El cierre norte será la gran obra de infraestructura de 2019

Entre Ríos, una de los distritos con mejor cobertura de gas natural

Gracias a la participación del Estado, el modelo entrerriano de desarrollo gasífero es considerado uno de los mejor planificados y ejecutados del país: gasoductos troncales, ramales de aproximación y redes de distribución urbana se integran en proyectos que suelen llevar servicio a localidades que no lo tenían o ampliar el área de cobertura en ciudades ya abastecidas. La gran apuesta para 2019 en materia de infraestructura es el cierre norte.
20-12-2018 | 18:55 |

El Fondo de Desarrollo Energético, que se cobra con la factura de luz, permite la ejecución de obras en todo el territorio provincial.
Foto:Sergio Ruíz
Mirador Entre Ríos
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Hasta que empezó a ser citada en torno al proyecto de cruce subfluvial de un gasoducto que abastecería a la provincia, para el grueso de los ciudadanos el nombre de Aldea Brasilera no era más que un mojón en la ruta 11, una referencia en la cartelería vial, un paraje modesto en casas y en trama urbana, a mitad de camino entre Paraná y Diamante. En los 31 años que transcurrieron desde el 5 de diciembre de 1987, creció de manera notable la red gasífera mientras la colonia de descendientes alemas del Volga lo hizo a cuentagotas.

Paradojas de la política comarcal, la localidad desde la que el proyecto se ramificó hasta conformar una fuerte trama los ductos de gas natural recién hace cinco años empezó a gozar del servicio.
Hoy, uno de los troncales se extiende en el sentido de la ruta 127 (hacia Uruguayana) mientras el otro, de propiedad de la provincia de Entre Ríos, lo hace espejando la traza de la ruta 39, hasta Concepción del Uruguay; de allí llega hasta el sur (Gualeguaychú, Gualeguay) y a Chajarí (cerca del limite con Corrientes). También con inversión provincial se ejecutó un gasoducto productivo, que abastece a Racedo, Sauce Pinto, María Luisa, Villa Fontana y Gobernador Etchevehere. Desde esas referencias, sobrevienen diversos gasoductos de aproximación y, en numerosas localidades, redes domiciliarias.

“A partir de los troncales, la provincia desarrolló un programa que incluye ramales de aproximación y redes que alimentan a ciudades y parques industriales”, cita el secretario de Energía, Jorge González. “Todo se hizo con el Fondo de Desarrollo Energético, que está incluido en la tarifa eléctrica”, subraya Silvina Guerra, directora de Desarrollo gasífero, al insistir en que “hoy, la provincia tiene cubierta con redes el 75% de su territorio”. Retoma González para aportar que “esto nos convierte en una de las dos provincias argentinascon mejor cobertura”.

Para el funcionario, “ese desarrollo, a lo largo de las distintas gestiones de gobierno, cada cual con su impronta, fue posible gracias al aporte dinerario de todos los entrerrianos y lo que debemos saber es que esos recursos aplicados correctamente nos hacen una provincia mejor, menos desigual”.

–¿Qué hubiera pasado si el desarrollo gasífero en Entre Ríos hubiera quedado a expensas de los criterios del mercado?

–En primer lugar, hay que considerar que una empresa hubiera calculado antes que nada la tasa interna de retorno, es decir, qué beneficio económico le provoca extender redes en ciertos y determinados lugares. Lo que analizaría un privado es el costo total de la obra, la cantidad de usuarios por cuadra y el nivel socioeconómico al que pertenece cada potencial usuario, no sólo para ver si podrá afrontar el costo de la red que pasará por el frente de su casa sino para analizar si podrá pagar la instalación domiciliaria. Ese dato es central porque el empresario gana en la medida que aumente el nivel de consumo, no por el mero crecimiento del área cubierta con ductos.

Así, no hay dudas de que la mayor cantidad de localidades que hoy tienen gas natural no lo tendrían, porque buena parte de los proyectos ejecutados y por ejecutar son inviables para el interés privado. Además, muy probablemente, en las ciudades donde la ganancia hubiera justificado el servicio habría sido menor el área cubierta porque, justamente, la intervención con sentido social del Estado ha permitido que el combustible llegue a barrios más alejados del centro, con lo cual -mientras se brinda confort y confiabilidad y se aumenta el valor inmobiliario de las propiedades- se ayuda a la economía familiar y productiva.

Por eso nos gusta mirar el panorama como una secuencia, no a partir de un solo fotograma: eso nos permite tener conciencia de cómo funciona un sistema integrado y solidario, no sólo de cómo nos afecta o beneficia individualmente, en determinado momento.

Realidades

–¿Hay familias que viven en áreas servidas y sin embargo siguen usando garrafas o cilindros porque no tienen hecha la instalación interna?

–Sí, es un aspecto que hoy es complicado afrontar. En otros escenarios económicos el Estado ha financiado las obras internas al frentista. Hoy no es tan sencillo. Creemos que entre 60.000 y 65.000 familias entrerrianas están actualmente en esa situación. El ahorro que se deriva de la diferencia en costo de los combustibles amortiza sola la inversión; pero el propietario necesita ese empujoncito para pagarle al gasista el trabajo de conexión y extensión de las cañerías dentro de la casa, al menos hasta la cocina.

–¿Las distribuidoras no están obligadas a hacer obras?

–Mientras las tarifas estuvieron congeladas, no. Ahora, desde que empezaron los aumentos el gobierno nacional les exige un plan quinquenal. Aún así, el nivel de inversión no alcanzaría a cubrir en el corto ni el mediano plazo la superficie servida por el programa provincial, que es de una envergadura significativa. Las distribuidoras y subdistribuidoras están realizando inversiones, ajustadas a derecho, pero no guardan relación con las contribuciones millonarias que realizó el Estado provincial en todos estos años.

–En mayo se redujo a la mitad el ingreso por el Fondo de Desarrollo Energético, ¿cómo se operó con las obras que ya estaban previstas realizar durante 2018?

–Mirado en perspectiva, el sistema entrerriano tiene fijadas prioridades: incorporar localidades que no cuentan con gas y ampliar las redes donde ya hay servicio. Las ampliaciones de redes se hacen en función de las necesidades de la gente que expresa cada municipio, el gobierno local.
Sobre la consulta puntual, en 2018 se finalizaron 8 obras, lo que significó un beneficio para 3.400 residencias familiares, comercios y establecimientos productivos de Paraná, Nogoyá, Chajarí, Basavilbaso, Seguí, Pueblo General Belgrano, Concepción del Uruguay y Concordia. En paralelo, se están ejecutando trabajos en Caseros, Gualeguaychú, Gilbert y Paraná. Mientras tanto, en proceso de adjudicación e inicio hay proyectos que alcanzan a Sauce de Luna, Rosario del Tala, Tabossi y Cerrito. Un caso testigo es Sauce de Luna, donde estamos por firmar contrato: hace seis años que la red domiciliaria está hecha, el troncal también; restaba el ramal de aproximación.
Por cierto, no pudimos concretar este año la alimentación al parque industrial de Victoria, obra que permitirá abastecer también al parque termal; y una nueva ampliación en Concepción del Uruguay.

En fin, efectivamente, hubo que reconsiderar, reprogramar. Y se planificó en función de los proyectos demorados y de las necesidades de abastecimiento. Así y todo, con menos recursos disponibles, con otro ritmo de obra y poniendo a funcionar distintos mecanismos del Estado provincial, como los procesos de licitación, hemos cumplido la mayor parte de las expectativas.

Si se repasa el signo político de los gobiernos locales cuyas ciudades han sido alcanzadas por las obras, se verá que no hemos administrado con criterios partidarios sino desde el interés público.

Alcances

–¿Todos los parques y áreas industriales tienen gas natural?

–Aún no. Los proyectos se encaran con un manejo responsable de los fondos, es decir, naturalmente nos gustaría marchar a paso más firme, pero el factor económico-financiero es clave. Hay que tener en cuenta siempre que las necesidades son infinitas, pero los recursos escasos. Y más en este año.

No obstante, en medio de las restricciones presupuestarias, hemos aceitado algunos mecanismos administrativos para que las certificaciones se pudieran pagar con mayor celeridad. Eso nos permite plantear con otra firmeza que las contratistas cumplan con los plazos de obra establecidos.

Hay que agregar un elemento más: el factor de depreciación de los presupuestos que lleva consigo una inflación alta y una devaluación del peso como la que tuvo lugar. Estos contextos pueden hacer caer los llamados a licitación y, gracias a cierta celeridad en la gestión de los expedientes, las ofertas estuvieron dentro de lo originalmente estimado.

–¿Y los insumos están dolarizados?

–La ecuación contiene factores cotizados en pesos, pero hay otros que se mueven al compás de la cotización del dólar, como los insumos.

–¿Y en 2019?

–Tenemos tres o cuatros pliegos en elaboración. Nuestra idea es al menos sostener el ritmo del 2018. En paralelo, acordamos que Gas Nea ejecute un gasoducto de refuerzo entre Basavilbaso y Villaguay, que ya está al tope de sus posibilidades de abastecimiento.

El cierre norte

Al igual que con la energía eléctrica, las redes de gas natural se expanden como rizomas a escala local, pero a nivel estructural se vinculan a través de anillos. Ese detalle le da confiabilidad al sistema que, entonces, puede ser abastecido desde distintos puntos. “El cierre norte, que unirá Chajarí con Los Conquistadores, optimizará el transporte de gas en la provincia”, dijo Guerra, ante una consulta. “A la mayor seguridad integral que se logrará hay que sumarle que podrá brindarse la presión que necesita una amplia constelación de localidades, históricamente postergadas”, agregó.
En rigor la obra conocida como Cierre energético norte integra infraestructura eléctrica y gasífera y significa una inversión superior a los 100 millones de dólares

Específicamente, las obras en el cierre energético norte prevén la construcción de una línea de transmisión eléctrica de 132kw que abastecerá a la región norte de la provincia brindando, a partir del tendido de la red de alta tensión y la extensión hasta 200 kilómetros de fibra óptica, seguridad al sistema como así también mayor disponibilidad y confiabilidad en la provisión de energía en los niveles requeridos por los modernos procesos agroindustriales habilitando la radicación de nuevas industrias.

Por otra parte, el cierre gasífero norte consiste en la interconexión de los dos gasoductos troncales que tiene la provincia a través de una extensión aproximada de 50 kilómetros de redes, abasteciendo de gas natural tanto para uso industrial como domiciliario al corredor Los Conquistadores-Chajarí-Villa del Rosario y Santa Ana. El plazo estimado para la ejecución de la obra de gas es de 15 meses y para el proyecto eléctrico, de tres años.

Un fondo imprescindible

El Fondo de Desarrollo Energético de Entre Ríos es un instituto necesario, promotor de progreso y factor decisivo para el arraigo de familias en el área rural, dado que es un financiamiento genuino que permite realizar obras de extensión de las redes de gas y eléctrica. El propio gobierno reconoce el factor energético cuando destaca “la trascendencia que este recurso produce (…) cotidianamente en el valor de su uso” para cada entrerriano, en tanto y en cuanto “logra mejorar su trabajo, acondicionar su lugar de residencia y proyectar sus anhelos propios de bienestar y el de su familia”.

Al analizar la conformación de la tarifa eléctrica, se puede advertir que el único cargo provincial en la factura es para el Fondo de Desarrollo Energético de Entre Ríos que, como se dijo, se aplica a obras de gas natural y electrificación rural. De todos modos, en los consumos de 0 a 300 Kw/h esa carga es de cero por ciento, es decir que no hay aplicación de ese fondo en los consumos más bajos. Originalmente, de 301 a 800 Kw/h fue del 13 %, y de 801 Kw/h en adelante, del 18 %.

Presionado por los pedidos para morigerar el impacto de los aumentos tarifarios dispuestos por la Nación, en mayo el gobierno provincial accedió a reducir a la mitad las contribuciones del Fondo de Desarrollo Energético de Entre Ríos (Fedeer) sobre la facturación de Enersa y las cooperativas que son las distribuidoras en la provincia de Entre Ríos.

La reducción temporal de la carga, que no afecta de manera decisiva ninguna ecuación de rentabilidad, ya sea hogareña, comercial o productiva, significó que, para 2018, no se dispusiera de 144 millones de pesos. Dado que se trata de fondos afectados a obras, la primera consecuencia fue una ralentización en la ejecución del plan en marcha.
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