La peor confirmación

El clásico de Rosario se jugará en Sarandí a puertas cerradas

La AFA y la Copa Argentina oficializaron lo que se preveía después de tantas idas y venidas: Newell’s y Central definirán un semifinalista del certamen federal en el estadio de Arsenal y sin público en las tribunas. Será el jueves 1° de noviembre, a las 15.30. Las primeras reacciones.
22-10-2018 | 20:18 |

La cancha de Arsenal, sin público. Será una lástima ver semejante cruce por Copa Argentina sin la presencia de hinchas.
Foto:Internet.
Lalo Falcioni
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La organización del clásico rosarino de cuartos de final de la Copa Argentina fue tan comentada, polémica y caótica, que el final no podía ser peor. Este lunes finalmente la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la empresa que está al frente del certamen federal hicieron el anuncio oficial: el duelo entre canallas y leprosos será el jueves 1° de noviembre, a las 15.30, en el estadio de Arsenal de Sarandí y a puertas cerradas. A partir de esta confirmación, los dos equipos empiezan a planificar su agenda para llegar lo mejor preparados posible a ese partido, que sin lugar a dudas será el más importante del año para ambos.

En tanto, las primeras reacciones fueron de bronca y desilusión, ya que hasta último momento se guardaba la esperanza de que el clásico se pudiera jugar en Rosario y con las dos hinchadas alentando desde las tribunas.

Tanto ruido
Desde que se conoció que los dos clubes más populares de Rosario iban a enfrentarse en uno de los cruces de cuartos de final de la Copa Argentina, las informaciones y los rumores fueron cambiando día a día, minuto a minuto. Y en toda esa telaraña de datos no oficiales, los primeros que salieron a tratar de marcar la cancha fueron los dirigentes de las dos instituciones, quienes intentaron imponer sus intereses particulares.

En aquella primera reunión entre directivos de ambas entidades, representantes del gobierno provincial y de las fuerzas de seguridad, de la que no participaron las autoridades de Copa Argentina por un “error de comunicación” -entendieron que el cónclave era en Santa Fe, pero se llevó a cabo en Rosario-, el punto de desencuentro fue la fecha del partido y no tanto el lugar. En cuanto a la presencia de las hinchadas, las dirigencias nunca pensaron que eso estaba en discusión.
Newell’s quería que el partido se disputara “cuanto antes” y los dirigentes leprosos salieron a instalar públicamente que Copa Argentina les había anticipado que el duelo de cuartos de final sería el domingo 14 de octubre, en la fecha FIFA. “Si no es el domingo 14, debería ser el miércoles 17; no se puede estirar más allá de esas fechas porque el calendario después es apretado”, declaró el vicepresidente de la Lepra, Cristian D’Amico.

Desde Central, en cambio, decían que el domingo 14 “nunca” estuvo entre las opciones para la disputa del clásico. “Nosotros lo que tenemos es que se jugaría a fines de octubre o principios de noviembre”, advertía el vice canalla, Ricardo Carloni.

Ambos escondían intereses particulares en sus aseveraciones. Newell’s quería que el clásico se jugara en breve porque sabían que el equipo dirigido por Edgardo Bauza tenía varios titulares lesionados y que en esa fecha FIFA el defensor Alfonso Parot había sido citado por la selección de Chile. Y Central quería demorar el cruce por la misma razón. En ese sentido, se impuso la postura del club de Arroyito, aunque fue por las dudas de la organización y no por una supuesta “presión” de Central.

Santa Fe-Rosario-Sarandí
El estadio de Colón fue el que sonó como la opción más potable para convertirse en el escenario del derby rosarino en un principio. La dirigencia de Central manifestó que no estaba muy de acuerdo porque sus hinchas habían tenido “algunos inconvenientes” en las inmediaciones del reducto sabalero cuando fueron de visita, pero al final ese reclamo se diluyó y parecía que todos los caminos conducían al Cementerio de los Elefantes.

Hasta que el pasado 12 de octubre todo estalló por los aires cuando los organizadores de la Copa emitieron un comunicado responsabilizando al gobernador Miguel Lifschitz y a todo el gobierno de la Provincia de que el clásico rosarino no se pudiera llevar a cabo en territorio santafesino y con presencia del público.

La respuesta no tardó en llegar y fue lapidaria: “El gobierno de la Provincia de Santa Fe rechaza totalmente las expresiones vertidas por los organizadores del torneo Copa Argentina, para justificar la decisión de jugar el clásico rosarino fuera de la provincia y sin público presente”, expresaron. Según ese comunicado, “Lifschitz jamás tomó una decisión como la que sostienen dichos empresarios, ni indicó que se fijara tal postura”.

En los días posteriores, los encargados de la seguridad de la Provincia y los dos clubes dieron señales de un “principio de acuerdo” para que el clásico se jugara en Rosario, con sorteo entre el Gigante y el Coloso, y con las dos parcialidades presentes. La fecha sugerida era el 1° o el 7 de noviembre.

Pero ya no había vuelta atrás. Los responsables de la competencia ya tenían decidido que el duelo rosarino se trasladaría a territorio bonaerense y que no asumirían los costos de un gran operativo para custodiar a los hinchas de los dos equipos en los viajes de ida y de vuelta.

El final de las especulaciones se dio este lunes 22, cuando las cuentas oficiales de Twitter de la AFA y de Copa Argentina anunciaron la decisión menos esperada. A partir de ahí estalló la bronca y la desilusión de los fanáticos, que tendrán que palpitar la fiesta deportiva de la ciudad a más de 300 kilómetros de distancia.

El clásico cambia todo

Es una obviedad que el choque de cuartos de final de la Copa Argentina pasa a ser prioridad absoluta para Central y Newell’s, una vez conocido que será el jueves de la semana que viene.

Newell’s, por lo pronto, ya gestiona para que Superliga modifique su partido con Argentinos Juniors, programado para el lunes 29 de octubre. Piden que se juegue el domingo 28, para contar con el mismo tiempo de descanso que el histórico rival. Central no tiene problemas con el proceso previo al clásico, pero solicitó que le pasen el encuentro posterior ante Colón, que figura el sábado 3 de noviembre, al domingo 4 o lunes 5.



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