Hernán Alvarez
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Es uno más. Algo que podía resultar imposible décadas atrás, hoy es posible. Nicolás Plaini es ya un veterano del rugby. Comenzó con este deporte de muy chico. Con 35 años, sigue siendo parte del plantel superior de La Cañada Rugby, la entidad de la ciudad de Cañada de Gómez que participa de los torneos de la Unión de Rugby de Rosario (URR). Nicolás es sordo, pero esa condición no ha sido impedimento para su desarrollo deportivo. A su edad, ya es un gran referente de su club.

La temporada 2020 de rugby en Argentina fue prácticamente nula. Es por eso que los jugadores del conjunto bordó y celeste sólo pudieron mantener la forma física distanciados unos de otros. "Tuvimos que entrenar vía Zoom y por nuestra cuenta en casa -comentó Plaini a Mirador Provincial-. En cuanto al seleccionado argentino de sordos (Rugby Sordos Argentina), en 2020 no pudimos hacer ningún encuentro. No hubo competencias y hasta el día de hoy aún no se sabe nada. Casi a fin de año volvimos a las prácticas presenciales en el club respetando un protocolo".

Al ser hipoacúsico, Nicolás necesita de las manos y los labios para comunicarse. El uso del barbijo es hoy una barrera temporal. "Si bien mis compañeros de Cañada me ayudan mucho y hacen sentirme muy cómodo, tanto en el club como vía Zoom, a mí me resulta un poco complicado por el uso del barbijo y la comunicación. Opté por seguir entrenando en el gimnasio y por mi cuenta", expresó.

Plaini lleva casi 20 años de práctica del deporte de las H y es integrante del combinado nacional de hipoacúsicos desde sus comienzos en 2013. Formó parte del plantel de La Cañada campeón del nivel III de la URR en 2016 y 2019. Además, fue elegido en el seleccionado de esa categoría en tres temporadas. "Mi deuda pendiente hasta el día de hoy es poder ascender con mi club de toda la vida porque aunque hayamos salido campeones, todavía no cumplimos con los requisitos que pide la Unión de Rosario para poder ascender de nivel (equipos en todas las categorías competitivas)".

En la actualidad, lo más importante para Nicolás es su hijo Benjamín. "El gran cambio y la felicidad más grande fue el nacimiento de mi hijo en 2016. Sueño que él pueda vestir la camiseta de La Cañada cuando él lo decida", aseguró. "Gracias al apoyo de mi familia hoy soy lo que soy. Mi papá, mi mamá, mis hermanos, mis abuelos, tíos y primos. Y sin dudas la luz de mis ojos, Benja, que hace 3 años que vive en la ciudad de Córdoba".

"El deporte más lindo del mundo"
Fuera del ámbito deportivo, Nicolás es empleado del Estado municipal de Cañada de Gómez. "Durante 10 años trabajé en la oficina de Obras Públicas de la Municipalidad, pero este 2021 roté de oficina y ahora me desempeño en la delegación sur cumpliendo funciones de carga de datos", comentó.

El fullback mantiene intacta su pasión por el deporte de la pelota ovalada. "Le digo a cualquier chico que quiera comenzar a jugar al rugby, sea o no hipoacúsico, que es el deporte más lindo del mundo. Y que realmente es un deporte en el que jugamos todos, seas como seas", afirmó. "Sin dudas, lo más lindo que me pasó relacionado al rugby fue formar parte de La Cañada Rugby. Dejar el club en lo más alto dos veces, poder representar al club en la Unión de Rosario y llevar la bandera fuera del país", concluyó.