Lucía Torres

El médico deportólogo Amado Labriola, quien posee una vasta preparación en el tema del entrenamiento y fue en 2018 parte del equipo de médicos que asistieron a los atletas en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, fue el encargado de brindar la charla.

Para saber a qué se estaba refiriendo comenzó explicando que es sarcopenia y dinapenia son los términos que se utilizan para definir el envejecimiento de los músculos, su pérdida de masa, y su fuerza. “Este fenómeno se puede producir por una gran cantidad de razones fisiológicas, neuronales, endócrinos o musculares, como el estilo de vida, la nutrición y la actividad física, pero también, uno de los más comunes y simples es el de la edad, con el paso de los años, nuestros músculos lo padecen”, sentenció el médico. Luego advirtió que “el ejercicio de la fuerza, es el mejor antídoto, y se puede y debe indicar a cualquier edad”.

En este sentido explicó que siempre se debe considerar “las particularidades de cada paciente y de cada persona a entrenar, para regular la intensidad, frecuencia o tiempo de relajación.”

Estilo de vida

La sarcopenia es una de las cuatro principales causas de pérdida muscular, junto a la anorexia, la deshidratación y la caquexia. “Entre las consecuencias, si se la deja avanzar sin tratamiento, puede causar discapacidad, pérdida de la calidad de vida y hasta la muerte”, advirtió Labriola, señalando además que en la Argentina “el 85 por ciento de las personas son sedentarias, lo que habla a las claras de la dimensión del problema”.

Entre las complicaciones más cotidianas de la sarcopenia, se puede mencionar, dolor al levantarse de una silla, al bajar una escalera, o el perder el equilibrio al levantarse. “Son cosas que muchos naturalizan -agregó-, pero no debería ser de esta manera, los profesores de educación física muchas veces detectan esto con sólo ver a una persona caminar, pero hay que ir un poco más allá, para atenderlo”.

Recetar la actividad física

Labriola se refirió a los colegas médicos al asegurar que “hay muchas patologías que se pueden tratar con el entrenamiento adecuado, pero nosotros como médicos debemos aprender a recetarlo y a derivarlo, poner el mismo ímpetu que ponemos para explicar cómo tomar una pastilla, en explicar la importancia de entrenar con alguien capacitado”.

Además aseguró que en la consulta médica ideal, “lo último que deberíamos recetar es lo farmacológico”.

Otro de los puntos a tener en cuenta es la edad de las personas que asisten a los gimnasios o clases, para realizar este tipo de ejercicios, “en los varones mayores de 50 años, con la disminución de la testosterona, también disminuyen los índices de masa muscular, de la misma manera que las mujeres post menopáusicas por la disminución del estrógeno”. Por eso es el momento donde la movilidad suele verse reducida y aparecen dolores, “estamos a tiempo de comenzar a entrenar y no solo detener sino también mejorar la situación y la calidad de vida”.

¿Qué es el alto rendimiento?

En el tratamiento, cuando se habla de alto rendimiento, hay que saber de qué se está hablando, sugirió el médico, aclarando que para un atleta de elite es una cosa, “pero para por ejemplo una persona adulta mayor, hacer cosas en su casa como abrir una ventana, o buscar un zapato debajo la cama, eso es alto rendimiento, todo es según cada persona y hay que saberlo a la hora de armar una rutina de ejercicios”.

El ejercicio de la fuerza, en rutinas con intervalos de descanso es el mejor tratamiento para la disminución de la masa muscular, “es mejor que cualquier intervención, tanto en chicos como en adultos”. Pero como todo, cuando se lo abarca desde más ángulos, se conseguirán mejores resultados, “lo ideal es un trabajo multidisciplinario, el profesor o entrenador, el médico, el kinesiólogo, el nutricionista, y por qué no, el psicólogo”.

La capacidad de adaptación del musculo esquelético no se ve alterada con el paso de los años, esto quiere decir que una persona puede comenzar a hacer estos ejercicios a cualquier edad y, con el asesoramiento apropiado, tendrá resultados muy buenos y mejoras en su calidad de vida.
Además, el ejercicio físico tiene innumerables beneficios, “como el aumento de la autoestima, regula la presión arterial, la glucosa, la resistencia a la insulina, por eso es fundamental, no es para lograr hipertrofia, sino mejorar la calidad de vida, a eso hay que apuntar”, finalizó Labriola.