Ex jugador de Central

Mario Killer, destacado futbolista, sigue manejando su taxi

Mario Killer mantiene un perfil bajo. Jugó para la selección argentina en los ’70 y se destacó en Central e Independiente. Alejado del ambiente del fútbol, hoy maneja un taxi por las calles de su Rosario natal.
23-03-2021 | 11:35 |

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Mario Killer en la actualidad. Foto: Gentileza.


Jugó en la selección argentina de fútbol, en Rosario Central y en Newell’s Old Boys. Pese a esto no es millonario y sigue trabajando con 69 años. Maneja un taxi y su parada habitual es en Catamarca y Mitre. Al lado del hotel que aloja a la mayoría de los equipos de primera que visitan Rosario. Y que tuvo como huésped a Diego Maradona en su última visita a esta ciudad en febrero del año pasado. Su nombre, Mario Killer. El Colorado para todo el mundo.

Killer ha dado pocas entrevistas en estos últimos años. Aunque ante el pedido de Mirador Provincial accedió a hablar. “Yo colgué todo. Nosotros con Daniel (su hermano también ex jugador, campeón del mundo con Argentina en 1978) siempre tuvimos un perfil bajo”, aclaró.

El ex marcador de punta izquierdo dio su opinión sobre un fútbol argentino que no pasa por su mejor momento: “Lo veo muy malo, muy pobre. La mayoría de los clubes están tratando de sacar algún jugador para poder venderlo, para que le entre dinero a sus arcas. Así el fútbol es cada vez más pobre, más triste. Para colmo sin público no tiene alegría en este momento. Hoy por hoy el único que sobresale, que está haciendo bastante bien las cosas es River, pero entre los demás hay una paridad terrible”. “Esto es un negocio ahora donde se invierte mucho dinero y al mejor postor se lo están vendiendo. Eso hace que el fútbol nuestro vaya en decadencia”, aseveró.

El Colorado tuvo una gran carrera deportiva. Debutó en Central y luego pasó por el Sporting de Gijón, el Betis (Sevilla), Newell’s, Independiente de Avellaneda y Belgrano. Llegó a integrar el seleccionado albiceleste entre 1972 y 1975.

Tras su retiro en 1985, siguió vinculado con una escuela de fútbol para chicos en unas canchas propias, aunque ahora abandonó todo eso. “Uno cuando deja el fútbol quiere seguir, pero después fueron de a poquito matando al fútbol y uno se va alejando. Hoy soy un simple espectador”, comentó.

Recordó sus inicios en 1971 con la camiseta auriazul en los tiempos en que jugaba y trabajaba: “Cuando estaba en el plantel profesional siendo pibe yo trabajaba en una fábrica de galletitas porque había que ayudar al viejo en casa. Antes los clubes no te daban nada. Un día llegué tarde al entrenamiento y el técnico nuestro, Enrique Omar Sívori, me llama y me dice: ‘Usted no jugó en ningún lado y los profesionales ya están entrenando’. Le digo: ‘Yo vengo de trabajar’”. Tras esa charla firmó su primer contrato profesional y debutó en primera. Remarcó la diferencia con los tiempos actuales: “Ahora los chicos de cuarta, de quinta van con su autito, con su representante. Es algo totalmente distinto. Cambió muchísimo”.

En Rosario Central logró ser campeón en dos oportunidades: en el Nacional de 1971 y en el Nacional de 1973. “Mi carrera fue muy linda, muy rica”, afirmó. En el ’75 partió rumbo a Gijón para defender los colores del Sporting. Jugó tres temporadas en el club asturiano y luego fue comprado por el Betis, donde disputó la temporada 1978/1979. Pese al paso de los años, Mario conserva un lazo con sus ex compañeros en el Sporting y en el club sevillano. “Los muchachos del Betis se juntan el último viernes de cada mes en un lugar a comer. Tuve la suerte de compartir una mesa con esos muchachos después de tantos años”, comentó. También aseguró que se reúne habitualmente con los ex futbolistas de Central como Aldo Poy, José Pascuttini, Ángel Landucci, su hermano y otros.

Integrante de un 11 histórico
Mario Killer formó parte del combinado rosarino que en 1974 derrotó a Argentina en la cancha de Newell’s con una actuación destacada de Tomás Carlovich. “A los jugadores de Central y de Newell’s nos veían siempre, pero al Trinche no. Esa noche lo fueron a ver a él y salieron locos de la vida. Era un muchacho que podía jugar en cualquier selección y en cualquier equipo de primera”, rememoró el Colorado. “El Trinche era muy amigo mío. Era del barrio mío, de barrio Belgrano”, agregó.

Tras regresar de España, vistió los colores de Newell’s. Un cambio de camiseta que hoy es muy inusual. El último en hacerlo fugazmente fue Rodrigo Salinas en la década pasada. “Hoy por hoy no se puede hacer. En esa época había rivalidad, pero no era la enfermedad que hay ahora. Orgulloso de haber jugado en los dos clubes más grandes de Rosario. Estamos en la historia de los dos clubes mi hermano y yo”. Reconoció que su paso por NOB fue breve, de sólo 10 partidos.

Del Parque de la Independencia se fue a los rojos de Avellaneda. Allí integró un equipo muy recordado que fue un brillante campeón del Metropolitano de 1983. “Tuve cuatro años hermosos y después volví a Central en el ‘84”. Aquel año fue el del tercer descenso de los canallas. En 1985, decidió mudarse a La Docta y jugar para los celestes de Alberdi. Jugó unos pocos partidos en Belgrano y se retiró.

Hoy, si uno anda por la zona del Parque España y necesita un taxi, quizás el chofer que lo lleve a algún sitio sea Mario. El mismo que se destacó en las canchas de fútbol argentinas y españolas por ser un lateral izquierdo aguerrido y firme.



Temas: DEPORTES 
Mirador Provincial en

Autor:

Hernán Alvarez

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