Lucía Torres

Los integrantes de la Agrupación Atlética El Chajá actualmente compiten en los diferentes eventos deportivos que se llevan a cabo en la zona. En 2016, participaron en las instancias de los Juegos Evita Nacionales y en 2017, una de sus integrantes, participó, por primera vez, en un encuentro Sudamericano de atletismo que se realizó en Bolivia.

Entre sus objetivos principales se puede mencionar el de potenciar el deporte social como componente relevante del desarrollo humano para favorecer la integración, la cooperación y la inclusión; promover la práctica de atletismo como actividad deportiva para consolidar hábitos saludables y generar beneficios en la salud; desarrollar y afianzar valores como el respeto, la tolerancia, la perseverancia, la solidaridad, entre otros, y desarrollar la potencialidad de sus integrantes en las diferentes disciplinas – velocidad, resistencia, lanzamiento y salto .

Los más peques

El acompañamiento a la infancia a través del deporte comienza desde chiquitos, el primer grupo es de chicos desde los 5 años. Una de las integrantes de la comisión, Daniela Poletto, dialogó con Mirador Entre Ríos y explicó que “hay tres grupos, de 5 a 8 años, el siguiente de 9 a 11 más o menos, y los más grandes en la otra plaza con el profe Joselo Monzón”. En el caso de los pequeños entrenan tres veces por semana, y los adolescentes lo hacen de lunes a viernes.

Más allá de la cuestión deportiva, el propósito fundamental de la Agrupación es “la contención e integración, que el chico aprenda a socializar, además de propiciar el atletismo, y pensando fundamentalmente en chicos que quizás de otra manera no pueden acceder al deporte, por no poder pagar una cuota de un club o institución privada”.

Los entrenamientos de El Chajá se realizan en espacios públicos, pero en un futuro no tan lejano, la situación cambiará, ya que el municipio donó un terreno en la zona norte de la ciudad, una de las más vulnerables, donde se levantó un saloncito para guardar los elementos que en estos años se fueron consiguiendo. “Es pequeño, de 3 por 5 metros, porque es más que nada para guardar los elementos, porque las clases se dan al aire libre”, explicó Poletto. Cuando el salón esté terminado el profesor que trabaja con los más chicos brindará sus clases en este lugar. “También -agregó- buscando tener una llegada más cercana a los chicos de este barrio”.

El Chajá cuenta actualmente con unos 50 socios, que hacen un aporte voluntario, además de beneficios y aportes del municipio para la construcción del salón. “A las familias no se les exige cuota alguna, pero algunos hacen un aporte de 100 pesos por mes, por familia. Con parte de ese dinero se destina a la merienda que se les brinda los días viernes, tratando de que sea siempre algo saludable, fruta, o a veces chocolatada”.

Finalmente, la entrevistada remarcó que “nuestro objetivo es que encuentren un lugar para hacer deporte, pero también de compartir con el otro, el respeto, el superarse a uno mismo, son valores que el deporte les brinda y van más allá de los resultados”.

Los adolescentes

Mientras tanto, en Plaza Libertad también de Chajarí, José Luis Monzón entrena desde hace 8 años a los adolescentes de la Agrupación El Chajá, lo hace de lunes a viernes a un grupo que llega a ser a veces de casi 30 chicos. Hoy, quizás por las interrupciones de la pandemia, es de 20 deportistas. Allí trabajan velocidad, resistencia, salto en largo, velocidad con bayas y jabalina. Pero de la misma manera que sucede con los más chicos, se enfocan también en la parte social. “Tratamos de juntar chicos más de barrio. Hay algunos que son de zonas bastante complicadas, y tratamos de ir poniéndolos en línea”, explicó el profesor. Luego remarcó que utilizan el deporte “como vía de escape, para tratar de que no estén tanto tiempo en las calles”.

Si bien es una edad complicada “hay chicos que toman a la agrupación como su responsabilidad y saben que tienen que estar acá al otro día, y eso los ayuda a controlarse, pero hay otros que cuando comienzan a salir, se van del grupo, dejan, abandonan, y así se van renovando algunos participantes”.

Al ser consultado sobre si debe ser compañero o más rígido con los adolescentes explicó que él tiene una línea de comportamiento “que ellos aceptan muy bien en general, el que se pone a jugar o a no prestar atención, para eso tienen el resto de la plaza les pido que no molesten, porque acá y en este horario, se entrena”.

Juegos Evita

Uno de los objetivos que se plantean, ya en el plano deportivo, son los juegos Evita. “Hace varios años que venimos participando y la verdad que con excelentes resultados, para los chicos es además la posibilidad de conocer otros lugares, algo que quizás sino no podrían realizar”.

Teniendo en cuenta las diferentes realidades de los chicos que asisten a la agrupación, algunas económicamente vulnerables, pero también desde el ámbito social y familiar de acompañamiento, no se les exige ropa o calzado especial en los entrenamientos. “Vienen con lo que tienen y se sienten cómodos”, menciona. Incluso a muchos se los podía ver corriendo de alpargatas o crocs. Pero en el caso de las competencias, deben hacerlo con otro calzado y muchas veces no lo tienen. “Se han realizado beneficios para los chicos que participan en los juegos Evita, para conseguirles zapatillas adecuadas”, explicó Monzón. Con este fin se hicieron venta de comidas y lo que se pueda para que puedan participar.

Los chicos comienzan en el semillero, que entrena en otra plaza. “Lo ideal es que hagan todos los pasos, con el otro profe van los chicos de 5 a 11 años aproximadamente, que es la iniciación, los que van allá y después pasan conmigo, se nota otra preparación, pero de todas maneras muchos se suman directamente acá, y también está bien”.

Todos los años la agrupación realiza distintas competencias en barrios de la ciudad. “Como una forma de motivarlos a ellos, y también convocar a más chicos a sumarse, este año por el Covid 19 no se pudo realizar, y ellos ya me lo están reclamando porque es algo que les gusta, además, el municipio suele hacer su aporte con una medalla a cada participante, esto es un lindo gesto”, finalizó.

Para algunos es su primera aproximación al deporte, a exigirse un poco más, para otros es encontrar en el entrenador a alguien que lo espera todos los días y se preocupa por ellos. Es un lugar de pertenencia. Una alternativa de otro estilo de vida posible.