Gabriel Obelar

No tardó en hacerse notar y, al mismo tiempo, querer en el mundo juvenil de Patronato. La “Doc” como habitualmente se la conoce a Silvina Bauman, la traumatóloga que se encarga de las divisiones inferiores de Patronato desde hace seis años, llegó con un objetivo y logró mucho más que eso.

“Esta es la sexta temporada. Cuando arranqué jamás pensé estar todavía acá, porque me inicié a prueba, pero con el correr del tiempo me adapté a esto y todavía sigo acá. Me hace muy feliz”, le confesó la vialense de 36 años, que atendió a Mirador Entre Ríos en el Predio La Capillita, a la espera de los juveniles que entrenaban en horas de la tarde (nota realizada antes de la suspensión de la actividad por prevención ante el avance del coronavirus).

-¿Tenías experiencia en el mundo del fútbol?

-Siempre me gustó el fútbol y siempre fui a la cancha de Arsenal en Viale, donde colaboré en el Federal C y Argentino B. Después cuando Claudio Gregorutti salió del cuerpo médico de Patrón, él con Juan (Hermidas) y Gonzalo (Yacomo) me propusieron entrar y lo tomé como un desafío, en un ambiente predominante de varones, pero nos adaptamos todos. Oscar (Regenhardt, ex coordinador de inferiores) me dio muchas herramientas y me ayudó un montón. Me enseñó prácticamente las formas en las que tenía que manejarme.

-¿Fue difícil la adaptación?

-Fue de menor a mayor, hasta que logramos conocernos entre todos. No soy la clásica mujer y eso me ayudó. Trato de aprender de fútbol, no en lo técnico, pero no interfiero en ningún trabajo, sino que ayudo desde otro lado y me gusta. Se trabaja de buena manera, buscando innovar, haciendo talleres para ayudar a los chicos y cuidarlos a los adolescentes que cada día vienen más difíciles.

Sus cambios

Si bien previo a su llegada a Paraná, Silvina tenía experiencia en el mundo del fútbol, al trabajar en Patronato, en el ámbito de AFA, sufrió cambios de todo tipo: “Es totalmente diferente, acá un régimen y pautas que cumplir. En Arsenal cubría un partido y volvía a mi casa. Acá tenés que estar todo el tiempo y uno trata de hacer todo lo mejor posible”.

-Mucho más con el plantel de Primera.

-Ahí es todo muy diferente. Porque Primera se maneja de otra forma y los jugadores tienen otros requerimientos y mucho más también, por los tiempos, además de tratarse de futbolistas profesionales, que necesitan más. Fue todo un reto, más allá de que tuve un respaldo muy grande por parte de mis compañeros.

-¿Cómo fue trabajar con un plantel de Primera siendo mujer, digo por los prejuicios que se generan?

-Se portaron bien conmigo. No tengo y no tuve drama. Yo se que ellos son hombres y que requieren de otras cosas que la mujer, pero es cuestión de adaptarse de ambos lados y se puede. En ningún momento me hicieron sentir mujer, sino que fui una más, con muy buen ida y vuelta. Hubo mucho respeto siempre.

-Y te llegó la experiencia de Copa Argentina.

-Fue algo único, tenía mucha alegría, más porque había chicos que tenían la chance de jugar y debutar, a los que cuidé en inferiores. Fue una experiencia inolvidable.

-Además de todo lo que se generó después, siendo la primera traumatóloga en un equipo de Primera…

-Jamás pensé que podía causar tanta repercusión. Me llamaron de todos lados, no entendía nada. Pero es lindo cuando pasan esas cosas, mucho más para la familia.

Su rol

Es relativo, depende del lugar, del momento, del chico: “Hoy el adolescente es cada vez más complicado de tratar, por los cambios que ellos perciben y un sinfín de motivos, por lo que uno tiene que estar pendiente de otras cosas”, confesó.

-De alguna manera sos como una madre o madrina para la mayoría de ellos.

-Uno trata de no meterse tanto en la vida de cada uno, pero es difícil porque uno está todos los días con los chicos y con el tema que los padres están lejos, más en las lesiones, uno tiene que estar un poco más encima de cada uno. Por momentos cumplo esos roles, de mamá o psicóloga, a veces, también, como una amiga, porque te cuentan cosas de la vida cotidiana de un adolescentes y generar esa confianza, es muy lindo, para ayudarlos también.

-No solo por lesiones te piden consejos…

-La verdad que no. Ja. Cuando se pelean con alguna novia o chica, andan tristes y te hablan o te cuentan. Los que llevan más tiempo acá y generas más confianza, es con lo que más se habla.

-¿Con Ivo (Quiroz) tuviste que cumplir alguno de esos roles?

-Me salió solo cuando me enteré de su patología. Me golpeó mucho. Jamás pensé que podía darse ese diagnóstico y me sensibilizó mucho. Lo de Ivo nos afectó a todos, porque desde el plantel de Primera, los dirigentes, nosotros, estuvimos al pie del cañón. Ahora solo esperamos por la cirugía y rezar porque el este bien.

-Es sin dudas el desafío más grande que te tocó en estos seis años…

-Sí, porque no es algo básico como un golpe en la cabeza o fractura. Esto nos golpeó mucho por la patología que puede tener complicaciones, hasta para él que puede costarle su carrera. Por suerte tiene una familia que lo acompaña, que está en pleno contacto y estamos todos juntos para él.

Su futuro 

Todos tienen sueños o metas a largo plazo, en el caso de Bauman, mantiene los pies sobre la tierra, viviendo el día a día, donde es feliz más allá de sus otras responsabilidades: “Quiero seguir avanzando, estudiando, capacitarme y estar en contacto con otros médicos que están en este tema y aprender de cada uno. Después, el tiempo dirá”.

-¿Dónde te vez en un par de años?

-Me veo trabajando en Patronato. Ojalá pueda seguir, porque el irme de acá, sería probar en otra ciudad y a mi edad, no veo. Acá conseguí cosas únicas, conocí personas que me hacen bien y el aprendizaje en el mundo del fútbol, es lo más atractivo y hacerlo cerca de tu familia, tiene un plus.