Primer debate presencial por ley

Una ágil síntesis de propuestas, con unos pocos cruces picantes

Con tiempos acotados y casi nulos intercambios, los presidenciables repasaron sus plataformas y tuvieron espacio para lanzarse algunos dardos.
14-10-2019 | 16:35 |

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Foto: Télam.


Emerio Agretti
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Los candidatos presidenciales Mauricio Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, José Luis Espert, Nicolás del Caño y Juan José Gómez Centurión debatieron anoche por primera vez en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral, protagonizando el primero de los dos encuentros previstos antes de las elecciones generales del próximo 27 de octubre.

El intercambio dejó expuestas las estrategias de los dos principales candidatos a imponerse en los comicios: así, Macri vinculó a Alberto Fernández con el pasado del kirchnerismo y el candidato del Frente de Todos lo acusó de mentiroso, lo que provocó una polarización en el debate.

Acorde con ello, ya desde la presentación quedó definido el campo de batalla. Macri la centró en recapitular que “hemos resuelto problemas que venían desde hace décadas”, pero que “necesitamos más tiempo” para resolver los que faltan. Fernández, en tanto, arrancó remitiéndose al debate que sostuvieron Macri y Daniel Scioli, previo a la segunda vuelta electoral en 2015, y anticipando el tono beligerante que usaría reiteradamente hacia el actual mandatario. “Hace cuatro años hubo otro debate. Alguien mintió mucho y otro dijo la verdad. El que mintió hoy es el presidente. Y el que dijo la verdad está sentado en el auditorio. Yo vengo a decirles la verdad”.

Política internacional
En esa tónica, partió asumiendo que “la globalización ha venido para quedarse”, pero que ello no implica “estar de rodillas”, ni dejar de preservar los derechos del país. Apuntó a la regionalización: “Volver a América Latina, volver al Mercosur y discutir de ahí con la Unión Europea”.

Nicolás del Caño arrancó el tramo con un saludo “al hermano pueblo de Ecuador”, y a contrastar con el apoyo de Macri a Lenin Moreno. “Se pelean a ver quién es el mejor alumno del FMI. Es imposible estar del lado de las grandes mayorías y hacer el ajuste”.

Juan José Gómez Centurión apostó a la creación de “un sistema de defensa”, que provea a la Argentina de suficiente fortaleza para “poder decir que no” a las exigencias internacionales.

José Luis Espert comenzó con un reconocimiento a Macri, por “habernos sacado de la cloaca en el plano internacional donde nos dejaron los que tal vez vuelvan en diciembre”. Definió al gobierno de Venezuela como “una dictadura asesina”, y bregó por “abrirnos al comercio y respetar los acuerdos, no el desastre de 2001”.

Para Roberto Lavagna, la reivindicación de Malvinas es “irrenunciable”, y que en la relación con los demás países “ni la sumisión ni la verborragia sirven”; rescató al Mercosur como proyecto estratégico y consideró que “lo de la Unión Europea puede ser una oportunidad, pero también que repita la sumisión”.

“Cuando llegamos, éramos uno de los países más aislados del mundo, sólo teníamos relación con Venezuela. Retomamos relaciones independientemente de la ideología, y establecí vínculos con los principales líderes del mundo”, resumió a su vez Macri.

Economía y finanzas
Del Caño apuntó a la pobreza y a la fuga de capitales, y reiteró sus propuestas de estatizar tanto la banca como las empresas de servicios públicos, “en manos de los trabajadores”.

Por el contrario, para Gómez Centurión, el principal problema son el déficit fiscal y el gasto público, por lo cual propuso bajar impuestos y eliminar las retenciones al agro.

Espert repasó las cíclicas crisis argentinas, donde los ganadores fueron “los empresarios prebendarios”, “los políticos que ampliaron el Estado”, “los sindicalistas que, con el cuento de la justicia social, crearon una maraña legal que hoy tiene a 5 millones de trabajadores en negro”.

Roberto Lavagna apuntó a que la economía argentina, pese a la abundancia de recursos del país, “lleva 8 años de estancamiento absoluto”, con dos gobiernos distintos y “en un marco de confrontación que termina erosionando las bases de la propia sociedad”, definió.

Macri, a su vez, volvió a poner el foco en la cuestión de los tiempos, y en cuánto demanda revertir 80 años de inflación, déficit y pobreza. Y a tono con el eje puesto en su campaña tras el revés de las Paso, abordó que “en el último año y medio la carga ha caído sobre la clase media, pero el esfuerzo no fue en vano. Estamos mejor. Tenemos energía, exportamos más, comenzamos a bajar impuestos. Estamos por entrar en una etapa de crecimiento y alivio para la clase media”, prometió.

Alberto Fernández acudió aquí a un latiguillo que usaría en distintos momentos del debate: el presidente “nunca entendió. Creyó que para combatir la inflación tenía que atacar el consumo, y prohibió el crédito. El consumo afecta a la producción, esto genera desempleo y esto produce pobres. Usted va a dejar 5 millones más de pobres y generó una deuda increíble, que es el 100 % del PBI”.

DD.HH., género y diversidad
Tanto Gómez Centurión como Espert aludieron al “curro de los derechos humanos” como sustento de indemnizaciones e incluso del sostenimiento de “falsos” planes de vivienda durante el kirchnerismo. El ex funcionario insistió aquí en el principal eje de su campaña, reiterado durante el debate, en cuanto a “vetar todo lo que vaya contra derecho a la vida”.

Espert añadió su apoyo a la Educación Sexual Obligatoria, pero no cuando “degenere en ideología de género”. Y añadió que “Argentina tiene que dejar de discutir y revisar los ‘70. No es posible construir un futuro si no dejamos de revolver el pasado”.

Lavagna prefirió correr el eje de los derechos humanos, y centrarlo en el “hambre en la Argentina”. Luego diría, en una intervención posterior a las de Macri y Fernández que “se ha hablado de leyes y avances, pero hay una enorme distancia entre eso y la aplicación”.

Fernández puso el foco en “el colectivo feminista”, por su llamado de atención no sólo sobre la violencia de género, sino también la desigualdad de oportunidades. “Yo voy a resolverlo: vamos a crear el Ministerio de la Mujer, la Igualdad y la Diversidad. Porque la ley es igual para todos, los distintos somos las personas”. Y luego, cuando Espert le espetara “¿otro ministerio más?, ¿más Estado y burocracia?”, replicó con que “no me preocupa tanto ampliar el gasto público si es para ampliar derechos”.

Tras reconocer “la deuda con las mujeres”, Del Caño enrostró a “senadores de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos” haber votado en contra del aborto legal.

Macri, a su turno, puso el énfasis en que “en el gobierno anterior las víctimas de delitos no tenían derecho, ninguno. Nosotros no estamos con los delincuentes, sino con las víctimas. Y con las fuerzas de seguridad que combaten al delito”.

Educación y salud, contra las cuerdas

Con la educación como “derecho básico y esencial”, Espert propició terminar con los paros docentes y revisar “concesiones excesivas en materia de licencias, ausentismos y enfermedad”. Y también “relanzar escuelas técnicas para los chicos que no deseen seguir en estudios universitarios”. Su propuesta incluye arancelar la universidad, “para con eso financiar becas a quienes no pueden pagarse los estudios”, y restituir el examen de ingreso. Y en materia de salud, “quitarles las obras sociales a los sindicatos, en ningún lugar del mundo existe eso”.

Lavagna apuntó a la prevención en salud y un proceso de “centralización acordada” en educación. También, revertir los recortes al presupuesto en ciencia, “una de las áreas que más sufrió porque dejó de ser prioridad”.

Macri reivindicó aquí las pruebas Aprender y, a partir de ellas, las medidas que se tomaron para afrontar los problemas de comprensión de texto y realización de operaciones matemáticas de los alumnos. La idea de llevar robótica, programación e inglés a distancia, Internet mediante, a todos los niveles educativos. Y, además de reivindicar el saneamiento del Pami, aseguró que los presupuestos en educación y ciencia en realidad crecieron. En tren de chicanas, espetó a Fernández que “me imagino que Kicillof va a poner una narcocapacitación en las escuelas”. “Creía que íbamos a hablar en serio”, le replicó el aludido. Y también lo chicaneó sobre la afirmación de que “los abuelos ahora tienen las recetas en el celular”, asegurando que “los abuelos no tienen celular”. Y en la misma tónica, volvió a batir el parche con la frase presidencial sobre la “gente que cae en la educación pública” como ilustración del presunto desinterés del gobierno en la materia, refrendado con el dato de que “el presupuesto en educación cayó un 40 % y en ciencia un 43 %”.

Del Caño eligió como muestra de que “al gobierno no le interesa la educación” y el trágico caso del estallido de una garrafa en la provincia de Buenos Aires. Y convocó a “revertir lo que hizo Menem de transferir las escuelas a las provincias sin recursos” y terminar con “la salud-negocio”.

Gómez Centurión también propició las escuelas técnicas y de oficios, “restaurar una escuela pública que ha sido rehén de las mafias sindicales”, y tomar en cuenta que “la escuela ha perdido matrícula y ganado cargos docentes”, proponiendo “190 días de clases garantizados”.

En la mira

“Dos de cada tres pesos que tomamos fueron para pagar deuda del gobierno anterior. El otro para reducir el déficit”. Mauricio Macri, al responder sobre el endeudamiento.

“De los 39 mil millones del Fondo, se fueron 30 mil, y se los llevaron sus amigos. Ya es hora de que deje de mentirnos”. Alberto Fernández.

El candidato justicialista también acusó al presidente de querer preparar el terreno -con la ruptura de las relaciones diplomáticas con Caracas- para avalar una intervención militar. “Espero que ningún soldado argentino tenga que pisar tierra venezolana”, advirtió.

En tanto, Macri mostró sorpresa en otro tramo de que Fernández hable de corrupción. “Y de que diga que yo destruí la economía, cuando antes decía que lo había hecho Cristina. Digamos la verdad”.



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