Belén Fedullo
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El 2019 no fue el mejor año para los empresarios arandaneros de Concordia y el país. Distintos factores, entre ellos la economía y el clima, llevaron a que la cosecha de fruta fuera menor al año anterior y la actividad no resultara competitiva. Para este 2020 el objetivo es anticipar acciones que permitan llegar al tiempo de cosecha y acción con una agenda marcada.

Este año comenzó con la epidemia internacional de coronavirus, una enfermedad que tuvo inicio en China, país que fuera apuntado como sitio para instalar el consumo de la fruta. De todos modos, y a pesar de las buenas intenciones, la posibilidad está cada vez más lejos. A la pandemia, que tiene al país asiático aún en cuarentena, se suman los impuestos que los empresarios deben afrontar y que reducen cada vez más las chances de ingreso de arándanos a ciertas zonas.

Virus y presión fiscal

"Revertir el retroceso", eso es lo que quieren en el sector que exporta arándanos. Hace algunos años, la actividad significaba trabajo y evolución, luego el panorama se complicó. Durante las últimas dos temporadas el mercado argentino se vio superado por el peruano, que pasó de cero a millones de kilos exportados en poco tiempo. La desigualdad de condiciones a nivel impositivo es una de las razones por las que Argentina quedó atrás y, este año, podría sumarse el contexto adverso que hay a nivel internacional por la llegada de una enfermedad que limita la entrada de vuelos a países europeos y asiáticos.

Alejandro Pannunzio, presidente de Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia (Apama) y vicepresidente del Comité Argentino de Arándanos, dialogó con Mirador Entre Ríos. El referente del sector sinceró su postura, dio detalles sobre las actividades previas a la temporada y contó cuáles son los puntos que deberían trabajarse para que la actividad comience a revertir el momento negativo.

Acerca de lo que podría suceder con la exportación de la fruta por el brote de coronavirus, explicó: "Lo concreto es que al movilizarse menos gente por avión, porque vemos cómo se postergan viajes al norte de Italia o a China, desde lo logístico nos afecta porque gran parte de nuestra fruta viaja en aviones de pasajeros, en la parte de la bodega. Eso le da a Argentina una ventaja muy importante porque los aeropuertos del país tienen una muy buena conectividad, por ejemplo a Italia tienen 12 vuelos semanales y desde allí parte la fruta a otros lados, por eso en la parte logística hay cierta preocupación, ya que podríamos tener menos disponibilidad de bodegas".

Hace dos años, el gobierno nacional había anunciado la apertura del mercado chino para el ingreso de arándanos. En aquel momento la noticia había sido recibida de buen modo, aunque los productores fueron realistas y pidieron que se tuviera en cuenta que la parte impositiva hacía difícil una relación estable con ese país. Lo que suponían se cumplió, la venta de fruta a China no resultó sostenible y por eso no resulta un problema el impedimento de ingreso a ese lugar por el virus.

"No hay problemas con China porque no enviamos mercadería allí. Tuvimos un primer embarque argentino hacia ese lugar en el año 2018 y eso nos abría la oportunidad de exportar, pero en 2019 se mandaron dos embarques testimoniales solamente. Nosotros tenemos un 30% de arancel para entrar a ese país, ya que no tenemos tratado de libre comercio, y a eso se suman las retenciones y demás impuestos distorsivos, por lo que no hay chances de competir en ese mercado", indicó Pannuzio.

Según el presidente de Apama, la visión sobre el desempeño de la actividad es compartida entre productores y el año pasado fue de muy malos resultados, pero no solamente por la economía, sino también porque la naturaleza no ayudó. "Por cuestiones climáticas tuvimos menos horas de luz y eso afectó la maduración de la fruta, sumado a 2.350 milímetros de precipitaciones, que es un nivel altísimo. Esto generó que hubiera un 35% menos de producción que el año anterior. Hemos tenido casi de manera cotidiana noticias de productores que salen de la actividad porque por falta de productividad no pueden seguir, sumado a que el panorama impositivo que tenemos es realmente desalentador para producir", comentó.

Nuevo gobierno, otras expectativas

-El gobierno nacional anunció la suba de retenciones ¿Cómo ven esto?

-Lo concreto es que como el país está en situación de emergencia necesitan recurrir a estos impuestos para poder salir. Tal vez deberían hacer una revisión y ver qué les pasó a las distintas producciones del país cuando se aplicaron retenciones, si generaron más trabajo o si pasó todo lo contrario. Se sabe que cuando aumentan las retenciones se dejan de producir algunos cultivos, se deja de generar mano de obra, disminuyen las divisas de exportación y se genera más pobreza y desempleo. Este es un tema recurrente de la Argentina, más allá de la emergencia, genera un retroceso.

-¿En qué notan ese decrecimiento?

-Argentina exportaba 20 millones de kilos de arándanos hace cinco años y el año pasado exportó 12 millones. Perú en ese periodo pasó de exportar 0 arándanos a el año pasado 113 millones de kilos y tienen una previsión de hacer 170 este año, entonces pensamos que si hubiera políticas adecuadas que promovieran la producción, solucionarían uno de los problemas de fondo que hay, más allá de la emergencia, que es que no hay trabajo. Los salarios de todos los trabajadores crecieron en Perú, y así la calidad de vida. Hoy en día, los ingenieros argentinos van a trabajar a ese país en donde ganan cinco ó seis veces más de lo que ganarían en Argentina.

-¿Cuál sería la solución?

-No es mucho lo que pedimos, que los impuestos que tienen como crédito fiscal se dejen para pagar impuestos nacionales, que no se apliquen retenciones, que dejen recuperar el impuesto a ingresos brutos que, de alguna manera, pierdan la cadena comercial y hacen que tengamos un costo de producción enorme que nos hacen menos productivos a nivel internacional. La evidencia es que la carga impositiva nos hace perder productividad en una actividad que crece a nivel mundial, siendo que tenemos una calidad de agua que es de la mejor en el mundo que hace que tengamos una fruta muy dulce. Tenemos que invertir para hacer algunos cambios, ya que algunos mercados exigen frutas de otro tamaño o distinto sabor, pero hay productores que no tienen a veces para pagar la energía eléctrica y a eso se suman los impuestos, entonces cómo van a invertir. Hay que mejorar esa parte.

"Cuando aumentan las retenciones se dejan de producir algunos cultivos, se deja de generar mano de obra, disminuyen las divisas de exportación y se genera más pobreza y desempleo", Alejandro Pannunzio, presidente de Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia.

Contra el trabajo infantil

Como anticipo de la temporada, durante la última semana de febrero se celebró un encuentro del que participaron el Ministerio de Trabajo de la Nación; la Secretaría de Trabajo del Gobierno de Entre Ríos; el área de Desarrollo Económico y de Empleo de la Municipalidad de Concordia; Copreti (Consejo de Prevención del Trabajo Infantil Entre Ríos); Consejo de la Producción Concordia; Departamental de Escuelas de Concordia; y Renatre. Además, hubo representantes de la fundación DyA, del ABC y de Apama.

La reunión tuvo como eje principal hacer un seguimiento de las acciones preventivas, de monitoreo y atención en materia de trabajo infantil agrícola y trabajo adolescente protegido (16 y 17 años). Sobre estas acciones, el presidente de Apama contó: "Si bien hace muchos años que no se registra un caso de trabajo infantil en el cultivo de arándanos, en el encuentro que tuvimos vimos cuáles son los métodos que pueden implementarse para hacer un trabajo de difusión a todo nivel que nos permita no solo de prevenirlo, sino también tener un protocolo de actuación por si se detecta un caso".