Un santafesino que hace historia en canotaje

Rubén Rézola, con la "R" de resiliente

Sueña con su tercer Juego en caso de clasificar para Tokio. Sin Preolímpico a la vista, suspendido en Brasil por pandemia, se define todo en la Copa del Mundo en Hungría entre el 12 y el 15 de mayo.



04-04-2021 | 19:55 |

Orgullo de Santa Fe. Más de la mitad de su vida (tiene 29 años) se la pasó arriba de un bote con la gran pasión del canotaje. Siempre "pelea" para entrenar en este lago..."su lago"...en el sur de la ciudad. El sueño a Tokio está en marcha, a pesar de la pandemia. Crédito: Flavio Raina
Foto:Flavio Raina

Darío Pignata
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"Resiliencia es la inefable capacidad que le permite a ciertas personas anteponerse a las distintas adversidades que se les presentan en la vida diaria". Si es por esta definición, el santafesino Rubén Rézola es resiliente de acá hasta Hungría, sin dudas. Y ojalá lo sea desde el muelle de El Quillá, al lado del lago, hasta Tokio.

 

Es especialista en sobreponerse a ese tipo de adversidades. Cuando es en San Fernando o en La Plata, donde se hacen las concentraciones nacionales de la disciplina, por no tener esos famosos "largadores automáticos" con una pista de medidas exactas. En Santa Fe, en su querido lago con los colores de El Quillá, porque siempre tiene andar peleando con la limpieza y con el nivel de las aguas. Sin embargo, palo y palo, siempre va al frente.

 

En lo que ellos llaman "semana de alivio", El Litoral lo encontró a Rubén en Santa Fe. Igual, alivio implica, ir al agua y al gimnasio del club todos los días. Luego se vendrán dos semanas en La Plata, quizás una vuelta final a Santa Fe para estar con los suyos y ahí armar el bolso grande. El próximo destino marca Hungría y en ese bolso cargará un sueño grande...muy grande: poder hacer historia para el canotaje llegando a su tercer Juego Olímpico.

 

Desde el 2009 está en el equipo de mayores, por lo que representa a la Argentina hace 15 años: arrancó a los 14 y hoy tiene 29. La mitad de su vida, arriba del bote. "Si se alinean los planetas podría estar en mi tercer Juego Olímpico, ahora descansando un poco más tranquilo. En mayo se viene la Copa del Mundo y sería el escenario en el cual se definiría la plaza que en teoría podría ya tener asegurada Argentina", cuenta Rubén mientras tira el bote el lago.

 

-Es decir que ya directamente no habrá Preolímpico...

 

-Claro, se suspendió el Preolímpico, entonces Argentina con el resultado de K1-200 metros que yo obtuve en el 2019 en Hungría, en esa misma pista, el país ya se quedó con una plaza. Ese cupo no es nominal y estamos viendo si se define entre Ezequiel Di Giácomo y yo que somos, los dos K1-200 de varones representantes del país. Entre los dos, vamos a definir la plaza del país en esta disciplina.

 

-En líneas generales, fue muy poco lo que el canotaje pudo hacer en pandemia

 

-En principio, Ezequiel había ganado el selectivo interno que tuvimos nosotros de cinco tiradas, fue al mejor de cinco en 200 metros pero lamentablemente se suspendió el Preolímpico que debía realizarse en abril en Curitiva.

 

-¿O sea un mano a mano con Di Giácomo?

 

-Hasta ahí, sea él el que ganara o yo, igual teníamos que definir en conjunto de nuevo, por la diferencia de tiempo que había. Era buscar, desde lo más justo, el mejor rendimiento pensando en los Juegos. El entrenador nos dijo: "Irá a Tokio el que esté mejor en ese momento".

 

El bote, su amigo fiel. A pedido del fotógrafo de El Litoral, antes de ir al agua, Rubén Rézola levanta su embarcación en el Club El Quillá para esta producción especial. El santafesino va en busca de su tercer Juego Olímpico, luego de Londres 2012 y Río 2016.Foto: Flavio Raina

 

-Entonces, ahora cuenta regresiva final sí o sí

 

 

-Nos estamos preparando en un año complicado, venimos de una suspensión de un Juego Olímpico que también nos cerró todas las puertas. Hay que ser resiliente, no queda otra.

 

-¡Qué loco no! Porque Argentina asegura la plaza con tu marca de Hungría, pero se mete ahora Di Giácomo. Habría que avisarle a Ezequiel que no joda...

 

-(risas) No tenemos de esos chistes, porque uno pelea a morir. La competencia es muy sana, somos buenos rivales. Nosotros antes competíamos en K2. En mi caso, muy contento también porque se elevó el nivel del país porque hacía mucho que no tenía a nadie que me compita así después de Miguel Correa. La verdad que después de muchos años que alguien esté adelante me incentivó para poder estar peleándola y ver qué es lo que tengo que mejorar, al tiempo rápido y límite. Así poder estar entre los mejores del mundo de nuevo.

 

-Entonces, plata o mierda en Hungría del 12 al 15 de mayo

 

-Será para el que esté mejor esos tres días, sin dudas. Tenemos una ventaja y desventaja a la vez. Al no tener una pista oficial acá, con largadores automáticos, cronómetros, llegada bien alineada, boyas medidas cada 12 metros y medio, sería el escenario ideal para poder definir el lugar para un evento de tal magnitud.

 

-Está clara esa fortaleza de la pista...¿Y cuál sería la debilidad?

 

-La realidad es que al definirlo en una competencia internacional, como la Copa del Mundo de Hungría, que es un evento tan importante, van a estar todos los mejores del mundo porque no compitieron el año pasado. Estarán supér-afilados y cada país llevará dos atletas, porque seguramente deberán definir quién lleva su plaza a los Juegos Olímpicos.

 

-Pensando en Tokio, será uno u otro, vos o Di Giácomo

 

-Como decíamos para el selectivo, será un "duelo de caballeros" afuera, donde lamentablemente nosotros no contamos con una pista oficial acá. Por ese lado, tuve como suerte digamos, que sea una definición internacional y no en una pista que no sabemos cómo está medida. Allá, en Hungría, las medidas y los tiempos son exactos. Ahí, no hay excusas.

 

-Pensemos en Hungría del 12 al 15 de mayo: ¿con dos o tres días te alcanza para reconocer la pista?

 

-Pasa que en esos dos o tres días, el jet lag (es un trastorno temporal del sueño, típico cuando el reloj biológico del organismo no concuerda con la hora local) te mata. Hay dos posibilidades ahora y una es algo que muchas veces manejamos con el tema altura. Viajar dos semanas antes para la adaptación o llegar sobre la hora. Por la pandemia, creo que llegaremos sobre la hora. Ya estamos en abril y no tenemos la precisión de los pasajes. La verdad, es una incertidumbre total. Es por eso que "subís...bajás" con las marcas a cada rato. La cabeza del atleta viaja y es difícil mantener la motivación. Creo que vamos a llegar bien cerquita de la fecha.

 

-Volvemos a la definición de "resiliente"...

 

-Estamos muy cerca y es mi ambición, quedaría en la marca de la historia del deporte y de la ciudad. Esto se repite porque no hay apoyo completo y serio de parte de las autoridades para que nosotros tengamos desarrollo en cada lugar. Tener esos famosos centros de entrenamientos, con las condiciones. Y que se pueda trabajar en conjunto, máxime en la previa a eventos internacionales como éste.

 

-La última: ¿El reclamo para mejorar el canotaje argentino por dónde pasa?

 

-Medidas profesionales en las pistas, largadores automáticos. En Argentina no hay un solo en tantos años, somos los mayores medallistas panamericanos, finalistas en Juegos, atletas con diplomas olímpicos, finales del mundo. Hay que hacer fuerza con los resultados para que el dirigente gestione. La otra salida es irte lejos de tu casa, a los 14 o 15 años, con lo duro que es el desarraigo, lejos de todo y de todos. Estaría bueno que, alguna vez, estén dadas las condiciones en Argentina.

 

Mano a mano con El Litoral. A media mañana, antes de ir al agua y con el gimnasio esperando en el turno tarde. En las próximas horas, Rubén Rézola inicia la concentración final del Equipo Argentino de Canotaje pensando en Tokio 2020...pero en 2021.Foto: Flavio Raina

 

El apoyo para el sueño olímpico

 

 

"Principalmente a mi familia, novia y amigos", responde Rubén cuando El Litoral le pregunta por quiénes lo apoyan en este desafío camino a Tokio. Luego, al momento de nombrar a sus auspiciantes: la empresa Sotic, Ena Nutrition, RSE del Grupo Sancor Seguros.

 

Además lo acompaña Natalia Armas de la Cámara de Diputados y la gente de Woka fitness. En cuanto al staff de profesionales que lo asisten, Rézola destaca a: María Emilia Eberardt (psicóloga); Omar Ajun y Alejandro Enjuto (kinesiólogos); Gabriela Marino (quiropracta).

 

El "Tiburoncito" de El Quillá

 

- Quinto puesto en el doble kayak (K2) de 200 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y fue 8º en la final B del single (K1) de 200 metros en la cita olímpica de Río 2016.

 

- Tres medallas panamericanas con la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 (K2 200 metros con Miguel Correa), la de oro en los Juegos de Río 2015 (K2 200 metros con Ezequiel Di Giácomo) y la de bronce en la cita de Lima 2019 (K1 200 metros).

 

- Tres veces mundialista y top ten: 9º en Szeged (Hungría) 2011 y Milán (Italia) 2015, y 7º en Racice (República Checa) 2017.

 

"Yo crecí en un barrio muy humilde de la ciudad de Santa Fe donde mi vieja tuvo que hacer mucho esfuerzo y ha laburado mucho para poder darme lo mínimo indispensable y que no falte nada. Esta donación la hago porque es un gesto que nació de mi y me surgió transmitirlo a la gente para que quizás pueda solidarizarse con un paquete de arroz, fideo, alcohol o elementos de higiene y poder darlo a aquellos que más lo necesitan" Rubén Rézola donó un bono del ENARD en pandemia


Temas: DEPORTES 
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