Literatura

Habitando el miedo

La antología de cuentos de terror Vivos de Miedo se presenta en la Biblioteca Argentina Dr Juan Álvarez, de la ciudad de Rosario, el próximo 19 de marzo a las 18. Mirador repasa el origen del proyecto editorial de Miercoles14ediciones.
08-03-2021 | 9:57 |

Fueron 13 encuentros con escritores y lectores de distintos lugares del país, cuyo producto literario es el libro de antología "Vivos de miedo".
Foto:Gentileza.
Ariel Gustavo Pennisi
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En pleno contexto de aislamiento, surge impulsado por la escritora rosarina Cecilia Muñoz, el taller de lectura vía Instagram Vivos de miedo, actividad que contó con la participación de más de una docena de escritores reconocidos en todo el país y cuya resultante es la antología ilustrada de cuentos de terror. Vivos de Miedo funciona entonces como la recopilación de textos de Miercoles14ediciones, que será presentada en la Biblioteca Argentina Dr Juan Álvarez de la ciudad de Rosario el próximo viernes 19 de marzo a las 18.

El libro
El gran escritor rosarino Alberto Laiseca (1941-2016), popularmente recordado por leer cuentos de terror en la década del 90 en canal I-SAT, se preguntaba una y otra vez ¿por qué? No era una simple pregunta abstracta sobre los ¿por qué? que inundan día a día nuestra vida y más allá de la retórica, su inquietud tenía un direccionamiento hacia los cuentos de miedo. "¿Por qué seguimos leyendo (o pidiendo que nos cuenten) historias terroríficas?". Su repuesta trascendía el simple divertimiento para encontrarse con la verídica ontología de los monstruos que "existen en serio y todos lo sabemos". El encuentro experimental de Alberto con el canal y la audiencia televisiva tuvo grandes efectos que hasta el día de hoy hacen huellas en la literatura.

Claro ejemplo es la iniciativa de Chechu Muñoz que pesquisa su pasión por las historias de terror en la mágica oralidad del autor rosarino y de Elsa Bonerman (1952-2013). Las historias terroríficas entretienen, tanto a televidentes como a alumnos revoltosos de cualquier secundario. Los monstruos existen y cada tanto nos muestran su rostro de imprevisto en inesperados contextos como lo fue el último año atravesado por la pandemia. Son estos los momentos donde los miedos arcaicos de la especie humana parecen tomar fuerza y dar presencia día a día. Quizás la ficción del relato ofrezca la fantasía de poder gobernar aquello que nos aterra. El año 2020 lo inexplicable del horror estuvo presente en cuerpo y forma, Muñoz utilizó el terror como medio para crear puente de unión, contención.

Fue así como inició un taller de lectura vía Instagram, invitando a distintos escritores a que lean escritos propios y ajenos con la única consigna de que sean de terror. El taller comenzó siendo semanal, luego quincenal. Fueron 13 encuentros con escritores y lectores de distintos lugares del país cuyo producto literario es el libro de antología "Vivos de miedo" de la editorial rosarina Miercoles14Ediciones.

Como no podía ser de otra manera y respondiendo a la demanda editorial que se encarga de editar libros acompañados de ilustraciones, Julia Leiva es la encargada de ilustrar cada relato de la obra compuesta de 12 cuentos y un poema de Delfina Stortini titulado "Lo que pulsa".

Más de una docena de figuras de las letras, que en tiempos terroríficos de aislamiento compartieron sus miedos para soportar lo siniestro del contexto y sentirse un poquito más vivos, porque si hay terrores hay vida y quizás ese aferramiento nos permite vivenciarlo con cierto monto afectivo de placer. El terror y el miedo que atraviesa el colectivo de lectores/ escribientes está presente en cada uno de los textos que contienen la antología, desde aquel miedo posible que invade toda posibilidad como lo es la muerte hasta el simple temor de abrir una cuenta de Facebook de un ser querido que ya no está.

La búsqueda de un dios que no responde pero necesitamos sentirlo aunque sea un cachito, afónico, es el temor del creyente que convierte su miedo en motor de la existencia. Quizás sea el cuento más crudo del libro. Relato actual, cargado de estadísticas, de feminicidios que llenan radiográficamente las dos carillas y media de ¿Jugamos mañana? del escritor José María Marcos.

Entre los lectores del ciclo y escribientes de la antología se encuentran Selva Almada y su escrito Contar un cuento, Pablo Bilsky con El libro de los muertos, La vitrina de Alejandra Mendez Bujonok o La mojarrita del gran Pablo Martínez Burkett.

La foto de portada es de Carolina Beltramo, la edición a cargo de Pablo Bagnato y Luisa Bertone trabajo en la digitalización.

Entre los lectores del ciclo y escribientes de la antología se encuentran Selva Almada y su escrito Contar un cuento, Pablo Bilsky con El libro de los muertos, La vitrina de Alejandra Mendez Bujonok o La mojarrita del gran Pablo Martínez Burkett.

Julia Leiva, la ilustradora

"Ilustrar vivos del miedo para mí fue un trabajo muy hermoso, que me dio mucha alegría y placer. Lo hice con mucho amor, principalmente por ser un proyecto de Cecilia Muñoz que es una amiga mía que no solo quiero mucho sino que valoro y respeto. Entonces me lleno de orgullo poder participar con ella. Fue un desafío muy importante, le puse mucha cabeza y corazón. Sentía que tenía que estar a la altura de los y las escritores y escritoras del libro que son todos muy bueno. Cada texto me pareció impecable. Es la primera vez que ilustro para el género de terror. Es un placer muy hermoso formar parte de un libro".


Cecilia Muñoz, en primera persona

- ¿Dónde surge tu amor por el género de terror?
- Recuerdo el fervor con el que leía durante mi infancia Socorro o Queridos Monstruos, libros de la escritora Elsa Bornemann. Por medio de ellos conocí los misterios de la muerte, la locura y la crueldad humana, que no tiene límites. Sus cuentos de terror me hicieron lectora, me apasioné con la literatura a raíz de esos relatos. Siempre fui entre los cuentos de terror y la poesía en mi infancia y adolescencia. Viste que esas lecturas son las que te marcan después.

En mi época de secundaria, miraba fascinada el programa de televisión Cuentos de terror conducido por Alberto Laiseca, en canal I.Sat y ahora lo sigo con mis estudiantes por YouTube luego de leer cuentos como El corazón delator de E. A. Poe o La pata del mono de W. W. Jacobs.

Tengo la hipótesis de que la historia de terror siempre atrae, para darte un ejemplo, en mi trabajo en el colegio español doy talleres literarios. Aveces cuando tengo un grupo muy revoltoso, digo -les cuento un cuento de miedo- y se quedan todos en el molde. Así que funciona como estrategia.

- Estabas desempeñándote en el género poesía, incluso con tu primer poemario Sola en el bosque (2020). ¿Fue una vuelta al terror esta experiencia?

- Mi vuelta al género fue de la mano de dos escritores que ya me venían seduciendo con sus relatos desde hacía unos años, Mariana Enríquez y Luciano Lamberti. Primero leí La masacre de Kruguer y hasta el día de hoy me cuesta sacarme algunas imágenes de la cabeza, sobre todo cuando me quedo sola en la oscuridad y pienso en la locura y en todo el horror que puede desatar. Inmediatamente después, me adentré en el oscuro universo de Nuestra parte de noche donde estuve sumergida, con algunos altibajos, durante dos intensas semanas. Ambas novelas reanimaron, desde diferentes lugares, esa sensación tan placentera para mí: el miedo.

Inmediatamente después, la pandemia llegó para quedarse y con ella la virtualidad y el "tsunami" de vivos de Instagram, Facebook y YouTube.

- ¿Cómo nace el ciclo Vivos de miedo?
- Nació a raíz de que soy docente y estuve toda la pandemia encerrada. Un día de lluvia se me ocurrió que estaba bueno armar un ciclo de lectura de relatos de terror, porque en mi entorno había muchos ciclos de lectura virtual pero eran de poesía. Relatos no abundaban y de terror menos.

También estuvo el concurso de letras del Fondo Nacional de las Artes y convocaban a cuentos de terror y ciencia ficción. Mucha gente se alteró con esa convocatoria, un poco me parece que para joder a la nueva directora Mariana Enriquez que me encanta. Este debate que surgió en torno a la restricción del concurso al género, me motivó o quizás simplemente creí necesario un espacio exclusivo para la lectura de relatos de terror que nos distrajeran por un rato del horror del mundo y del Covid-19. El jueves inmediatamente posterior a ese domingo de lluvia comencé con el ciclo "Vivos de miedo", en Instagram.

- ¿Arrancaste sola?
- No, Hablé con mi amiga Delfini Estortini para ver si me bancaba. La convoqué como invitada, acepto y salió el primer vivo. El formato fue el siguiente, yo arrancaba sola y después invitaba a alguien. La primer lectura fue el cuento de Elsa Borneman que es el que más me gusta de ella, se llama La del once "Jota", del libro Socorro.

El cuento es de una abuela que no amaba a sus nietos huérfanos que le había tocado cuidar, sobre todo a la niña, la pequeña Lilibeth. Es alucinante, porque habla de la crueldad humana. Hay un montón de abuelas que no quieren a sus nietos, Elsa tiene esto, se animaba a decir un montón de cosas poco común en su tiempo, de hecho fue censurada en la dictadura con su libro Un Elefante Ocupa mucho espacio.

El ciclo comenzó todos los jueves y luego de manera quincenal. En total fueron 13 invitados e invitadas de Rosario, Buenos Aires, Zárate. Estuvo la entrerriana Selva Almada. La mayoría leyeron cuentos propios.

- ¿Y la antología?
- Cuando se me ocurrió el libro, les propuse si se animaban a escribir algo propio. Los que habían leído de escritores ajenos escribieron para la antología específicamente. El caso de Delfina, escribió una serie de poemas. Pablo Bagnato es el editor, que también fue invitado del ciclo y leyó un cuento. La editorial es miércoles14ediciones que se dedica a hacer libros ilustrados.

Entonces convoque a mi amiga Juliana Leiva que es ilustradora. Ella me hizo las ilustraciones de algunos poemas que salieron como señaladores para mi poemario Sola en el bosque. Ahora hizo la ilustración de todos los relatos.

Los participantes

Delfina Stortini, Fernando Cali, Pablo Bilsky, Alejandra Mendez Bujonok, Virginia Ducler, Pablo Martínez Burkett, José María Marcos, Marcela Alemandi, Fabián García, Santiago Repetto, Pablo Bagnato, Juan Guinot y Selva Almada.

Juliana Leiva nació el 13 de febrero de 1983 en la ciudad de Rosario. Desde chica descubrió su pasión por el dibujo y la pintura, que la llevó a formar parte de distintos talleres de arte de la ciudad hasta ingresar a la Escuela de Bellas Artes de Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. Desde entonces, realizó numerosas muestras individuales y colectivas en espacios formales y no formales. En 2009 se graduó como Licenciada en Bellas Artes con especialidad en grabado y trabajó de manera independiente, tanto con el grabado como con el dibujo y la pintura. Actualmente se desempeña como ilustradora y coordina varios espacios de arte en el Taller de Inclusión de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario.

Cecilia "Chechu" Muñoz nació en la ciudad de Rosario el 23 de enero de 1983. En 2010 se graduó de Profesora en Letras en la Universidad Nacional de Rosario. Desde entonces, se dedica a la docencia, tanto formal como no formal. Coordina talleres literarios para personas de todas las edades. En marzo de 2020 publicó Sola en el bosque (poesía), por la editorial Azul Francia. Desde junio, coordina el ciclo de lectura "Vivos de miedo", jueves de por medio a las 22 por Instagram.



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