José Prinsich
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Faltaban pocos minutos para que la última noche de carnaval se pusiera en marcha. La ciudad de Hasenkamp se preparaba para recibir a miles de visitantes, llegados desde diversos rincones de la provincia. Todo marchaba a la perfección aquel sábado 15 de febrero, con la luz de la luna reflejándose sobre el predio y las condiciones climáticas que ameritaban disfrutar de la jornada. 

Desde temprano, la gente ingresó al lugar con sus sillones y equipo de mate, tratando de buscar la mejor ubicación posible. Mientras tanto, los gurises corrían de acá para allá tirándose espuma y avivando la tradición veraniega. Las gargantas estaban listas para festejar durante varias horas y las cámaras a punto para registrar momentos únicos, que luego serían subidos a las redes sociales.

Cuando las agujas llegaron a las 22.30, luego de la cuenta regresiva propuesta por los conductores, comenzó la acción. Las puertas del corsódromo se cerraron para que pudieran ingresar las famosas y populares comparsas de Marumbá y Malibú. La ovación de los espectadores que no tardó en llegar. Al ritmo de la música y de los aplausos, los pasistas desplegaron todo su color sobre la pista.

Durante las cinco noches de carnaval, uno de los atractivos más importantes fueron las carrozas. Estas imponentes estructuras se construyeron con mucho esfuerzo durante todo el año y cada vez que salen a escena se roban todas las miradas.

Marumbá fue la encargada de romper el hielo. En esta oportunidad la temática fue "Escape de Libertad" con grupos que reflejaban lo que nos oprime y lo que nos hace libre como el deporte, la música y la danza. En esta oportunidad se presentó una carroza de apertura con un gran cerebro que representaba las ideas. Unos tramos más adelante estaba la reina Betsabé Ardiles, que comenzó vestida de negro con brujas, arañas y gatos negros que la acompañaban a los costados, poniendo de manifiesto el lado oscuro. Pero que más tarde iba a estar de blanco, reluciente en la carroza de clausura denominada "La Liberación", donde aparecía el rostro de una mujer. También estuvo presente la carroza de los músicos de Alcaráz y finalmente la batería a cargo de Mauricio Del Valle.

Luego del intervalo de media hora, llegó el turno de Malibú que llevó adelante un sueño del Rey XIV de Francia. Toda la comparsa transcurre en una fiesta nocturna hasta el amanecer en el Palacio de Versalle con el Sol, que es la reina Luciana Mansilla. En el desfile se pudieron observar varios destaques que representaban el Palacio de Versalle, con la fuente y los caballos, el Salón de los Espejos y un arco. Además estaba la majestuosa carroza de los egipcios.

En perspectiva

En diálogo con Mirador Entre Ríos, los presidentes de ambas comparsas, César Espinosa (Marumbá) y Fabiana Battisti (Malibú), hicieron un balance de los carnavales en Hasenkamp, que nuevamente volvió a consolidarse como el más atractivos de la costa del Paraná.

-¿Cómo resumen lo realizado durante estas cinco noches?

-Cesar Espinosa (CE): Estuvimos sorprendidos porque el marco de público fue enorme desde la primera noche. Las repercusiones de la gente es lo más importante, los que vinieron de afuera se fueron muy contentos y los de nuestra comparsa también. Los números nos cerraron así que podemos seguir trabajando para la edición que viene.

-Fabiana Battisti (FB): La verdad que fueron un éxito todas las noches de carnaval con un gran público y además nos acompañaron las condiciones climatológicas. No habíamos tenido la misma suerte el año pasado porque no nos acompañó el tiempo y llovió casi todas las noches. Este año lo pudimos superar. Estamos muy contentos con el carnaval de este año. Fue una fiesta muy animada y divertida. Tuvimos un promedio de 4 mil personas por noche y para nosotros es excelente por el predio y la cantidad de personas que podemos manejar.

-¿Cuál es la particularidad de los carnavales de Hasenkamp?

-CE: Es familiar. Sabes que podés traer a tus hijos y están dentro del corsódromo con mucha seguridad porque sigue siendo un pueblo. Se divierten con espuma y sabes que no va a pasar nada. A parte la seguridad de donde se guardan los autos. La gente de la zona que conoce los carnavales sigue viniendo gracias al boca a boca.

-FB: Es uno de los carnavales más grandes de la costa del Paraná. Son muy estéticos, con trajes muy lindos. Es un carnaval de muy buen nivel y tratamos de mejorarlo año a año. La puntualidad se mejoró este año y estuvo bueno porque la gente no tuvo un momento para aburrirse. Todas las noches, entre comparsas, hubo bandas de cumbia local. Esto incorpora gente que se sienta partícipe del carnaval. Es un saldo positivo.

-¿Cómo es la relación entre comparsas?

-FB: Acá no hay competencia, no se compite ni hay premios. Con el presidente de la otra comparsa somos amigos de años en lo personal. Tenemos una buena relación. Obviamente hay una lógica competencia de querer que cada uno salga bien. Pero las dos comparsas pensamos mucho en el carnaval, en el espectáculo, que en definitiva es la cultura de nuestro pueblo. Nosotros hemos ido a los medios juntos, nos prestamos cosas. En una oportunidad se nos rompió el motor de una carroza. Marumba, que salía segundo a pista, fue a buscar un motor para prestarnos. Por eso, la competencia se da más en el público que alienta más a uno que a otro. Eso es lógico porque la gente en el pueblo está dividida. Nosotros preparamos las tribunas, banderines y buscamos cosas para que la gente pueda alentar a nuestra comparsa. Pero siempre pensando en el bien del carnaval. En Malibú son 240 integrantes. A parte de trabajar y organizar la comparsa, algunos integrantes de la comisión bailan.

-CE: A la hora de trabajar, lo hacemos las dos comparsas juntas porque el hecho es que se haga el carnaval. Una sin la otra no es nada. Al momento de salir al corsódromo obviamente que cada uno quiere que su comparsa sea la mejor. Marumba tiene 220 integrantes, todos de Hasenkamp. Al ser todos locales se vive de otra manera y por eso conocida como la comparsa del pueblo, caracterizada por la alegría de su tribuna y el baile de las chicas.

-¿Cómo fue el trabajo para este año?

-FB: La comisión de Malibú es nueva ya que asumió en julio de 2019. Si bien ya teníamos los trajes desarmados de la comisión anterior, nosotros trabajamos este medio año. Estuvimos bastante apretados con el tiempo porque la verdad que se necesita casi el año completo para trabajar. Queremos empezar a trabajar en marzo con más tiempo. En noviembre y diciembre tenemos un trabajo diario, de quedarnos muchas horas a la noche. Tuvimos un resultado fantástico. Las comparsas estuvieron muy lindas y a la gente le gustó. Eso hizo que la gente pudiera venir los otros sábados. Creemos que a la gente le gustó mucho el espectáculo. El balance es sumamente positivo.

-¿Cómo se preparan para encarar la edición 2020?

-CE: Después del evento, descansamos 20 días o un mes y ya arrancamos. La diseñadora Tania Ruiz Moreno presenta la carpeta y de ahí empezamos a trabajar todos los fines de semanas. En los últimos meses se trabaja todos los días. Por eso, es gratificante el apoyo de la gente hacia las comparsas, ya que lo hacen de corazón. A los integrantes no se les paga. El aplauso y que las tribunas exploten los anima un montón.

-¿Qué significa el carnaval para ustedes?

-CE: Hasenkamp es un pueblo de carnaval. Marumba hace 47 años que está en esto. La gente nace con esta tradición. Muchos bordan, pintan, acompañan en los eventos que hacemos para juntar dinero. Acá hay corsos barriles, que son la previa para los carnavales mayores. Esta es la vidriera que tiene Hasenkamp, es algo que nos identifica y hay que mantenerlo. Por eso tenemos que trabajar entre el municipio, la comisión de corsos y las comparsas para seguir manteniéndolo. Los costos son elevados, no es fácil pero con el apoyo de todos hemos logrado sacar el carnaval. Este año tuvimos un gran nivel. El carnaval es algo bueno y tenemos que mantenerlo por el beneficioso para el pueblo. De a poco, Hasenkamp va a tomar conciencia de que tenemos que darle para adelante y tratar de que esto sea como una empresa o punto turístico.

-FB: Esto tiene que ver con nuestras costumbres, con la cultura. Es una parte de nosotros que la tenemos tan instaurada que es casi natural y la disfrutamos porque pensamos todo el año. Muchas personas del pueblo trabajan en esto desde el que cose hasta el que arma carrozas y suelda. Este año en la Escuela Municipal de Arte se pensaron en muchos talleres para capacitar a las personas de cara a los carnavales, que está muy arraigado en la población.