El concordiense que pisó fuerte en la SuperLiga

“Diego me dio su confianza y traté de devolvérsela”

Eric Ramírez fue otro de los hallazgos de Diego Armando Maradona en Gimnasia y Esgrima de la Plata. El entrerriano fue una de las revelaciones. “Estoy disfrutando de este presente”, la contó a Mirador Entre Ríos desde La Plata.
05-05-2020 | 23:02 |

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Recuerdos. En su cuenta de Instagram, Iván se mostró más que feliz junto a Bautista, su hijo, y Maradona dentro del vestuario.


Gabriel Obelar

Diego Armando Maradona revolucionó a toda Argentina desde que fue confirmado como director técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata, conjunto que peleó por la permanencia en Primera División, hasta que la AFA decidió suspender los campeonatos a mediados de esta semana.

El arribo del 10 a la capital de Buenos Aires, provocó miles de sensaciones, desde la alegría por su llegada hasta el sinsabor de pelear por no bajar de categoría, cuestión que por el coronavirus, no sucederá.

Uno de los tantos puntos positivos, más allá de los refuerzos que rindieron y de buena manera, fue la confianza que les otorgó a juveniles que se encontraban relegados dentro de la institución, como Cocimano, Contín y Eric Ramírez, el oriundo de Concordia, que brilló de la mano del Diego.

“El balance que hago es muy bueno, gracias a Dios pude ganarme un lugar importante en el equipo. Uno siempre trabaja para tener un rendimiento bueno y gracias al esfuerzo, lo estoy teniendo y aprovechando”, le confió el joven de 23 años a MIRADOR ENTRE RIOS, desde La Plata, donde transita la cuarentena.

Su aislamiento

Claramente lo transita con felicidad, luego de que se quitaron los descensos en el fútbol argentino, algo que sin lugar a dudas, alegró a “la mitad más uno de La Plata”, tal como expresó su entrenador en varias oportunidades y que se refleja en el propio Eric. “Nuestro objetivo era claro, queríamos salvarnos dentro de la cancha pero se tomó la decisión de quitar los descensos y, de alguna manera, se aprieta el puño. Nosotros queríamos seguir en Primera”, indicó.

De igual manera, la alegría con sus allegados, lo vive a distancia: “Me quedé en La Plata con mi novia y Bautista, mi hijo. No pude volver a Concordia por cuestiones de tiempo, así que transito la cuarentena lejos de mis viejos”.

Más allá del encierro, pasa el tiempo de manera más que entretenida: “Realizo varias actividades durante el día, que si bien la paso jugando con mi nene, a quién aprovecho a disfrutar, también llevo a cabo el entrenamiento que nos manda el preparador físico, juego a la Play Station y también me siento a leer un poco, algo que me hace muy bien. También saca sus dotes de docente: “Tengo que hacer algunas actividades que mandó la señorita del jardín de Bautista. Tengo para entretenerme”, añadió.

En la misma charla, analizó con buenos ojos el aislamiento social, preventivo y obligatorio. “Es una situación complicada, sin dudas que a nadie le gusta estar encerrado o en esta situación, pero las medidas que se tomaron eran las necesarias y es para el bien de todos, incluso de los más grandes y más chicos”, señaló mientras que se refirió a la metodología que aplicó Gimnasia en relación a la pandemia del COVID-19. “Se tomaron las mismas medidas que todos los demás clubes, suspender actividades administrativas y deportivas, enviarnos material digital o para entrenar desde casa y, también, nos descontaron parte del sueldo, que es entendible y se aceptó por la situación que atraviesa el país”.

El fenómeno Maradona

Eric sin lugar a dudas, en el futuro, recordará con alegría el presente que le toca vivir en Gimnasia y Esgrima, de la mano de uno de los ídolos más importantes de la historia del fútbol argentino y mundial, con todo lo que ello conlleva y se vive en torno a él. “Diego revolucionó toda la ciudad de La Plata, toda la SuperLiga y le devolvió la alegría al hincha de Gimnasia”, narró el extremo.
En el mismo momento, contó que jamás pensó que podría vivir una situación similar: “Nunca me lo imaginaba. El día a día con Diego (Maradona) es muy lindo. Trato de aprender todo lo que me indica y llevarlo a la cancha los fines de semana”.

También hizo hincapié en lo que le aportó en lo personal: “Me ayudó a volver a tener continuidad, a confiar en mí. El puso su confianza en mí y trato de devolvérsela dentro de la cancha. Estoy muy agradecido a él y a todo el cuerpo técnico por seguir ayudándome a crecer”. Dentro de los consejos, fue simple: “El mensaje que siempre me transmite a mí y todos mis compañeros, es que juguemos tranquilos y que dejemos la vida en cada pelota, siempre”.

Por la edad no logró verlo dentro de un campo de juego, más que por videos o reproducciones del siglo pasado, aunque tienen bien presente lo que logró e hizo con la redonda, en la retina de sus padres. “Mis viejos, que lo vieron jugar, siempre me contaron lo que hacía. Cuando surgió la noticia que iba a dirigir a Gimnasia no lo podían creer y mucho menos que Diego me tenga en cuenta”, se sinceró quién logró cumplir el sueño de sus viejos. “Gracias a Dios, tuve la suerte de mis papás puedan conocerlo personalmente, algo que jamás imaginaron”, expresó.

Eric y la ansiedad

Vive con paciencia y ansiedad este momento, en el que desea retornar a la actividad, a la vez que hace balances propios: “Cambié en el último tiempo, creo que este pasaje en Primera me hizo madurar tanto en lo personal como en lo futbolístico”.

Concordia se revolucionó con todo lo que genera el pibe de 1,70 de altura, aunque mantiene los pies sobre la tierra con los suyos, mucho más en este momento: “Los extraño, gracias a la tecnología podemos hacer video llamadas con mis papás, con quiénes estoy en contacto casi todos los días, por mí y por Bauti, obvio”.

De cara a lo que le depara el futuro, luego de la pandemia, fue claro: “Trato de vivir el presente y disfrutar el día a día en Gimnasia. Sinceramente, no pienso en que puede pasar en el futuro”, cerró.

Su trayectoria

Eric Iván Ramírez nació futbolísticamente en River Plate,  donde jugó desde los 7 años hasta el 2010, donde retornó a Salto Grande, hasta que en 2013 partió a Gimnasia y Esgrima, donde a los 17 años debutó en Primera División de la mano de Pedro Troglio. En 2018 jugó a préstamo en Quilmes, antes de volver al Lobo, donde se afianzó con el arribo de Diego Maradona. En la máxima categoría, suma 33 encuentros (41 sumando los de la B Nacional), con 3 goles, todos convertidos en la última temporada, en la que disputó 8 partidos.
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