Belén Fedullo
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“No sé si termino de comprender lo que viví”, dice Yael Oviedo, la delantera de la Selección Argentina, días después de haber sido recibida con banderas y aplausos en Concordia, su ciudad natal, en donde fue declarada embajadora honorífica. La jugadora de 27 años cumplió la meta que se puso cuando era pequeña y jugaba a la pelota con sus vecinos en el potrero del barrio. “Siempre soñé con jugar en Boca y con la camiseta de Argentina, y pude cumplirlo. Hay que luchar para cumplir los sueños”, aseguró.

Yael fue convocada entre las 23 jugadoras de fútbol femenino para disputar el Mundial de Francia. Quedó en la historia no solo por haber sido parte del equipo que logró sumar puntos en la competencia, sino también por ser la primera concordiense en representar al país en un mundial.

Nació en Concordia en 1992. Desde chica quizo ser jugadora profesional y se preparó para eso. Luego de pasar varias pruebas fue seleccionada para jugar en el club de sus amores, Boca Juniors, en donde fue goleadora. También fue jugadora de la UAI Urquiza y desde allí emigró hacia Europa. Actualmente se desempeña en el Rayo Vallecano de la Liga Española.

Aunque vive hace tres años en España, Yael no olvida sus raíces. Cuando tiene vacaciones se acerca a Concordia, a su querido barrio, y allí transcurre sus días, como una más. Ahora, después de jugar un mundial con la celeste y blanca, también volvió y, aunque el reconocimiento es otro, ella sigue siendo la misma.

En pocos días pasó por varios lugares, se detuvo con cada persona que quiso tomarse fotos, visitó su escuela primaria, la nº 6 “General José de San Martín”, que está ubicada en el barrio Toronjal y allí, sintiéndose como en su casa, alentó a los niños a que crean que todo es posible: “Me acuerdo cuando iba al campito y jugaba descalza. Hay que trabajar para llegar lejos”, dijo. Además, ofreció charlas junto a profesionales, fue homenajeada y organizó un partido solidario. No ganó la copa del mundo, pero volvió llena de cosas para dar.

El mundial y el progreso del fútbol femenino

Aunque en Europa todo es más avanzado, Oviedo formó parte de una selección que tenía mezcladas a jugadoras profesionales con otras que no lo son. La entrerriana reconoce que este mundial fue un paso más en la consolidación del deporte y asegura que aún no toma conciencia de lo que lograron.

—¿Cómo viviste el mundial?

—Fue una experiencia única desde el día que me dijeron que integraba la lista para ir, es todo lo que soñé y pude cumplirlo. Llegamos a Francia 10 días antes y estábamos muy ansiosas esperando que la pelota comenzara a rodar. Cuando empezó todo nos pareció una locura, haber jugado en el Parque de los Príncipes, habernos enfrentado a otras selecciones, creo que todavía no soy consciente de lo que viví.

Cada vez que jugábamos un partido iba a los estadios mucha gente con la camiseta de Argentina, después nos esperaban en el hotel o afuera del estadio y nos bajábamos del micro para ponernos a cantar, se ponían a llorar y yo no podía creerlo, estaban emocionados con nosotras.

—En el plantel había jugadoras no profesionales ¿Qué sucede cuando existe un equipo así?

—Yo tuve la suerte de ser una jugadora profesional, pero tuve que irme del país porque acá no alcanza. Muchas de las chicas trabajan o estudian y eso a veces limita un poco durante las competencias a nivel mundial ya que la liga inglesa y la francesa son profesionales hace mucho, entonces tal vez en ese sentido hubo una ventaja sobre nosotras que se notó.

—¿Por qué es tan difícil que sea profesional el fútbol femenino en Argentina?

—Creo que no invierten. Hoy en día tenemos el apoyo de Chiqui Tapia, de la AFA, pero eso empezó hace algunos meses. Las cosas cambiaron, pero necesitamos el apoyo completo de las instituciones, los clubes tienen que apostar e invertir en los equipos femeninos. En España suelen ser sponsors los que invierten para que los campeonatos puedan llevarse adelante, más el apoyo de la liga. Creo que ahí está la clave, en la confianza, en Argentina deben creer en el trabajo serio que hacemos, porque una excusa era que el fútbol femenino no generaba ganancias, pero se han podido llenar estadios.

—¿Sienten que después del mundial habrá otro enfoque en el país?

—Siempre digo que fuimos las 23 privilegiadas de ir a un mundial y de representar de manera visible a la Selección Argentina de fútbol femenino, pero que el cambio que se da es para todas. A partir de ahora se habla más de nosotras, la gente ahora nos conoce en todo el país y a nivel internacional. El partido contra Escocia tuvo picos de raiting en la TV Pública y todo eso va marcando un poco el camino.

Haber conseguido el primer punto en la historia de los mundiales de fútbol femenino con la camiseta de la selección y haber quedado en los libros es algo que también nos hizo muy felices. Yo lo cuento, puedo repasarlo, pero creo que no tomé dimensión de lo que significa.

—¿Hablaron con las rivales de lo que está sucediendo con este mundial?

—Conozco a algunas de las jugadoras españolas, también otras de la selección chilena y nos pusimos a hablar de lo que está pasando, que hay un antes y un después en el mundo del fútbol femenino. En Europa está todo mucho más avanzado, yo lo veo en la liga española, ahí ya está hecho el camino y se reconoce mucho más lo que las deportistas hacen, entonces yo quiero que eso que sucede allá se produzca acá, en los países de la zona, y dimos el primer paso.

—En el último partido remontaron un 3 a 0 ¿Creés que tenían chances de mostrar más?

—Nosotras queríamos jugar cinco minutos más porque justo estábamos yendo al ataque y ellas estaban rendidas. Era entendible ese panorama porque Escocia iba ganándonos 3 a 0 y de pronto vino una ráfaga de goles y lo empatamos, por eso nos teníamos confianza y creemos que, si adicionaba la árbitra, por el tema del VAR, podríamos haberlo ganado sin problemas, porque estábamos en el mejor momento.

Igualmente fue algo muy lindo, porque fue el segundo empate y por primera vez Argentina hizo tres goles en un mundial femenino, pero nos pusimos a llorar desconsoladas porque estábamos confiadas en que podíamos darlo vuelta y seguir en el mundial.

La foto con Messi

Antes de viajar a Francia, las 23 jugadoras de la selección femenina compartieron almuerzo con los jugadores de la selección masculina, que comenzaban a concentrar para la Copa América y allí, la concordiense pudo comer con su ídolo, Lionel Messi.

“El día que almorzamos con los jugadores de la selección masculina yo tenía a Messi en frente y no podía creer que estaba compartiendo el almuerzo con él, aunque estaban todos, siempre Lio parece de otro planeta y por eso sorprende. Es el mejor, pero tiene una humildad impresionante, habló como uno más con todas y se sacó fotos”, contó y agregó: “Los chicos nos dieron algunos consejos, nos desearon suerte, nos recomendaron que disfrutáramos de cada cosa que hacíamos durante nuestros días en Francia”, mencionó.

De cara al futuro, la delantera debe esperar a conocer la lista para los Juegos Panamericanos, que se reduce a 18 jugadoras. Las convocadas viajarán el 2 de julio a Buenos Aires para concentrar y entrenar.