El arbolado urbano cumple una función clave en las ciudades ya que contribuye a disminuir el efecto de isla de calor producto del pavimento y las construcciones, reduce la contaminación ambiental captando las partículas de polvo suspendidas en el aire y provee el oxígeno indispensable para la vida.

En una primera etapa, se colocarán ejemplares de tilos y fresnos que fueron provistos a raíz desnuda. Posteriormente, se plantarán ejemplares en terrón o envasados. Las especies son colocadas frente a los domicilios en reemplazo de un ejemplar que fue extraído por solicitud del vecino y en distintos espacios verdes.

Se tiende a colocar especies arbóreas que ya existen en cada sector ya que esto promueve su desarrollo y evita la competencia de los árboles por los recursos, además de facilitar el mantenimiento a futuro con las tareas de poda, barrido y limpieza ante la caída de hojas.

Los árboles adquiridos cuentan con altura no menor a 2,20 metros y el grosor de su tronco o tallo principal es de un tamaño considerable para asegurar su óptimo desarrollo. Las especies seleccionadas son fresnos, acer sacharinum, crespón, lapachos, tilos, ligustros aureos, acacia melanoxylon, jacarandá, pezuña de vaca, ceibos, pino elliotti, liquidambar, ciprés calvo, roble europeo, grevillea, palo borracho, ibirá pitá, tipas, brachichitos, entre otras.