Entre tangos y milongas

Crece la movida milonguera juvenil en Gualeguaychú

Por mes se organizan al menos dos milongas en la ciudad. El 11 de enero inauguró en plena costanera el primer espacio cultural dedicado casi exclusivamente al tango, y cada vez son más los jóvenes que se suman a bailarlo. Mirador Entre Ríos dialogó con referentes de este género que empieza a crecer en la costa del Uruguay.
28-01-2020 | 22:08 |

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Félix Bon y Ángela Sarmiento disfrutan del tango y lo adoptaron como su estilo de vida. Foto: Gentileza Julio Franco


Sabina Melchiori
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"Hace tiempo que no voy a bailar a los boliches, pero en las milongas me quedo hasta que amanece", contó Ingrid Iregui, bailarina de 28 años. Una sonrisa fresca predomina su cara durante el tiempo en el que transcurre la charla. Está feliz y se le nota, porque hace apenas 15 días, junto a su compañero Fleco Rivas, inauguró el primer espacio de tango de la ciudad: "La Colombina".

El salón, pensado como centro cultural y refaccionado principalmente para el desarrollo de milongas y clases de tango, queda sobre la calle 25 de Mayo, a pocos metros del río, zona de bares y boliches que abren durante el verano gualeguaychuense. De modo que, sin necesidad de hacer una investigación de campo, podemos afirmar que en forma simultánea un sábado cualquiera de este verano habrá quienes bailen La Cobra, de Jimena Barón, y, a pocos metros de distancia, otros se abrazarán sumidos en los acordes de la orquesta típica de D'Arienzo.

La Colombina se destaca y deslumbra a quienes pasan por allí, por el mural que abarca por completo la fachada: una ciudad nocturna, con sus edificios y luces encendidas, flores de colores en lo alto y, al ras de la vereda, parejas bailando tango. "Tango", dice el tatuaje de Facundo. Las letras de diseño fileteado ocupan por completo su antebrazo. También estudió danza clásica y enseña folclore, pero por el tango siente algo especial. Entre risas, dice que cuando muera quiere que dejen el cajón a un lado y se arme una milonga.

Facundo Silveyra tiene 34 años y desde antes de terminar el colegio secundario ya bailaba tango. A los pocos años, cansado de que le enseñaran figuras y estructuras aprendidas de memoria, se largó a enseñar de otra manera. "Fui construyendo conciencia del cuerpo, experimentando con otras danzas y haciendo muchos ejercicios de autocorrección. Pretendo que mientras se baile haya diálogo, disfrute y relajación", sostuvo.

Celebra que hoy haya milongas en Gualeguaychú porque cuando empezó a bailar no había ni una. Junto a unos pocos amigos iban a los lugares donde tocaban bandas de tango en vivo y bailaban el tiempo que duraba el show, también solían llevar discos a restaurantes donde les permitían correr las mesas y bailar, y cuando podían viajaban a ciudades cercanas donde sí había milongas. "Este momento es fabuloso, son las 5 de la mañana y estoy bailando con la misma energía que a las 10 de la noche, lo disfruto mucho y busco bailar con todo el mundo. En ese sentido soy igual de manija que Ingrid, somos muy milongueros", destacó Silveyra.

"Sueño y me atrevo a afirmar que el tango se va a multiplicar"

Félix Bon lleva bailando más de la mitad de su vida, pero fue recién en el 2013, cuando decidió dejar de lado cualquier otro proyecto artístico y dedicarse exclusivamente al tango. Hasta entonces, según cuenta, el tango lo miraba de reojo. "Fue un 18 de enero, el día del cumpleaños de mi vieja, que le dije que no iba a estar con ella porque me iba a Buenos Aires a un seminario de tango. Y así fue como llegué al mítico barrio de Villa Crespo a charlar con el maestro Cacho Dinzel. Con 15 minutos de charla me di cuenta que quería el tango como forma y filosofía de vida", reconoció Bon.

Hoy, a punto de salir de gira por Colombia y Panamá junto a Ángela Sarmiento, su pareja sobre los escenarios y también lejos de ellos, Félix afirma que el tango le ha dado más de lo que él al tango: "Conocerla a Ángela y con ella la llegada de Luna, nuestra hija, y hacer un gran giro en la forma de vivir. El tango es un estilo de vida y genera mucha satisfacción ver gente que entra al tango y se sana".

Sobre la movida milonguera gualeguaychuense, Bon analizó: "No puedo ver lo que pasa en la ciudad sin mirar la región. El tango danza se viene expandiendo en el mundo desde el año 2000 y profundizando su expansión cuando fue declarado patrimonio inmaterial de la humanidad. Pero esa expansión recién ahora se empieza a ver en el interior del país. En cuanto al acercamiento de los jóvenes, no me sorprende por el hecho de cómo vivimos el tango, hay cierta fraternidad e igualdad que lo hace atemporal y crea una convivencia atractiva y armoniosa entre los jóvenes y los adultos. Eso está en la naturaleza misma del tango. Sueño y me atrevo a afirmar que el tango se va a multiplicar exponencialmente en los próximos años en la ciudad".

Abrirle las puertas al tango

En el caso de Sergio Figún, esto de abrirle las puertas al tango, es literal, porque no solo lo incorporó a su vida tomando clases y asistiendo a cuantas milongas haya en la ciudad y alrededores, sino que también ofrece habitualmente un espacio de su propia casa para que se brinden talleres y se realicen prácticas de milonga.

"Mi primera clase fue con Ingrid y Fleco. Descubrí un ambiente maravilloso. Jóvenes y adultos conviviendo, mucho compañerismo y solidaridad. Viajes, juntadas, asados, milongas, anécdotas hermosas y todo en un ambiente de mucho respeto. Para mí el tango es un cable a tierra, un disfrute fantástico. Te abrazás, la música entra en tu cuerpo y sentís que flotás, que volás con otra persona. Lo de dar un espacio en mi casa fue algo imprevisto. Ingrid me pidió para hacer la practilonga de los viernes por conflictos con los vecinos y la música, y ahí nomás acondicionamos el garaje, con banderines y lamparitas azules que le dieron el nombre de 'Cuartito azul", rememoró Figún.

Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad

En septiembre de 2009, la Organización Cultural de Naciones Unidas (Unesco) declaró al tango como patrimonio cultural intangible de la humanidad. Unos 400 expertos reunidos en Abu Dhabi, que estudian cientos de candidaturas, reconocieron que debe ser salvaguardado. El tango "personifica y alienta tanto la diversidad cultural como el diálogo", informó la organización.

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