Lucía Torres
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A días de la presentación de su libro, la que se realizará en el salón de la Junta de Gobierno de Colonia Alemana, Silvina habló con MIRADOR ENTRE RIOS y anticipó algo de lo que se podrá encontrar en sus páginas. “Tiene que ver con mis raíces, mis orígenes en mi querida Colonia Alemana donde nos hemos criado junto a mis hermanas, pero encierra también un suceso enigmático, aunque decorado por las costumbres y formas de vida que tuvieron estos alemanes que llegaron a esta tierra”, contó.

Con la ayuda de su colega y profesora Gabriela Cardozo dieron forma a esa idea que durante años estuvo en su cabeza, volcar en un libro las vivencias y costumbres de sus antepasados, como legado para las nuevas generaciones, incluso de su propia familia. El género “fue lo que más costó definir con Gabriela (Cardozo), ya que al no contar con documentos históricos, me inclinaba a una novela, pero terminó siendo un conjunto de relatos y anécdotas, basadas en el testimonio de mi padre, que sería nieto de la protagonista, una prima de mi papá que vive en Paraná, mi tía Mirta y otra bisnieta, Belén Corrado, que vive en Concordia y que también había recopilado mucha información sobre Antonia, pero enmarcado en un poco de imaginación que le fui dando para que no quede tan triste”. En cuanto a esa perspectiva triste explicó que seguramente algunos descendientes tienen una visión de lo que la protagonista vivió, “pero la mayoría tenemos otra mirada, y mi intención fue hacer un cierre de tanta incógnita sin respuesta”.

Es importante destacar que en la época en que vivió Antonia, la protagonista del libro, “no se hablaba delante de los hijos y las decisiones que los adultos tomaban eran puertas adentro y esos hijos son los que hoy dan los testimonios, por eso es muy difícil llegar a un dato certero de lo que sentían en ese momento”. Incluso algo de la trama del libro comenzó cuando Silvina era una niña. “Antes -recuerda- era común ir mucho a los cementerios con los chicos, visitar las tumbas y las bóvedas, y a mí siempre me llamó la atención y le preguntaba a mi abuela, Isabel Cavallaro, que sería la nuera de Antonia, por qué le dejábamos flores a ese señor y no a su esposa, y ella sólo me decía que era porque no estaba enterrada en Colonia Alemana…” recuerda la entrevistada sin dar más datos, porque de eso justamente se tratan los relatos.

¿Quién era Antonia?

La protagonista de este libro es Antonia, quien llegó a nuestro país junto a sus padres y muchos otros inmigrantes alemanes siguiendo la promesa de “hacerse la América”, corridos por la pobreza europea. Antonia salió de Alemania en la panza de su mamá, y llegó a la Argentina en brazos, fue una de personas que nacieron en los barcos durante estos largos viajes cargados de esperanzas de un futuro mejor.

Muchos años después, en 2018, su bisnieta Silvina pudo visitar esa tierra natal, junto a María Rosa Reinsenweber, que también estará presente en la presentación del libro. “Visitamos el estado de Turingia, paramos en Erfurt y de ahí nos dirigimos a las aldeas. Lo que más me impactó fue el orden, lo limpio y lindo de ese lugar, pero a su vez me generó mucha tristeza por saber que ellos se habían tenido que ir en el medio de una terrible pobreza. Desde ese día comencé a recopilar información, encontrar dónde estaba sepultada, traer sus restos al lugar donde vivió, junto a sus hijos y su esposo, fue lo que más me conmovió”.

La familia de Antonia llegó al puerto de Buenos Aires y en tren se trasladaron hasta lo que hoy es Federación para llegar a las tierras del Mandisoví, donde don Miguel Rohrer ofrecía estas tierras, que las había negociado con el coronel Miguel Guarumba.

La casa vieja

El libro recibe el nombre de “La casa vieja” porque en uno de los testimonios que escuchó Silvina; vivían todos en la misma casa, “Antonia y su esposo, y sus hijas e hijos cuando se iban casando quedaban ahí con sus respectivos hijos en esa casona, en una especie de clan familiar, luego con el tiempo algunos se mudaron pero quedaron cerquita, entonces en cada recuerdo de mis tías estaba la frase ‘cuando vivíamos en la casa vieja…’, y esa casa vieja es la que hoy conserva mi padre, donde nos criamos con mis hermanas, lógicamente con modificaciones”. En la portada del libro aparece la imagen de la casa como está actualmente, y en el lado reverso, el lugar donde funcionaba el almacén de ramos generales del abuelo de Silvina.

El legado

De la intención del libro, la autora remarcó que considera importante que las costumbres se conozcan, el legado, “pero más que nada fortalecer la familia, que las decisiones en torno a los integrantes de la familia la tomen los familiares directos, no la familia política y demás. Amar a la familia y acompañarlos hasta el final de los días más allá de la enfermedad que tengan o les toque”.

Luego de este libro, su primera publicación, Silvina ya comienza a pensar en un segundo libro, con más historias que encierra la misma casa. “Ahí hay un sótano, algo que era común antes entre los inmigrantes alemanes, nos encantaba a nosotras cuando éramos chicas bajar al sótano, y ahí, en ese sótano encontré el misterio del libro”.