Belén Fedullo | [email protected]

El 2017 quedó marcado en la vida de muchos argentinos, pero especialmente de los familiares de quienes habían abordado el submarino ARA San Juan. A tres años de la desaparición, un nuevo homenaje con ascenso hizo sentir que son recordados y tenidos en cuenta, pero a la vez la abogada Valeria Carreras, representante de la querella mayoritaria de familiares de tripulantes del ARA San Juan, amplió la denuncia contra el ex presidente Mauricio Macri y el ex ministro de Defensa Oscar Aguad y aportó una nota periodística en la que un ex comandate chileno asegura que ese país dio con el submarino 11 días después de su hundimiento.

Las sensaciones, en un año tan particular como este 2020, fueron encontradas. El homenaje que hicieron desde el gobierno nacional permitió a las familias seguir conectadas con lo que tanto amaban aquellos a los que despidieron y nunca volvieron a ver, pero la denuncia hace sentir que el misterio de lo que sucedió nunca será resuelto y que aún quedan muchas preguntas sin responder.

El recuerdo y aquel presentimiento

El teniente de navío Fernando Mendoza, nacido en Concordia, formaba parte de la expedición. En su ciudad natal viven sus familiares, por eso su nombre no pasa desapercibido. Además de tener una avenida con su nombre en la zona de costanera, cercana al río que él tanto amaba, hay distintos murales y placas en homenaje al hijo de la ciudad que nunca pudo volver.

Entre quienes aún esperan un reencuentro están sus padres Raquel Colombani y Juan Carlos Mendoza, que viven en la casa en la que creció Fernando. La llegada de noviembre los golpea, les trae un recuerdo que parece un mal sueño, pero también los hace sentir acompañados.

"Cada vez que llega noviembre mucha gente nos escribe, nos consultan, nos preguntan cómo estamos y la realidad es que nosotros recordamos a Fernando todos los días. Somos sus padres y no hay un solo día en el que no pensemos en él, en el dolor que sentimos por su partida, por cómo sucedió todo", dijo Raquel a Mirador Entre Ríos. "Además siempre venía, siempre viajaba en algún momento, todo eso nos duele mucho, duele que nuestro hijo no esté", explicaron, emocionados.

Apasionado, inteligente, seguro, dispuesto a ayudar a los demás. Así recuerdan al concordiense sus allegados. "Él siempre supo que quería irse a la Armada, desde antes de terminar la escuela, así que un día se fue. Cuando se recibió estuvo en Ushuaia, después lo trasladaron a la Base Naval Puerto Belgrano en Punta Alta, donde estuvo dos años, y luego fue a Mar del Plata hasta ese día en que partió en el submarino y no volvimos a saber de él", recordó su mamá.

Raquel siempre prestó atención a sus presentimientos y, cuando Fernando le contó que iba a partir para hacer un viaje más largo de lo común, ella sintió que algo no iba bien. "Antes de que se fuera de viaje nosotros lo fuimos a visitar, pude darle un abrazo y decirle que no saliera en ese viaje porque eran 30 días y me parecía mucho, pero él me contestaba que no podía, que él era el jefe de máquinas. Por algo yo tuve esa mala sensación, siempre recuerdo cómo me sentí cuando me contó que se iba", rememoró.

La necesidad de respuestas

Del dolor viene la fuerza y, más allá del buen recuerdo, las familias sienten que tiene que haber más explicaciones. Tras el planteo de la abogada y las dudas sobre los comunicados que la propia Armada hizo días después de la desaparición, la incertidumbre más grande de los allegados a los tripulantes es si había alguna posibilidad de un rescate con vida.

"Hubo tantas mentiras y manoseos en todo esté tiempo que uno se siente impotente. Vivimos momentos de dolor, de angustia, pero hay que seguir pidiendo justicia y sobre todo verdad y que los verdaderos culpables, que son varios, paguen por esta tragedia", expresó Colombani.

A pesar de la falta de respuestas y el misterio que envuelve la desaparición y búsqueda del submarino, los Mendoza conocían las condiciones en que estaba el ARA San Juan y piensan que "fue una falla del hombre". "Nosotros conocimos por dentro y por fuera ese submarino, y sabemos que más de 40 metros no se podía sumergir", aseguraron.

Mientras asimilan que no volverán a ver a Fernando, y siguen esperando que la Justicia de respuestas, los familiares del teniente de navío tienen preguntas que calan hondo y que no pueden responder. "A veces nos ponemos a pensar qué es lo que realmente pasó, cómo vivieron los últimos momentos, los últimos segundos, si murieron por asfixia, si murieron por envenenamiento por el ácido de las baterías, si murieron todos quemados o explotados, si había alguna chance de salvarlos, son muchas cosas las que pensamos", explicó Juan Carlos.

Homenaje nacional

Los 44 integrantes de la Armada que desaparecieron en el mar fueron homenajeados en un acto en la Base Naval de Mar del Plata, con la presencia de autoridades del Ministerio de Defensa y la Armada Argentina, y de familiares de marinos, quienes recibieron las insignias del ascenso post mortem, otorgada por el Gobierno nacional.

El acto se desarrolló el mismo día en que se cumplió el nuevo aniversario, en la Plaza de Armas del predio naval marplatense, muelle natural del buque que naufragó el 15 de noviembre de 2017 en el Atlántico Sur tras reportar un principio de incendio en la sala de baterías de proa.

Allí estuvieron presentes, entre otros familiares, los del teniente primero concordiense Fernando Mendoza, que recibieron la medalla y el pabellón.

Luego del acto, las familias de los tripulantes se concentraron frente al puesto de guardia de la Base para reponer, junto con vecinos de la ciudad, las banderas con mensajes para los 44 desaparecidos en el cerco perimetral del predio.

Por la pandemia, los papás de Fernando no pudieron estar en el acto en que les tocaba recibir el pabellón de su hijo, pero quienes lo recibieron se los entregarán. "Estuvimos pendientes de todo lo que sucedió, tanto del acto como de un video que reprodujeron en honor a los 44 navegantes. Entregaron los atributos de Fernando de post mortem a sus hijos y a los padres nos tocaba el pabellón: nosotros lamentablemente no pudimos ir, por lo tanto, se lo entregaron a mi nuera y ella nos lo dará", contó Raquel.

Mientras los días siguen pasando y termina el mes que tantos malos recuerdos trae a la familia Mendoza, ellos siguen esperando saber algún día la verdad y poder ver las caras de quienes deban dar respuestas y pagar por lo que sucedió.