Nicolás Piray
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El cuarteto menor de Malambo “Los Gallitos”, del Instituto Municipal de Expresiones Folclóricas Artesanales y Artísticas (Imefaa), fue parte del 52º Festival Nacional del Malambo. El certamen se desarrolló desde el domingo 6 al sábado 12 de enero, en la localidad cordobesa de Laborde.

Los representantes de Crespo que subieron al escenario mayor con tan solo 12 años fueron: Mainque Reynoso; Lihuel Donda; Rodrigo Domínguez; y Benjamín Zaragoza. Junto a ellos también viajó el profesor Franco Zaragoza.

Cada enero, bailarines, músicos y artistas de todas las provincias del país se reúnen en el pueblo legendario de Córdoba, defendiendo con plena autenticidad las costumbres y expresiones típicas del diverso colectivo cultural argentino. Con la identidad nacional como bandera, muchos sueños visitan Laborde en busca de consagrarse en el “más argentino y federal de los festivales”.

Se trata de una competencia amplia, que tiene como objetivo coronar al Campeón Nacional del Malambo, a pesar de que también hay danza y música. Llegan año a año el color y la impronta de distintas delegaciones que, durante siete noches de competencia y al calor festivalero, deleitan al multitudinario público que acompaña cada edición.

Los bailarines de la Capital Nacional de la Avicultura consiguieron el puntaje requerido para el primer premio del Pre-Laborde, que se realizó el sábado 27 de octubre en la localidad de Enrique Carbó, y así se convirtieron en los primeros crespenses de la historia en zapatear en el escenario mayor del festival. “Tuvimos la suerte de ganar el provincial y representamos a Entre Ríos en la categoría Cuarteto Combinado Menor”, dijo el profesor Franco Zaragoza en una entrevista con Mirador Entre Ríos.

Más allá de que hay diferentes categorías, cada provincia lleva su aspirante en Solista Mayor de Malambo, que es lo que se lleva todas las miradas. Suben al escenario tres o cuatro delegaciones por día, y el último son las finales.

Inolvidable experiencia

“Los Gallitos” zapatearon el primer día del festival y tuvieron que esperar hasta el último para saber su devolución, pero sabiendo que inscribieron sus nombres en la historia grande de la cultura de Crespo, sin importar cual fuera el resultado.

Al ser consultado sobre la experiencia, Zaragoza señaló: “Como subimos al escenario el primer día, luego tuvimos libre. Ensayamos mucho, pero también los gurises salieron a recorrer, íbamos a la plaza y disfrutamos. Laborde es un pueblo chico y tranquilo, así que aprovechamos que no hay mucha distracción para ellos y fuimos al festival todos los días. Estuvieron ansiosos en la semana, esperando la decisión del jurado”.

—¿Cuáles son tus sensaciones?

—Felicidad y orgullo. Este certamen es el techo del malambo, en Argentina no hay algo mejor. Y nosotros pudimos estar ante la atenta mirada de todo el país para mostrar lo que trabajamos y preparamos durante mucho tiempo. Los gurises estuvieron muy bien arriba del escenario. En el momento no presté demasiada atención porque estaba tocando el bombo y concentrado en no equivocarme, pero después vi las grabaciones y sin duda fue la vez que mejor zapatearon. No les quedó grande la situación, que era el miedo que teníamos porque son muy chiquitos, por primera vez en el festival y el primer día con la plaza llena de gente. Estoy muy conforme. Quizás los chicos todavía no toman dimensión de lo que lograron, pero es histórico porque son los primeros de la ciudad que llegan en malambo, por eso el resultado final no importa.

—¿Es especial para vos?

—Sí, no hay dudas. Tiene un gustito lindo porque soy el profe de mi hermano menor que está dentro del cuarteto y además por el motivo de que tuve a mi familia apoyando en Laborde. Desde que nací estuve ligado al folclore gracias al trabajo de mi papá y hoy tener la responsabilidad de ser encargado del grupo al mejor nivel nacional, y compartirlo en familia, no tiene precio. No pude estar en el escenario principal de Laborde zapateando, pero disfruto muchísimo verlo a mi hermano. Me llena el alma. También lo tomo como una responsabilidad enorme, de saber que siempre se puede dar más y que con ensayo y sacrificio podemos mejorar.

—¿Cómo se maneja la motivación en el grupo habiendo llegado tan rápido a ese techo?

—Es difícil, pero la idea es superarse constantemente. Siempre hay cosas para corregir y mejorar. En lo personal estuve haciendo contactos para capacitarme con un campeón nacional, para seguir creciendo a pesar de ya haber llegado al festival de Laborde.

—¿Por qué “Los Gallitos”?

—Surgió cuando fueron al Festival del Gurí Entrerriano, primera competencia para ellos hace dos años. Entonces teníamos que buscar un nombre para el grupo y nos acordamos del monumento a los gallos que hay en la entrada principal de la ciudad y como ‘Los Gallos‘ no podía ser ya que eran chiquitos, quedó ‘Los Gallitos‘.

Agradecimientos

Franco se tomó unos minutos para recordar a todos aquellos que le dieron una mano al grupo para cumplir el sueño de subirse al escenario más importante del país: “Son muchas personas que estuvieron desde el comienzo. Principalmente agradezco a la familia de los chicos por el constante apoyo hacia ellos y a la Municipalidad por brindarnos el espacio y el transporte. A Nicolás Ellemberger por la supervisión general y por estar dispuesto a viajar una vez por mes a Crespo a darnos una mano. También a los padres del Taller de Folclore de Imefaa que nos brindaron una ayuda económica fundamental para cubrir todos los gastos. Y por último a toda la gente que estuvo colaborando con cada cosa que vendimos para juntar dinero”.