El trabajo del área de Atención de Violencia de Género de Rosario

"El abuso sexual tiene los mismos efectos que un trauma de guerra"

¿Por qué se puede tardar mucho en hacer una denuncia de abuso sexual? Lo explican Mariza Wittmann y Lucrecia Donoso, titulares del área de Atención de Violencia de Género.
16-01-2019 | 17:57 |

Ayer, Rosario también se movilizó sensibilizada por el femicidio de Agustina.
Foto:Marcelo Manera.
Ignacio Negri
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El episodio vivido hace semanas con la denuncia de la actriz Thelma Fardín contra Juan Darthés encendió alarmas y profundizó la toma de conciencia sobre la violencia de género y también sobre los métodos preventivos para evitar o detectar todo tipo de maltrato hacia la mujer.

"Se ha avanzado mucho en materia legislativa, las mujeres hemos podido salir a la calle, pero hay mucho todavía por hacer. Estamos inmersos en una sociedad patriarcal donde creer en la voz de la mujer todavía no es lo habitual. Muchos eligen todavía creer en el agresor, no ponen en duda los dichos del hombre", explica abogada y coordinadora del área de Violencia de Género de la Municipalidad de Rosario, Mariza Wittmann.

Tanto ella, como la psicóloga Lucrecia Donoso son titulares del área de Atención de Violencia de Género de la ciudad de Rosario. Por sus oficinas las víctimas de violencia de género confiesan como pueden las peores situaciones de abuso y maltrato que se pueden escuchar.

- ¿Lo primero que hay que hacer es creer en el testimonio de la mujer?
- L.D.: Nosotras le creemos a las mujeres. Que alguien diga "me robaron", es algo creíble y nadie duda de esa situación. Pero cuando una mujer dice que ha sido víctima de algún tipo de situación relacionada al acoso, abuso o violación mucha gente lo pone en tela de juicio, como si fuera fácil para cualquier mujer compartir esa dolorosa experiencia.

- ¿Cómo se llega a la instancia en la cual la víctima decide relatar eso que le pasó?
- L.D.: Como psicóloga, después de escuchar muchas situaciones de acoso, de abuso a niñas, adolescentes y mujeres, te das cuenta que nunca es fácil contarlo, ni siquiera es fácil abordar el tema para las que estamos en esta materia y trabajamos todos los días en asuntos como este. Siempre se hace en el marco del dolor, de la culpa, de la vergüenza y del miedo porque alguien invadió tu cuerpo y lo hizo sin tu consentimiento. Es más grave cuando se trata de niñas o adolescentes. Cuanto más corta es la edad, más duro es.

- ¿Cómo es el trascurso de ese tiempo hasta llegar a la denuncia o a compartirlo?
- L.D.: Mirá, yo tuve experiencias muy fuertes. Atendí una beba de 8 meses y nunca me voy a olvidar ese llanto. No era un llanto de molestia, de hambre o de cólicos, ese típico llanto de un bebé. Era un llanto de pena, de tristeza, de sufrimiento. Como si fuera un lamento. Ese mismo lamento lo encontré en nenas de 3 o 4 años, tal vez con alguna palabrita, y en adolescentes que tiemblan cuando te lo cuentan o en una mujer adulta que te dice "me pasó hace tanto tiempo atrás, pero lo tengo en la memoria como si hubiera sido hoy". La característica del abuso es lo que genera que no se deteriore con el paso del tiempo. Queda en el aparato psíquico con las mismas marcas que dejan las violencias físicas, profundas, llenas de dolor, donde no se puede resolver porque no hay forma de simbolizar la situación porque no se explica. Cuando las mujeres sienten ese sometimiento es altamente traumático. Para ser bien gráfica, el abuso sexual tiene los mismos efectos que un trauma de guerra.

- ¿Por qué?
- L.D.: Porque es un devastamiento subjetivo. Los derechos de las mujeres tienen que ver con los derechos humanos, esto es justamente una defensa a la violación de los derechos humanos. Esta red de contención de mujeres permite poder decir más fácilmente lo que se obliga a callar con amenazas y con abuso de poder. A veces lo dicen como pueden, es algo que te inunda, no es tan fácil comunicarlo. Es como podes y cuando podes. Por lo general, son relatos cortados y desorganizados porque justamente el aparato psíquico queda desorganizado, le lleva tiempo ordenar lo que generó un destrozo. La víctima tiene que juntar esas partes y volver a construir algo que la dañó mucho.

- ¿El violador es una persona enferma?
- M.W.: Es un hombre que cree que tiene poder y que puede hacer abuso de ese poder. Nosotros vivimos en una sociedad regida por el patriarcado, es un tipo de organización social que determina el lugar que ocupan los hombres y mujeres y esos son lugares asimétricos. Son hombres que creen que tienen derechos sobre el cuerpo de las mujeres, como si fuera un territorio de conquista. Si lo ponés en ese plano, no entienden que ese territorio no les pertenece.

¿Y las leyes?
- ¿Qué lugar ocupa la ley y el poder judicial en todo esto?

- M.W.: La ley argentina viene adhiriendo a tratados internacionales desde hace varias décadas con compromisos asumidos y también existen leyes de género nacionales. La Provincia y el Municipio tienen su propia normativa, lo que tal vez no se ajusta a los tiempos de la justicia es la formación y sensibilización de los operadores que somos los encargados de hacer funcionar esas leyes. No solo es trabajar en la formación de los distintos agentes del Estado, sino en sensibilizar sobre la temática como parte de la educación en todos los niveles, desde la escuela primaria hasta la universidad. Pero no sólo necesitamos abogados con perspectiva de género, se necesitan también médicos, docentes, se necesitan trabajadores sociales. Todos los que estamos trabajando tienen que estar atravesados por una mirada de género.

- ¿Hay un proceso, un mecanismo que termina en la violencia explícita?
- L.D.: Por lo general hay un patrón, un denominador común. Comienza en la mayoría de los casos con una violencia psicológica, se le quita poder al "yo" de la mujer, baja su autoestima, ella empieza a ceder y el varón empieza a someter. Entonces, cuando dice que "no", empieza la violencia física como un elemento de cohesión más. Cuando la física ya no alcanza empiezan las amenazas económicas, simbólica y la más extrema es la sexual que también ocurre como si fueran distintos procesos. Cuando llama la víctima a pedir asistencia, lo primero que hay que hacer es tratar de detectar en qué momento del proceso está llamando.

- ¿Teniendo en cuenta como disparador el caso Darthés, qué tipo de pruebas son válidas pasados los 10 años del hecho denunciado?
- M.W.: Acá la prueba más importante es la propia voz de la mujer. Obviamente habrá testimoniales que conocieron la situación y el contexto. No habrá pruebas biológicas, pero la prueba más importante es el testimonio de la mujer. Sus dichos y su emoción, son analizados con pericias psicológicas, la voz de la mujer es la prueba principal.

Números que duelen
16 llamadas diarias y 500 mensuales fue el total de llamadas que se hicieron al teléfono verde en 2 meses (1 de julio al 30 de septiembre).
De esa cantidad, el 64% se comunicaba por primera vez.
Se detectaron 536 nuevos hechos de violencia en ese período de tiempo.
Si sufrís algún tipo de violencia de género, podés comunicarte al teléfono verde: 0800-444-0420.



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