Arquero y formados en Patacona FC

La loca vida de un entrerriano en Valencia

Santiago Da Rocha comenzó una aventura en 2019 tras recibirse en la UNER. El nacido en Puiggari pasó por Australia, estuvo en Barcelona y recaló en Valencia, donde comenzó un nuevo proyecto con la redonda: entrenador de arqueros. “El fútbol me permitió incluirme en sociedades muy diferentes”, expresó.
26-01-2021 | 18:13 |

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El Nou Camp, estadio del Barcelona, una de las postales de Santiago en Barcelona, con la remera del club australiano donde jugó.


Gabriel Obelar

“Es una locura, pero al mismo tiempo es algo muy grato”. Así comenzó a contar su travesía Santiago Da Rocha en diálogo con Mirador Entre Ríos. El nacido en Puiggari vive un presente diferente al que imaginó cuando arribó a Paraná para estudiar Comunicación Social en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y luego de ser operador en la misma radio.

En tiempos de estudiante, jugó la Liga Paranaense de Fútbol siendo arquero de Patronato. Con el paso de los años continúo su hobby en torneos libres, hasta recalar en Recreativo de Libertador San Martín, antes de incursionar en el fútbol europeo.

Tras recibirse, Da Rocha dejó atrás su vida en Entre Ríos y comenzó una travesía. Pasó por Australia, Barcelona y terminó recalando en Valencia, en la ciudad de Patacona, donde conoció a su actual novia e incursionó en la formación de arqueros en Patacones FC.

El inicio

Las locuras que tiene la vida, tienen un punto de partida, planes, que luego cambian y así lo contó el propio Santiago: “El punto de partida fue la Universidad Pública, porque mientras realicé la licenciatura en Comunicación Social entrenaba en Patronato, en el equipo de la Liga Paranaense y cuando terminé la carrera se abrieron puertas en lo laboral para poder empezar a viajar”.

“Cuando terminé la carrera empecé a tener oportunidades para viajar. Empecé por Australia porque tengo la suerte de tener familiares ahí y me fue muy bien, entrené en un club semiprofesional y como tenía una visa de tres meses, entrené en aquel equipo y jugaba en el elenco de Liga mientras trabajaba”, agregó en la misma idea.

Y continúo el relato: “Tenía la chance de tramitar una visa y quedarme más tiempo en Australia, pero quería conocer y seguir viajando por otros lugares. Así llegué en septiembre de 2019 a Barcelona, donde paré en lo de un amigo con quién entrené en Patronato y después vine a Valencia donde tenía amigos, siempre con la idea de estar tres meses y seguir viajando en Europa”.

En su segunda ciudad en España, es donde la vida le dio un cambio total a lo que él tenía planificado: “Al otro día de llegar a Valencia, conocí a Sarita, una italiana con quién hoy estamos saliendo y cambió un poco el panorama y mi idea comenzó a replantearse y quedarme en Valencia”.

Patacones FC

Decidido a no irse de Valencia, Santiago volvió a su primer y gran amor, la pelota, en esta oportunidad, en el club que hoy le permite continuar creciendo y aspirar a más. “Con esa situación me puse a buscar club, acá en Valencia hay un barrio que se llama Patacona y estaba parando cerca, fui al club y me recibieron con las puertas abiertas”.

“Patacones FC es un club que crece mucho, que tiene convenio con el Levante de Valencia y se trabaja de manera profesional. El equipo está en la Liga Preferente con intenciones de jugar en la Tercera Categoría con elencos en regionales y torneos locales”.

Sobre el recorrido hasta la actualidad, expresó: “Empecé a entrenar en el club en 2019 y ahí ascendió a Primera Preferente, es decir la cuarta división y vivimos un ascenso confinados, porque se dio así, con el inicio de la pandemia. El 2020 se dio la posibilidad de continuar y al ascender se incorporó otro equipo y el club me permitió participar como jugador y me permite trabajar en las divisiones inferiores”.

“Una categoría en la cual trabajo es Benjamín, con chicos de 8 y 9 años, después en infantiles con chicos de 13 años y a la vez entreno a todos los arqueros, desde los niños más pequeños a cadetes (16 años)”, subrayó.

Siempre fútbol

Antes de llegar a Paraná y al irse, en medio de estudios y viajes, la pelota y el fútbol nunca se despegaron de Da Rocha, que explicó los motivos por los cuáles siempre, en cada viaje, buscó club e ilusionarse con vivir de ello.

“Hay una visión romántica del fútbol que opera un poco, esto de ‘jugar hasta que nos den las piernas’ y algo de eso tiene que ver. A la vez, el fútbol tiene el lado social que permite incluirte en una sociedad donde sos nuevo y no conoces”, indicó.

“En Australia me pasó, porque llegué sin saber inglés y al ir a probarme a un club que queda en el barrio donde paraba, se me abrió un mundo increíble de gente. Al sábado siguiente ya estaba festejando el cumpleaños de uno de los chicos y comencé a conocer gente que me brindaba posibilidades de trabajo”.

En la misma incursión, agradeció a la pelota: “El fútbol además de una pasión o necesidad de participar corriendo atrás de una pelota, sirvió para incluirme en una sociedad desconocida en todo sentido”.

Esto no evita seguir soñando con más: “Es cierto que queda el sueño pendiente de pelear por algo, los caminos llevaron a otro lugar y de manera amateur o en un picado con amigos, siempre el fútbol lo vamos a disfrutar hasta que nos den las piernas”.

Futuro formador

En Patacones, además de ser arquero de uno de los elencos, encontró una nueva pasión bajo los tres palos, la formación de juveniles y quiénes sueñan con la redonda, tal como él: “Me gustaría tener una chance en la formación, como entrenador de bases, en las divisiones inferiores”.

A ello, confesó: “Esa chance no la contemplaba mucho y me gustó. Como jugador puede que haya una posibilidad de jugar en un equipo que jugué la tercera división, que es un nivel súper competitivo, pero hace un tiempo decidí tomar otros caminos como el estudio, formándome en lo que estudié, hacer un máster siguiendo la rama de las ciencias de la comunicación”.

“Hay posibilidades, pero con el paso del tiempo, la carrera dentro del fútbol, pase a verse dentro del banco, desde la capacitación y formación”, contempló.

Por otra parte, la chance de retornar al país no es uno de los planes a corto plazo: “La Universidad Pública fue la que me permitió tener la formación y esta posibilidad. Mi idea es devolverle al país lo que me dio, no se trata de una culpa, sino de estar agradecido porque me permitió estudiar y conocer”.

Y cerró: “Nuestro país es hermoso y está lleno de defectos y problemas como todos los países denominados del primer mundo. Hoy tengo otros planes, quiero seguir creciendo en lo profesional, en lo educativo y aprovechar el envión para despegar y conocer otros lugares”.
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