observatorio Lácteo (Ocla), ente dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2017 cerraron unos 450 establecimientos que funcionaban en el país y la cadena ya perdió más de USD 750 millones. Y como si fuera poco, la escalada del dólar terminó detonando la crisis: los insumos del sector están completamente dolarizados, pero el producto final no sigue la evolución de la divisa norteamericana.

La Mesa de Productores Lecheros de Santa Fe (Meprolsafe) diagnosticó un presente "desesperante". El mapa refleja una fuerte desfinanciación y una rentabilidad nula que se sostiene a lo largo de dos años y medio de manera consecutiva. "Lo dicen los números oficiales. Hace 30 meses que el tambero pierde plata. La cadena perdió 776 millones de dólares, de los cuales el 97% fue de la producción", deslizó con una fuerte preocupación Marcelo Aimaro, secretario de la entidad.

Según detallan en Dairylando.com, un sitio especializado en el sector lácteo, el 67% de los insumos se encuentran dolarizados. Pero ese es sólo un eslabón que impacta negativamente. Para contextualizar de lleno el plano general es necesario sumar el aumento del pellet de soja (20%) y del maíz (80%), alimentos fundamentales para el ganado, y el alza en los combustibles, que representa el 17% del costo de la producción. Para completar la ecuación explosiva, el incremento en las tarifas de electricidad -servicio crucial para la ordeñe- dejan de rodillas al sector. "Producimos en dólares, pero nuestro producto es en pesos y ni siquiera le ponemos el precio. Que no me hablen de libertad cuando los valores los fijan otros eslabones de la cadena", sentenció Aimaro.

En la misma línea, Ezequiel Yovaldi, productor del centro-oeste santafesino, graficó la situación marcando un paralelismo entre la moneda nacional y la divisa estadounidense. "Mantenemos las vacas a precio dólar, pero las ordeñamos en pesos".

Por su parte, otro tambero de la región, Mario Broda, se lamentó por la disparada del dólar en el último tiempo. Y a eso le añadió el desfasaje con el que se le paga a los productores, algo inviable si se considera el avance de la inflación mensual. "Cobramos con un retraso de 60 días. Ante una devaluación siempre somos los últimos en acomodarnos, porque cuando la leche en polvo baja, la industria automáticamente toma eso como excusa para reducirnos el precio de litro en tranquera. Hoy, si nos guiamos por los precios internacionales, nos deberían pagar por litro $9 con un dólar que está cercano a los $30".

Precio embarrado
A números actuales, los tamberos reciben en tranquera por litro de leche un precio promedio de $6,41. Y si bien para este mes de julio dentro de la cadena productiva calculan que se elevará a $6,60 - $6,70, aclaran que todavía le falta escalar demasiado para llegar a costos cero.

"Esto nos dice que igualmente estamos abajo $1,50 para no producir a pérdida y continuar en la actividad. Hoy se debería cobrar un mínimo de $8 para salir derecho", se despachó Aimaro, quien se mostró optimista en que se pueda lograr tocar esos valores, aunque dejó en claro que será posible siempre y cuando se "redistribuye la plata que circula dentro de la cadena".

Y en la misma línea Broda explicó que al 30 de junio -momento en que se le hizo efectivo el pago de la leche entregada en mayo- los tamberos recibieron en la zona entre $5,90 y $6,70 por litro. "Varía de acuerdo a los volúmenes comercializados, la calidad higiénica, bacteriológica, la grasa y proteínas". Además, el titular del establecimiento lechero ejemplificó que el producto entregado el primero de mayo recién se cobró el último día del mes de junio. "Con la inflación y el alza del dólar los insumos se nos van por las nubes".

Nada excepcional fue lo que contó Yovaldi, quien indicó que por la última producción abonada recibió $6,77 por litro. "Para que el negocio sea rentable las industrias deberían estar pagando arriba de los $8. Siempre nos obligan a entregar leche de calidad, en forma, en tiempo y a una determinada temperatura. Pero resulta que el precio lo fija otro. Si esto continúa, lamentablemente se seguirán yendo productores como está sucediendo".

Un candado por día
Los números son catastróficos y exponen la crisis sectorial que desde hace meses pide a gritos una urgente reestructuración en la cadena productiva para recomponer los precios por litro de leche, una encrucijada que hoy parece estar en un callejón sin salida.

De acuerdo a cifras oficiales brindadas por el Ocla durante todo el año pasado se le cayeron las persianas al 4% de los establecimientos que existían en el país. Si se mide en cantidades, ese porcentaje representa a 450 tambos, un guarismo descomunal si se considera que se cierra más de uno por día. En ese mismo trabajo, y para reflejar la involución en la escala productiva, se detalla que "según datos del Senasa, para 2017 existían 11.326 unidades productivas. Estimamos, según ceses de actividad relevados en algunas industrias, que en 2018 habría en base a esos datos unos 10.873 tambos".

Yovaldi reflejó que la situación se agrava de manera diaria y es palpable con la desaparición de tambos en la región. "Hoy se está complicando todo y si continúa así, en los próximos meses empeorará. Esto es día a día. Acá se invierte todo el tiempo. No tenemos la opción de llevar la leche y si no nos convence el precio traerla de vuelta. Esto es perecedero. Si el Estado no está presente, es un partido sin árbitros ni reglas".

En la zona, de acuerdo a los últimos registros, aproximadamente diez establecimientos tuvieron que ponerle candado a sus tranqueras por la difícil situación económica. La hacienda comenzó a concentrarse en manos de quienes tienen espalda para soportar la pesada mochila financiera y absorben los animales de aquellos que se retiran del negocio. "En lo personal, consignatarios me ofrecen semanalmente vacas para ordeñar. En la última década todo comenzó a manejarlo el gran productor", indicó Broda.

Por otro lado, desde Meprolsafe detallaron el procedimiento que debería seguir el gobierno para sacar a flote el sector. Aimaro explicó que los precios deben fijarse a través de un mecanismo de productos en la góndola mediante los cuales le llegue al productor un porcentaje final. "Hoy todos los eslabones ponen su costo, su ganancia, y con lo que sobra nos pagan a nosotros. Esta es la triste realidad. Si esto no se acomoda, vamos a caer, como lo estamos haciendo, y que sobrevivan los que tienen espalda".

En el sector recordaron que los productores se encuentran inmersos en una crisis sin salida desde hace un largo tiempo y las soluciones van siempre por el mismo lado, independientemente del gobierno de turno, quedando constantemente en foja cero y dentro de un callejón sin salida.

"La falsa libertad en donde la cadena usufructúa sobre nosotros hace que estemos en esta situación", se lamentó Aimaro, y deslizó: "Siempre nos quieren correr con que nosotros debemos llevar soluciones y no reclamos. Lo hacemos, pero no les gustan. No creemos en la voluntad, creemos en algo escrito", disparó.

"Venimos arrastrando circunstancias muy desfavorables, más allá de las condiciones climáticas. Queremos tener estabilidad porque no podemos pensar el negocio a largo plazo. Si no te vas acomodando en el momento, desapareces", transmitió Broda yendo por la misma senda que el secretario de Meprolsafe.

Financiarse para complicarse

Desde la entidad que aglutina al sector lechero pusieron sobre la mesa las propuestas que le ofrecen los gobiernos en cada reunión. Pero aseguran que ya están cansados de escuchar las mismas fórmulas que hoy dan resultados en rojo. "Para que quiero financiamiento si no tengo rentabilidad. Saco un crédito para pagar la fiesta del resto de la cadena", se quejaron.

El hartazgo parece ser una constante dentro las facciones productivas. Todos sostienen que la salida no es un salvataje económico, sino que la solución va en otro sentido. "Hay sectores que dicen que se necesitan créditos blandos. Pero es un engaño, porque en realidad si tomamos financiamiento nos seguimos endeudando. La realidad marca que es fundamental mejorar las condiciones que tiene el tambo. Se tiene que pagar el litro de leche lo que vale, de otra manera nunca vamos a poder conseguir rentabilidad", explicó Yovaldi.

En tanto, desde la Mesa Lechera provincial indicaron que en los diferentes encuentros realizados con el Estado se les acercaron políticas específicas para reorganizar el sector y encaminarlo hacia una salida en la cual todos sean beneficiados. "En enero de 2016 le presentamos una propuesta, nos dijeron que el mercado regula los precios. Y está a las claras que eso ocurre a costilla que haya cada vez menos productores".

El problema puntual y en donde no parece haber una luz al final del túnel es el valor que la industria fija por litro. Es que la lechería arrastra una infinidad de inconvenientes desde hace años y se topa con piedras constantemente. Sin embargo, lo primero es lo primero. "No le podemos decir a los tamberos otra cosa cuando la urgencia es tener un buen precio para no producir a pérdida", puntualizaron.



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