José Tabarez, de San Gustavo a España

La felicidad del goleador humilde

El ex delantero entrerriano repasó su historia futbolística, realizada en base a sacrificio y actitud. Hoy, a sus 42 años, disfruta de su familia en una residencia cercana a Castellón. Un hijo sigue sus pasos y ya juega en las divisiones inferiores del Villarreal.
14-06-2020 | 17:41 |

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Tabares y familia en una postal. Viven en una casa donde de fondo está el Mar Mediterráneo.






Ezequiel Re

Era una noche de viernes muy agradable. En el estadio Grella Patronato recibía a Huracán Corrientes por el Torneo Argentino A de fútbol (año 2000). Una noche como otras, de tantas en las que los hinchas del Santo soñaba con el ascenso. Venció el Santo 2 a 0 y anotó un tanto. Y esos simpatizantes de bolsillos flacos de gloria por esos tiempos, disfrutaban de ese jugador llegado de San Gustavo, con paso por Unión de La Paz pero que en Paraná Campaña dio el gran paso. “Metía goles de todos los colores”, recuerdan. Se trata de José Carlos Tabares. Allá en el Barrio Cabayú, en la ciudad del norte entrerriano, los potreros se extendían a lo largo de un arroyo. José tenía una potencia extraordinaria, acompañada por una velocidad importante. Y allí empezó a demostrarlo.

Al tiempo hizo el bolso y se fue a Piedras Blancas. En un partido, lo observó un técnico de la ciudad de Paraná y no dudó en llevarlo a Sportivo Urquiza para jugar el Torneo Argentino B de 1999. Y al poco tiempo, su fama cruzó varias cuadras y se sumó a Patronato para actuar en el Torneo Argentino A 2000. Y así despegó José. Triunfó en los mejores tiempos de CAI de Comodoro Rivadavia. Anduvo por el fútbol de primera en Argentina, pasó por México, por Chile, por España. Hizo recorrido, amén de las lesiones. Pero lo que es dolor también es entereza. Y la vida lo compensó. “Tengo una hermosa familia”, afirma feliz en una videollamada con Mirador Entre Ríos. La familia posa. Detrás está el Mediterráneo. Un mar de fondo, un cielo bien celeste y el viento que acaricia los rostros que posan para que el retrato viaje a Paraná y de allí a una hoja de semanario. Para recordar a José. El pibe de San Gustavo, que dio sus primeros pasos en el desaparecido Juventud Agraria y que enamoró con goles. Entre el fuego de su pegada potente y el despliegue de un talento innato depurado. Jugadores como José se añoran. De esos delanteros corajudos. Corrió hacia la meta del gol. Acá y allá. Y allá, luego, armó su vida. Acaso mientras ceba ese mate amigo que lo acompaña tras sus jornadas de trabajo y mirando el infinito del Mediterráneo concluya que a sus 42 años, el camino recorrido ha sido fructífero y acertado.

-¿Qué es de tu vida?

-Vivo en España, tengo mi familia, mi trabajo. Por un lado en una empresa de cerámica de Castellón y por otro con un grupo que está gerenciando clubes y soy parte de la imagen de ellos. De esa manera sigo ligado al fútbol. Los clubes son Rafalafena que está en una especie de Torneo Regional Amateur de Argentina y otros dos de categorías menores: Jubelama y Les Palmes.

-¿Cuánto tiempo radicado en Castellón?

–Llevo 9 años. Me casé con Irene y tenemos dos hijos. Martín tiene 3 años y Gonzalo, de 8, que juega en las inferiores del Villarreal. Comenzó en el Colegio Salesiano, en un equipo que se armó con amigos. Metió como 40 goles y lo vio el Villarreal. Es increíble cómo trabajan en inferiores acá. Ellos, por ejemplo en su categoría, tienen cinco entrenadores.

-¿A qué edad te retiraste futbolísticamente?

-A los 36, ahora tengo 42. Terminé en un club de tercera división de España, el Borriol. Es propiedad del golfista profesional español Sergio García. Mientras jugaba estaba como coordinador del fútbol 8 y luego empecé a trabajar en una empresa importante con sede en Villarreal que se llama Cerámica Porcelanosa. Hace 4 años que estoy en el Centro Logístico. Nos encargamos de las exportaciones.

-¿Tu idea era quedarte en España?

-Estoy en la zona de Castellón, fui con la cabeza de jugar y volver a mi país. Pero conocí a Irene y me quedé. Incluso ella me acompañó mucho en el fútbol, por ejemplo cuando en 2010 estuve en Chacarita. El equipo lo dirigía Marcelo Fuentes. Compartí equipo con Mariano Sabadía (ex delantero paranaense). No salieron bien las cosas y me fui al Rangers de Talca (Chile) donde ascendimos. Lamentablemente por una lesión tuve que volverme a España. Allí hice la rehabilitación y también me casé.

-Debiste superar varias lesiones, pero no claudicaste.

-Mentalmente fui siempre fuerte, nunca me caí, eso me ayudó para llegar al fútbol profesional. Era muy cabezón, tenía una gran actitud. Las lesiones fueron más por la exigencia que le metía a mi cuerpo. Hay momentos que hay que bajar el acelerador, pero mi manera de jugar era así.

-¿Cómo fue tu despegue?

-Recuerdo que jugaba en Deportivo Tuyango de Piedras Blancas (Liga Paraná Campaña) y fue a verme Daniel Cecotti que era técnico de Sportivo Urquiza. Enfrentamos a Atlético Hasenkamp, hicimos un buen partido, anoté dos goles y luego me vino a hablar. Así empezó mi historia. Tenía 18 años. Previamente estuve en Unión de La Paz, donde salimos campeones y jugamos el Regionalito. Llegamos a la semifinal contra un equipo de Gualeguay. En Sportivo Urquiza me fue bien, hice 11 goles en el Argentino B, pero quedamos eliminados. Ya estaba armando las maletas y vino Alcides Papaleo (dirigente) para convocarme al plantel de Patronato, dirigido por Adalberto Tobaldo para jugar el Argentino A. Todo fue así de rápido para mí. Me acordaba que estaba en mi pueblo y soñaba con ser futbolista. Y se me estaba dando. Siempre fui constante y si trabajas se pueden conseguir cosas.

-En CAI de Comodoro Rivadavia fuiste dirigido por Marcelo Fuentes, ¿puede ser que fue tu mejor versión allí?

-Marcelo Fuentes me ayudó mucho a crecer como futbolista. Como persona fue como un padre para mí. Yo venía de un pueblo donde no sabía qué hacer. En lo futbolístico me decía que tenía una potencia que nadie la tiene pero que había trabajarla. Allí ascendimos a la B Nacional junto a (Germán) Pipo Cáceres. Luego me fui al Necaxa de México, volví a la CAI con Dalcio Giovagnoli de técnico. Hicimos una buena campaña donde fui el goleador del Nacional B. Pasé a Arsenal de Sarandí donde estuve en el plantel de primera división dirigido por el Chaucha (José María) Bianco. Ahí me quedó una espina, porque quería jugar más tiempo en la máxima categoría de Argentina. Pero me fui al Castellón (Segunda División de España). Era una oferta que no se podía negar. Me fue bien porque hice 9 goles y nos salvamos del descenso. La gente aún me adora, todavía me piden autógrafos.

-¿Cómo han llevado el tema de la pandemia del coronavirus?

-Nosotros estamos en Burriana, un municipio de la comunidad Valenciana en el sureste de la provincia de Castellón. Estamos en una zona de playas, aislados. Cuando arrancó pasamos dos semanas donde no fuimos a ningún lado. Acá no hubo tantos casos mortales como en otras regiones, pero sí muchos afectados. Hoy por hoy podemos ir al supermercado por ejemplo, pero no bajar a la playa.

-¿Qué te dio el fútbol?

-El fútbol me ha dado lección de vida. Conocí varios países, sus costumbres. En cada país hay una manera de vivir, lo que tiene el fútbol es eso, conocer, actualizarte, aprender y formarse como persona.


-El tema de la yerba siempre es una cuestión para conversar con quienes desde Argentina se quieren radicar en Europa. “El mate me acompaña todos los días, no hay faltante donde vivo. Hay un súper que vende dos marcas argentinas y una uruguaya”, sostuvo Tabares.

-“Mis padres (Juan Carlos y Zulma Ortíz) me visitaron hasta cuando jugaba en Comodoro Rivadavia. Este año iban a venir a conocer a España, pero se postergó por la pandemia”.

-“Los jugadores de fútbol argentinos tenemos como base el sacrificio. Venimos de abajo, tenemos más hambre de triunfar. Que no digo que acá no hay en Europa, pero es distinto”.

-En San Gustavo se fundó un club que lo honra: Escuela de Fútbol Tabares.

Daniel Cecotti: “Era un diamante en bruto”

“Yo estaba dirigiendo en Sportivo Urquiza y en el año 1999 salimos campeones y había que armar el equipo para el Argentino B. Trajimos a Juan Carlos Maciel (arquero, ex Unión) y Claudio Mir (delantero, ex Colón). Me faltaba un delantero de área y buscando di con Tabares, que estaba jugando en Piedras Blancas y decían que hacía goles todos los partidos a pesar que el equipo no andaba bien. Lo fuimos a ver con Enrique Verón (en ese entonces ayudante de campo) a Hernandarias. Era impresionante, hizo tres goles. Le pegaba bien con la derecha, con la izquierda, sacaba ventaja en el juego aéreo. Charlamos con él y lo convencimos. Así empezó. Era un diamante en bruto, al principio, parco, hablaba poco. Empezamos a trabajar mucho en definición, y fue tomando confianza. Pateaba fuerte y era vez. En ese torneo fue el mejor jugador nuestro. Un ejemplo de todo aspecto, desde su humildad. No podía creer lo que vivía con la gente de Sportivo, que lo quería mucho”.

(x) Director técnico, lo dirigió en Sportivo Urquiza en 1999.

Adalberto Tobaldo: “Un jugador que siempre rindió”

“Ese año con Patronato hicimos una muy buena campaña en el Argentino A. Y de Tabares me acuerdo muy bien. Lo fuimos a ver con Alcides Papaleo (dirigente) a cancha de Sportivo. Jugó solamente medio tiempo porque el partido se suspendió (ante Victoria de Concordia). Pero le dije a Alcides que por sus condiciones había que llevarlo, lo demostró en tres pelotas que tocó por su forma de pararse en la cancha y la potencia. Fue un domingo y el martes ya se había sumado. Una excelente persona y un jugador que siempre rindió”.

(x) Director técnico, lo dirigió en Patronato en 2000.

Germán Cáceres: “Marcelo Fuentes lo potenció muchísimo”

“Deportivamente lo conocí en Patronato, ya se veía que tenía muchas condiciones, era goleador. Iba a todas, le faltaba un poco más de trabajo en equipo. Haberse ido a CAI de Comodoro Rivadavia y haberlo tenido a Marcelo Fuentes como entrenador lo potenció mucho. Fue un crecimiento constante como jugador de fútbol. Hizo una carrera extraordinaria fruto de una predisposición al trabajo y ganas de progresar día a día. A todos nos enorgullece. Como persona, 100 veces mejor que como futbolista. Tenemos una gran amistad que se consolidó con el paso del tiempo”.

(x) Ex compañero en Patronato, CAI y Juventud Antoniana de Salta. Mantienen una gran amistad.
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