Mirador
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La lluvia de la mañana del viernes, aunque de menor magnitud e intensidad que en otras jornadas, volvió a generar inconvenientes en distintos puntos de la ciudad de Rosario. Las precipitaciones comenzaron cerca de las 6 de la mañana. Alrededor de las 9.30, estas se hicieron muy intensas en la urbe más poblada de la provincia. Hasta las 11, el líquido vital cayó fuertemente en la Cuna de la Bandera.

Esto derivó en inconvenientes en el tránsito, caída de árboles (algo que desgraciadamente es habitual con cada aguacero), la crecida de los arroyos Saladillo en el sur y Ludueña en el norte, además de otros problemas. En total, se estima que llovieron más de 60 milímetros antes del mediodía en esta ciudad.

Especies arbóreas caídas se pudieron observar en distintos puntos de la ciudad como sobre la avenida Ovidio Lagos al 2.400, al lado del estadio municipal de atletismo Jorge Newbery. Allí se desplomó un ejemplar y derivó en el corte de tránsito total. Muy cerca de este lugar en Lagos y Rueda, cayó otro árbol. En Montevideo entre las calles Moreno y Dorrego, otro más que cortó cables.

La corriente de agua sobre el Saladillo también generó grandes problemas para embarcaciones ancladas en este afluente. La fuerza del líquido vital se sintió también en el Ludueña.

A esto le debemos sumar los desagües que no desagotan por estar obstruidos, complicaciones muy típicas en esta ciudad. En síntesis, una mañana difícil y pasada por agua en Rosario.

No la pasó bien tampoco la vecina ciudad de Villa Gobernador Gálvez, donde hubo varios sectores inundados y con secuelas de daños materiales. Especialmente en el barrio La Ribera, detrás del Frigorífico Swift, donde hubo muchas familias inundadas y malestar por, denuncian, una obra de desagüe "mal hecha".