Redacción Mirador Entre Ríos
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A tan sólo 12 kilómetros de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, se encuentra la pequeña localidad de San Benito. Si bien es notable la cercanía con la gran ciudad, hay grandes diferencias entre ambos municipios. Una de las principales es la tranquilidad en la que viven sus 10.000 habitantes aproximados, ya que gran parte del territorio es zona rural.

En su fisonomía se destacan varias plazas y plazoletas. En tanto, es una ciudad donde la mayoría de sus residentes son empleados administrativos y algunos realizan sus trabajos en el parque industrial de Paraná. En materia deportiva, la comunidad cuenta con el Club Atlético y Social San Benito, en el cual se desarrollan distintas disciplinas. La institución lleva más de 100 años formando a deportistas que representan a la ciudad en competencias provinciales.

Mientras que si de celebraciones culturales se trata, la localidad cada año es sede de la Fiesta del Agricultor. La festividad lleva 53 ediciones, en las que visitantes de la región disfrutan de bailes, gastronomía y números artísticos. Otro evento que siempre es motivo de festejo es el aniversario de la ciudad que se cumple cada 13 de abril. De hecho, durante este fin de semana la comunidad de San Benito celebra nada menos que 140 años.

Historia

San Benito tuvo su origen a raíz de un contingente de inmigrantes italianos, eslovenos y austríacos que llegaron en abril de 1879 de la actual región italiana de Friuli-Venecia Julia, que entonces abarcaba zonas lindantes con el Imperio austro-húngaro y la actual Eslovenia. De hecho, su arribo se lo toma como fecha fundacional.

Los campos que se colonizaron pertenecieron inicialmente a Vicente del Castillo, quien fue Ministro de Hacienda de la Confederación Argentina. En el ocaso de la agrupación de provincias, el funcionario prestó dinero al Estado para solventar los gastos de la escuadra varada en el puerto de Paraná. Pero con el traslado de la capital a Buenos Aires, Bartolomé Mitre no le reconoció el aporte y se vio en serias dificultades económicas, por lo que Vicente del Castillo perdió sus propiedades. 

Estos campos pasaron a manos de la Comisión Pro Templo de San Miguel de Paraná, a raíz de un decreto del gobernador Febre en junio de 1878. Esta Comisión cedió sus derechos a Nicolás Arriola y luego éste a los hermanos Brugo.

Carlos y José Brugo dieron inicio a lo que llamaron la Colonia 3 de Febrero, adyacente al ejido de Paraná, con límite en el arroyo Las Tunas. Poblaron con alrededor de 120 familias friulanas todas las chacras que contaban con 20 cuadras.

A partir de 1887, con la donación de Juan Bautista Solaro de varias manzanas de terreno para la construcción de la iglesia católica, se comenzó a generar cierta población alrededor de la nueva capilla y eso dio origen a lo que el presbítero Benedicto Garabaso decidió llamar San Benito.

Pese a que por muchos años se siguió llamando Colonia 3 de Febrero, y en la usanza popular Colonia Brugo, en el tiempo prevaleció la denominación que hoy se conoce: San Benito, cuyo ejido cuenta con unas 5.400 hectáreas.

Tristemente conocida

La pequeña localidad de San Benito estuvo en el centro de la escena nacional a mediados de 2004 cuando allí desapareció Fernanda Aguirre, una joven de 13 años de la que desde entonces entre idas y venidas, pistas e investigaciones, se desconoce qué le ocurrió.

El 25 de julio de ese año la adolescente salió de su casa cerca de las cuatro de la tarde hacia el puesto de flores que su familia tenía frente al cementerio, pero nunca llegó. La principal hipótesis apunta a que Fernanda fue secuestrada y privada de su libertad en una red de trata de personas, presuntamente con fines de explotación sexual. A pesar del paso del tiempo, su familia aún mantiene las esperanzas de hallarla con vida.