Guilermina Ferraris | [email protected]


En la Argentina –al igual que en otros países de América Latina– persisten desigualdades estructurales, sociales y culturales de género que a su vez, terminan limitando además el ejercicio pleno de los derechos políticos de las mujeres e identidades disidentes. La autonomía y la igualdad sustantiva de oportunidades, tanto en el terreno de la política partidaria como en el resto de los espacios de construcción, continúa siendo un desafío y se observa que la representatividad ha encontrado un techo y un piso pegajoso que parecen ser difíciles de superar, sin generar nuevas herramientas de reforma paritaria.


Días atrás, Entre Ríos cambió el rumbo de su historia obteniendo la sanción definitiva de una Ley de Paridad Integral de Género que fue gestada y militada de forma colectiva y colaborativa desde un espacio multisectorial y multipartidario que surge con este objetivo concreto: la Red para la Igualdad. Un espacio que está integrado por funcionarias, legisladoras y académicas, así como referentes de áreas sociales, económicas, deportivas y sindicales. Un espacio pensado estratégicamente para motorizar el encuentro, el intercambio y la formación en perspectiva de género, pero también para la puesta en marcha de acciones concretas que promuevan el acceso efectivo de la mujer y las identidades disidentes a todos los niveles de participación, representación, decisión y conducción.


Integral


La diputada del bloque Creer y autora del proyecto de ley, Mariana Farfan, explicó a Mirador Entre Ríos que “se habla de paridad integral porque es extensiva a ámbitos de las organizaciones civiles, como lo dice el Art. 17 de la Constitución Provincial y también al poder Ejecutivo y Judicial. El principio se sustenta sobre dos ejes: los ámbitos de paridad obligatoria por un lado y el principio progresivo de paridad, por el otro. En el primer caso, por ejemplo, dentro de la obligatoriedad se estipula que las fórmulas de gobernación y vice, para presidencias y vicepresidencias municipales, deben ser paritarias. También se aplica a la legislatura en lo que es su conformación de listas, y para sostener luego ello en el sistema de reemplazos para que se mantenga la conformación dentro de la misma”.


Y sobre el segundo principio la legisladora amplió: “El principio de paridad es un lineamiento y directriz aspiracional dentro de la cual deben irse adecuando las estructuras de manera progresiva, para en algunos casos no invadir atribuciones, como es la formación de los gabinetes”.


“En otros casos, organizaciones de la sociedad civil, cooperativas, mutuales, donde a veces no se puede exigir la paridad de manera obligatoria, porque las conformaciones pueden ser en sociedades familiares, así como aquellas cooperativas en las que la obligatoriedad podría desvirtuar la figura jurídica, un ejemplo claro es el caso de una cooperativa textil de mujeres trans que existe actualmente. Estos aspectos están contemplados bajo el proyecto de ley y existe una solicitud fundada para que se pueda explicar por qué no estaría aplicada la paridad, no obstante ello, el proyecto sería una herramienta para en los casos de disparidad, poder acudir a ella”, finalizó.


Resultados


Ana Hernández es ante todo militante, hija de albañil y universitaria. Empezó su militancia a los 12 años, cuando se introdujo al mundo de la ecología. Luego en las organizaciones sociales piqueteras, y a partir del 2003 abrazó el peronismo y el feminismo. Hoy forma parte del gabinete del intendente de Concepción del Uruguay, Martin Oliva.


Sobre la sanción de la Ley de Paridad Integral como acontecimiento bisagra para el feminismo entrerriano, Ana opinó que “todo acontecimiento se debe juzgar en un contexto y es resultado de una historicidad. Este presente es posible porque otras estuvieron antes, y bajaron muros para que nosotras avancemos. Si lo miramos de manera sincrónica, hoy Entre Ríos tiene ley de Paridad porque las diputadas junto a la vicegobernadora Laura Stratta emprendieron el desafío. Pero si queremos hacer una mirada diacrónica con perspectiva histórica, podemos decir que lo produjo la última ola de mujeres feministas en la Argentina. También podemos decir que la introducción lo hicieron las mujeres convencionales constituyentes del año 2008 las cuales nos permitieron la constitucionalidad de la ley. Una cosa trae la otra. Así nos entendemos quienes militamos el feminismo, somos parte de una red y nada empieza ni termina con nosotras”.


Añadió que para ella “el feminismo no es un fin en sí mismo, sino una herramienta de transformación política que tiene otras lógicas; propone dinámicas que al ser más horizontales también son más lentas, pero ese proceso hace que tomemos las riendas y no estemos esperando a que otro venga y decida por nosotras. Somos un confluir y un resultado de la historia y le otorgamos empatía; sensibilidad y pasión con todo lo que ello implica”.


Construcción


Sobre el inicio del proceso de construcción de esta nueva herramienta legislativa, la diputada Mariana Farfan aseguró que “se empezó a gestar a partir de la Red para la Igualdad, un espacio de encuentro y charla encabezado y convocado por la vicegobernadora Laura Stratta, que recogió distintas voces de mujeres y disidencias, también hubo participación de compañeros donde se volcaron y visibilizaron necesidades, vivencias, reclamos, interpelaciones, obstáculos, resistencias ante realidades en las que las mujeres estamos atravesadas por desigualdades e inequidades en distintos ámbitos”.


“En este espacio de debates y jornadas sostenidas, se recoge una lucha histórica sobre la necesidad de institucionalizar la paridad, de darle un marco regulatorio concordante con los mandatos constitucionales tanto del Art. 17 de nuestra Constitución Provincial, como del 16 de la Constitución Nacional, y tratados internacionales de jerarquía constitucional que están incorporados a la misma. Siempre digo que este proyecto es un logro transversal, colectivo, vino a subsanar un desfase que ya existía entre la Legislatura entrerriana por ejemplo, con respecto al Congreso Nacional que ya había conseguido su paridad en 2017 y también en lo vinculado a Concejos Deliberantes donde existía esta paridad”, explicó la legisladora.


En tanto, Hernández opinó que “la principal virtud es que el proceso de producción fue genuinamente multisectorial a pesar de la lógica de la pandemia. Tuvimos que militar su aprobación en los territorios, darla a conocer y ganar su legitimación social. Así fue que creamos la multisectorial y multipartidaria Mesa de Concepción del Uruguay. Un espacio creado colectivamente con muchísimo respeto y cuidado de todas las compañeras de más de siete espacios partidarios y cinco sindicatos. Fue la versión local y territorial de un trabajo político plural”. Y amplió: “Por otro lado, la Red para la Igualdad fue convocada por la Vicegobernación y desde Concepción del Uruguay yo lo viví en etapas. Primero en comisiones temáticas, en mi caso como comunicadora con perspectiva de género, luego con mesas de trabajo de modo virtual”.