Entrevista a la presidenta de Quique Club

“Me gustaría dejar como legado la cultura del trabajo”

Norma Romero asumió el cargo 18 de diciembre de 2020 tras una Asamblea General Ordinaria. Su comisión directiva está integrada por 13 mujeres y 3 varones. “Cada una se ganó su lugar”, le dijo a Mirador Entre Ríos.
17-01-2021 | 15:18 |

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“Yo represento al club y es como mi casa. Y quiero que sea una entidad agradable, donde el que viene se sienta cómodo”, expresó Romero. En su proyecto figura la realización de obras y sumar mayor cantidad de socios.




Ezequiel Re

La historia de Norma Romero con el deporte empezó en el Maxi Basquetbol. Y casi 3 décadas después la encuentra como presidenta del Quique Club, la entidad de calle Alsina de Paraná fundado el 8 de mayo de 1930, que es una marca registrada en un sector de la ciudad. Sin embargo son tiempos difíciles. El Covid 19 alejó a socios y el ingreso a las arcas es poco. Lejos de bajar los brazos, con su comisión directiva que asumió en diciembre de 2020, están dispuestos a lograr cambios en el club. Sin chances de contratar mayor cantidad de mano de obra utiliza su tiempo libro para pintar y arreglar el club junto a colaboradores. El verdadero club de barrio. Un esfuerzo sin intereses personales. Amor por la camiseta.

-¿Qué representa para vos ser presidenta de Quique Club?

-Es como el broche de tantos años de trabajo. Yo me inicié acá como dirigente. En el deporte empecé de gran a jugar Maxi Basquet. Estábamos en Palermo y con el equipo nos vinimos a Quique. Empezamos a agarrar la escoba, a limpiar. A buscar el espacio que necesitábamos. Soy una mujer que le gusta trabajar y colaborar. Y hace 22 años que vine. Primero representé a las mujeres del Maxi como delegada. Luego me metí en la comisión directiva que armaron.

Siempre apoyando con trabajo a las distintas gestiones. Esta decisión de llegar al máximo cargo fue una idea fuerte. Agarrar la dirigencia de un club con la situación actual de la pandemia es difícil. Yo asumí el 18 de diciembre de 2020.

-¿Te lo propusieron o era un objetivo tuyo?

-Nos juntamos porque la presidenta Ana María Giménez era de riesgo (por Covid 19) y venía muy poco al club. Yo era la secretaria general. Ya habían renunciado cuatro integrantes. Hicimos una lista para asumir, ya pensando en otra política. Es un club de 90 años que debería apuntar más alto.

-¿Y qué proyectos se piensan para elevar al club?

-Primero que todas las disciplinas tengan subcomisión. El deporte fuerte siempre fue el basquetbol masculino, con una trayectoria importante. Pero esa gente que estuvo en su momento y tuvo la oportunidad de darle un crecimiento como institución dentro de un club de barrio, no lo hizo. Tiene 90 años el club y las mejoras que tiene es por la gente con ganas de trabajar. Y no podes vivir de los subsidios. Porque cuando te lo otorgan ya se desvalorizó la plata. Se hacen cosas, pero hay que trabajar con la cuota social y para el socio. Si nosotros la cuota la enfocamos para hacer cosas en el club, se van a ver las mejoras. Ahora si vos usas esa plata, que es lo que pasaba acá, para los gastos de las disciplinas, nunca va a alcanzar. Antes hicimos muchas cosas igual. Por ejemplo un maratón que sirvió para ampliar el parqué. Para hacer cosas tenés que tener recursos, y para generarlos tenes que pensar en cómo. Queremos sumar más socios que paguen. Se daba que antes había pocos controles y muchos venían a la noche a entrenar y no pagaban. Ahora tratamos de mejorar desde la puerta para adentro. Lamentablemente la idea era hacer la Asamblea el año pasado y ya teníamos una proyección de crecimiento. Lamentablemente se nos desmoronó todo, pasó un mes y medio del inicio de la pandemia y decidimos venir, porque sino el club se venía abajo. Y así empezamos a pintarlo. Compramos pintura para hacer torta frita, pedíamos cemento e incluso hicimos trabajos de albañilería. Se hizo un mural. Hicimos un montón de cositas sin tocar las arcas del club. Tuve varias reuniones con la gente del basquetbol masculino, les pedimos ayuda. Pero no hay seres humanos que se quieran acercar, trabajar, comprometer. Nosotros lo queremos al club, pero parece que no entienden esa parte. Nosotros queremos ayudar al basquetbol masculino, pero para eso necesitamos trabajar y generar recursos.

-¿Y el basquetbol masculino está en una etapa de transición?

-No, ellos ya se acomodaron. De hecho va a haber una subcomisión de basquetbol masculino. Necesitan empuje.

-¿Cuántas integrantes mujeres hay en la comisión directiva?

-Unas 13 mujeres. Cada una se ganó su lugar. La dirigencia está para debatir, discutir, no para enojarte, cerrar la puerta e irte. Yo soy una convencida que dentro de la dirigencia hay que discutir. A mi no me gustan que me nieguen un espacio. Yo no quito méritos al basquetbol masculino. Al contrario, si tengo que hacer tortas fritas o limpiarle la cancha lo hago. Pero ellos también tienen que entender que debe haber otra apertura, porque el club sino no va a crecer.

-Se te nota frontal.

-Sí.

-¿Y te pasó factura eso?

-Sí. Pero así como soy fuerte también soy sensible por lo que me pueden decir. Pero a veces hay que tomar decisiones fuertes y con algunas discusiones. El club se construye entre todos y no porque puse algo le voy a sacar al club. Algunos creen que porque sos mujer no te vas a animar a decirle las cosas.

-¿Por qué tantas horas en el club y sin otro interés más que el club?

-Yo represento al club y es como mi casa. Y quiero que sea una entidad agradable, donde el que viene se sienta cómodo. No me gusta que esté feo, desordenado. No va con mi convicción de persona. Siempre digo que es fácil destruir, pero construir no. Uno pelea todo el tiempo. Así hay gente buena que viene y ayuda. Son los que realmente se ponen la camiseta del club.

-A veces existen diferencias entre hombres y mujeres en una comisión directiva. En este caso son mayoría mujeres. ¿Cómo se llevan?

-Bien. Por ahí me dicen que soy ansiosa. Yo tengo la vicepresidenta (Silvina Rodríguez) que es más tranquila. Lo bueno es distribuir tareas y también es mi función. Pero ya me conocen y las cuido. Somos un grupo de amigas que quedó del Maxi y se que si las llamo vienen a colaborar.

-Un verdadero club de barrio.

-Siento una contradicción. Somos club de barrio, necesitamos de todos, pero cuando el socio quiere exigirte no nos alcanza para poder cumplir. Es tan baja la cantidad de socios que no podemos lograr esa estabilidad económica que nos deje tranquilos. Es un proceso que cuesta.

-¿Tu sueño en el club?

-Me gustaría acondicionar el estadio. También presentamos todos los papeles para subsidios. Nos rechazaron el de Clubes en Obra (proviene de Nación). No entendimos bien por qué. Igual pensamos en construir un gimnasio e incluso otra cancha o un salón multiuso. Lo estamos pensando. Y la provincia nos tiene pendiente el subsidio que iban a otorgar de 40.000 pesos. Así que seguiremos haciendo pizzas y tartas para recaudar. Y contando con gente que viene y colabora. Que es incondicional. Y yo a la par. No me da vergüenza pintar o juntar escombros. Me gustaría dejar como legado la cultura del trabajo en un club.

-¿Ya no es noticia que una mujer sea presidenta de un club? Son cada vez más.

-Noticia no. Acá estuvo Ana Giménez, con toda una trayectoria. Ahora igualmente hay más mujeres en comisiones. Al menos en la que presido. Se tienen que animar. Los espacios se ganan trabajando.

“¿No querés jugar al basquet?”

-¿Cómo era tu vida deportiva antes de la dirigencial?

-Cuando era joven casi nula, me gustaba educación física. Pero me casé joven. Tuve cuatro niños y a los 28 estaba en el barrio y una amiga por mi altura me dice si no quería jugar al basquetbol. Y marchaba con mis pequeños. Empecé en Paraná V y después pasé a Palermo. Sabrina (Rodrighero) me veía jugando y mamó de bebé lo del basquetbol y siguió mis pasos hasta llegar a la Selección Argentina.

Datos del club

-Quique Club tiene estas disciplinas: basquetbol masculino y femenino (se sumó el semillero y Primera a las Maxi), voleibol masculino y femenino, patín recreativo.

-En la actualidad cuenta con 140 socios activos. Su nivel máximo superó los 300. Para tener las cuentas equilibradas necesitan al menos 250 socios. Por la pandemia se bajaron 100.

-Sabrina Rodrighero, hija de Norma, se inició en el basquetbol femenino de Quique y llegó a la Selección Argentina.

-Norma Romero es además presidenta de la Asociación Maxibasquetbol Femenino del Oeste (AMFO).

Amplia mayoría de mujeres

La Comisión Directiva de Quique Club tiene una particularidad. De 16 integrantes 13 son mujeres.

Presidenta: Norma Romero

Vicepresidenta: Silvina Rodríguez

Secretaria General: Laura Riquel

Secretaria de Actas: Cristina Godoy

Tesorera: Marta Agostinelli

Protesorera: Soraya Moyano

Vocales titulares: Ayelén Fadil, Yanina Cepeda, Verónica Fernández Mántaras, Juan Rodrighero

Vocales suplentes: Franco Pachioti, Gonzalo Ruíz Díaz, Marta Sosa, Gloria Tamareu

Revisora de cuenta titular: Daina Correa

Revisora de cuenta suplentes: Silvia Stronati
Temas: ENTRE RIOS 
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