Histórico espectáculo victoriense

El Circo Tejedor

Si bien la historia del Circo de los Hermanos Tejedor refiere a un histórico show que supo alegrar y divertir a ciudades y pueblos de toda la región, es en realidad el relato de una familia apasionada por el arte. Hace casi cien años desde el comienzo de esta fantástica empresa y aún existen reminiscencias de quienes recuerdan anécdotas al respecto.
28-10-2020 | 22:41 |

+1

La magia del circo cautivó al público de todas las épocas.


Ignacio Etchart
[email protected]

La leyenda de la familia Tejedor comienza en Victoria, de eso no hay duda. Sin embargo, como todo relato, siempre está sostenido por pequeños detalles que en su momento parecieron insignificantes, pero con el tiempo se transformarían en decisivos frente a lo que estaba por venir.
La historia del Circo Tejedor es la historia de Victoria. Recuperar su trayecto como trabajadores del espectáculo y el divertimento es traer al presente los inicios de una sociedad, de sus pasiones y oportunidades que supo aprovechar a finales del siglo XIX y en los inicios del siglo XX.

A continuación se presentará un pequeño resumen de lo que fue esta gran historia, basado en la investigación y divulgación publicado en el portal de Facebook “Archivo histórico victoriense”, página dedicada a recuperar y perpetuar relatos sobre la historia de la ciudad de Victoria.

Sobre un apellido

Probablemente muchos recuerden, sin la necesidad de peinar cana alguna, el sonido de la frase “¡todos vengan a disfrutar al maravilloso espectáculo del Circo Lowandi!”.

Este famoso entretenimiento, que hasta el día de hoy recorre todas las rutas nacionales e incluso algunas internacionales, fue iniciado por un apellido ya repetido en esta nota: “Tejedor”.

Osvaldo “Payo” Tejedor (hijo) fue el fundador y precursor de este circo. Sin embargo, la tarea de Payo fue simplemente mantener la tradición familiar, hoy sostenida por su esposa Karina junto a sus tres hijos, Facundo, Martín y Camila, ya que Osvaldo falleció es un accidente automovilístico en 1997.

Tiempo atrás, cuando Osvaldo recordaba sobre los inicios en el rubro, relataba que su familia vino de un pequeño pueblo llamado Valdemierque, municipio español ubicado en la provincia de Salamanca.

Los primeros Tejedor en llegar a Argentina fueron sus bisabuelos, Sigfredo Tejedor con su esposa y sus hijos Ángel, Ramón e Isabel, esta última casada con un señor de apellido Iglesias, dedicado a la carpintería.

En su llegada a finales del siglo XIX, la familia se hospedó austeramente el hotel de inmigrantes de Buenos Aires cuando aún lo estaban construyendo.

Durante aquellos años, en lugares donde se concentraban gran cantidad de inmigrantes o desempleados, era muy común la visita de autoridades que controlaban las dependencias y que además se paseaban leyendo en voz alta un listado de las provincias que ofrecían trabajo en distintas ciudades del país.

Un día cualquiera, capricho de la historia mediante, esa cotidiana voz altiva mencionó la necesidad de carpinteros en la ciudad de Victoria. Fue así como el matrimonio Iglesias-Tejedor armó las valijas y emprendió viaje a la provincia de Entre Ríos, dejando atrás al resto de la familia.

Sin embargo, a pesar de las cuantiosas oportunidades laborales que condicionaron la estadía de Sigfredo con su esposa e hijos en Buenos Aires, la realidad le demostró lo contrario. Al poco tiempo, toda la familia Tejedor se mudó a Victoria, invitados por Isabel y su marido. Mientras el Sr. Iglesias se enfocaba en la carpintería, el resto se dedicó al cultivo en las zonas de quintas y a la correspondiente venta de hortalizas.

Sobre una pasión

No obstante, entre oficios y transacciones, la prole Tejedor sentía fuertes inclinaciones en las bellas artes, particularmente Ramón Tejedor, quien sobresalía por sus multifacéticos dotes.

Por entonces, ya entrado el siglo XX, don Ramón era un hombre establecido. Era propietario de un restaurante local, además de oficiar como tipógrafo, periodista y poeta. En sus ratos libres, tomó clases de teatro con don Manuel Giménez y luego transmitió sus conocimientos en grupos vocacionales.

Su vida rutinaria como vecino de la pequeña ciudad de Victoria se vio fuertemente interrumpida por la repentina muerte de su esposa con quien había criado cuatro hijos. Entre la tristeza provocada por la partida de su compañera, un día durante la década de 1920, pasó por la ciudad el Circo de los Hermanos Gannes. Fue así como el circo dejó atrás el pueblo con un nuevo integrante en la compañía, don Ramón Tejedor.

En las giras artísticas con ese circo conoció a quien sería su segunda esposa, con quien tuvo ocho hijos. Se casaron en Santo Tomé, provincia de Corrientes, y juntos recorrieron los caminos del circo.

Luego formaron parte de la compañía de los Hermanos Selva, hasta que finalmente iniciaron su propio circo en la república vecina del Paraguay, al que llamó “Circo Criollo”, donde enseñó a sus hijos, entre ellos Osvaldo Tejedor (padre) diversas interpretaciones propias de la disciplina.

Recorrieron todo el Paraguay, ya sea en tren o en carromato, pues no todas las localidades estaban conectadas a la vía ferroviaria. Su esposa, a pesar de no haber conocido nunca la vida del artista, terminó protagonizando la escena laboral y familiar. Con los años aprendió sobre actuación y se dedicó al decorado y a la confección de las vestimentas.

Sobre un sueño realizado

Durante la primera mitad de la década del 30’, los conflictos entre el Paraguay y Bolivia obligaron al Circo Criollo a continuar sus espectáculos en Misiones. Fue aquí donde, a fuerza de gorra pasante, la familia Tejedor dio su gran salto.

Al poco tiempo pasaron de presentar shows donde las personas debían llevar sus propias sillas, a levantar un escenario a cielo abierto que luego fue cubierto por una carpa de 18 metros iluminado por lámparas de carburo. Luego fueron faroles a querosene y los instrumentos musicales fueron reemplazados por la primera victrola.

De a poco la Compañía del Circo Criollo fue conformándose. Se agregaron nuevos elementos propios del circo, aumentaron los números y sumaron nuevos artistas, entre ellos acróbatas, trapecistas, “perchistas”, malabaristas, contorsionistas y “dentalistas”.

Fue así como comenzó la tradición circense de la familia Tejedor, cuyo reconocimiento hoy trasciende las fronteras nacionales. Producto de pasión y disciplina, la familia se nutrió de los saberes de otras familias circenses, perfeccionándose en asombrosas técnicas que ampliaron sus horizontes artísticos hasta convertirse en uno de los circos más importantes de la Argentina.
Temas: ENTRE RIOS 
Mirador Provincial en


+ Noticias


En Portada / Entre Ríos
Nueva edición de talleres de capacitación laboral

Como en años anteriores, desde el gobierno de Chajarí anunciaron una nueva edición de los talleres de capacitación laboral. Las clases inician en abril y hay cursos, como peluquería y electricidad, que completaron su cupo rápidamente. Son gratuitos y se entregan certificados.

Chajarí Nueva edición de talleres de capacitación laboral

En Portada / Santa Fe
El fin de semana extra largo llega con una variada agenda cultural

El municipio ofrece múltiples propuestas libres y gratuitas destinadas a todas las edades, para disfrutar en familia o con amigos. Entre los destacados del fin de semana se encuentran el ciclo Once y CEC, que tendrá lugar del jueves al domingo en la Franja del Río y contará con espacios lúdicos, propuestas interactivas, feria, música e intervenciones.

Rosario El fin de semana extra largo llega con una variada agenda cultural