Cuestión social

La sociedad en palabras del Dr. Osvaldo Agustín Marcón

El psicopedagogo y trabajador social santafesino nos brinda su punto de vista sobre la humanidad.
11-04-2021 | 13:55 |

"La idea de inseguridad remite instantáneamente a solo algunos tipos de delitos entre los que no se incluyen los de cuello blanco".
Foto:Gentileza.
Gisela Mesa
redacció[email protected]


En el marco donde el covid-19 sigue afectando al país, hay una pandemia oculta que se acrecentó y muestra una gran desigualdad y brecha que existe en la sociedad: La pobreza y discriminación. El reconocido psicopedagogo y trabajador social, el Dr. Osvaldo Agustín Marcón dialogó con Mirador Provincial para darnos su mirada sobre varios temas que vienen desde larga data, la inseguridad, la discriminación y nos invita a reflexionar como seres humanos de una sociedad colectiva.

Osvaldo Agustín Marcón es licenciado en Servicio Social y Psicopedagogo, títulos de grado que obtuvo en las universidades Nacional de Santiago del Estero y Católica de Santa Fe respectivamente. A nivel de postgrado se graduó como especialista en Minoridad en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral y actualmente prepara la tesis que le permitiría acceder al título de magister en Salud Mental que expide la Universidad Nacional de Entre Ríos.

- Buen día Osvaldo, para comenzar ¿cómo te presentarías?
- Te diría que soy parte de una generación que se sintió políticamente protagonista en la década del '80, saliendo de la última dictadura cívico-militar en Argentina. También que pertenezco a la 'Generación de Malvinas' y que soy hijo de una familia con un padre desaparecido-aparecido con vida en la década del '70. También que fui cambiando mis formas de compromiso, desde formas político-partidarias hacia espacios más profesionales y académicos como estos en los que hoy estoy. Soy doctor en Ciencias Sociales con un postdoctorado en DD.HH., magister en Salud Mental, licenciado en Trabajo Social y psicopedagogo, entre otros títulos que hablan de mi edad. Publiqué varios libros y artículos... Soy profesor universitario y me desempeño como trabajador social forense en el Poder Judicial de Santa Fe.... Mi esposa, hija e hijo más tres perras son parte fundamental, obviamente....

- ¿Y qué te llevó a avanzar por esos estudios?
- Yo no creo en el total libre albedrío, por lo tanto, pienso mi historia como mezcla de libres decisiones con eventos que no pude controlar. Por ejemplo, el ingreso al Poder Judicial limitó las posibilidades de militancia política, pero fue un factor decisivo como para que ese compromiso se corriera hacia lo profesional y lo académico. Y funcionó como motor que me sigue impulsando. De la cuestión política a la cuestión social hay muy poca distancia y eso explica, me parece, parte de esas motivaciones.

Eufemismo
- Se utilizan muchas comparaciones y eufemismos para hablar de la marginalidad social. ¿Cómo se constituye hoy esta relación entre pobreza, exclusión e inseguridad en las grandes capitales y sus alrededores?

- Creo que en esa relación es decisivo el poder de definición, es decir la posibilidad de instaurar ciertos automatismos cognitivos o maneras de pensar que se disparan. La idea de inseguridad, por ejemplo, remite instantáneamente a solo algunos tipos de delitos entre los que no se incluyen los de 'cuello blanco', protagonizados por sectores socioeconómicamente más poderosos, y que inclusive resisten avances en su tipificación (lavado de dinero, evasión fiscal, tráfico de influencias, etcétera). Generan, claramente, mucha más inseguridad éstos que aquellos. Por eso, la relación pobreza-inseguridad no es lineal y sí, en cambio, muy compleja. La cotidianeidad en la pobreza es cierta, quita sentido a la normatividad. Es la ‘alienación jurídica’, en términos de algunos autores, que deteriora las subjetividades y condiciones de vida. Allí la inseguridad, en sentido amplio, es cotidiana e inevitable. Si no redefinimos esa idea automatizada de ‘inseguridad’, seguiremos apelando a fórmulas que ya fracasaron. Por caso, el tratamiento meramente policíaco de la cuestión.

- Háblame del desprecio colectivo, ese lugar cotidiano y naturalizado por muchos sectores de la sociedad.
- El supremacismo blanco es un movimiento muy desarrollado en EE. UU., aunque también en otros países, como herencia del racismo. Sus cultores sostienen la superioridad de los blancos, apoyándose en argumentos pseudocientíficos. Expresiones de este pensamiento existen en nuestro país, con pseudo argumentaciones que son muy características: “los negros no quieren trabajar”, “negros de m....”, “hay que matarlos a todos”, etcétera. Ese desprecio no resiste prueba alguna desde los derechos humanos, pero lo paradójico es que tampoco resiste prueba desde la lógica economicista/capitalista/liberal. Aunque esto es difícil de calcular económicamente, se sabe que sin el aporte de esos “despreciados” el sistema económico se derrumbaría y, por tanto, desaparecerían los beneficios de nuestros supremacistas de cabotaje. Y creo que ese rechazo encierra temores inconscientes a, en una supuesta sociedad integrada, no poder revalidar sus actuales privilegios...

Carlos Marx
- Marx apelaba, para distintas cuestiones, a la metáfora del fantasma que recorre el mundo.... ¿crees que hoy el neoliberalismo es uno de esos fantasmas, al menos en los países occidentales?

- Tengo la sensación de que ya no es un fantasma. Me parece que ha cooptado los medios materiales, pero, lo que es peor, creo que se ha apropiado de las subjetividades, de las maneras de pensar, de actuar, de amar... Hay infinidad de ejemplos que aparecen como ganancias en términos de individuación de los sujetos, de logro de autonomía, pero son -según me parece a mí- bases para el afianzamiento de eso que, sí, fue un fantasma en algún momento pero que da volteretas sobre sí mismo aplastando a esos que dice liberalizar….

- Nos corremos hacia un tema un poco más específico. Un sector muy marcado por su estatus social que propone con fervor la baja de la imputabilidad penal, ¿Qué opinión te merece eso?
- Pienso que, mayoritariamente, en ese caso que específicas, se trata de una expresión del supremacismo blanco del que hablábamos recién. Es mucho el miedo que se canaliza en ese reclamo, y que equivale a querer 'apagar el incendio echándole nafta´. No es sólo el miedo a resultar víctimas de delito, sino un miedo más profundo, como decíamos antes, a ser desplazados de sus zonas de confort. Esto es así pues si la pretensión es cambiar a fondo, todos tenemos que cambiar, y esto está lejos de bajar la edad de imputabilidad penal. De lo contrario, se trata de un mero restyling (‘lavado de cara’).

El rol de los medios de comunicación
- Los medios de comunicación cumplen un rol extremadamente importante y determinante de ideas sobre la inseguridad. ¿Qué análisis haces?

- Cuando jugábamos al fútbol siendo niños o adolescentes, sucedía algo un tanto cruel. Al menos dotado futbolísticamente, se le indicaba que quedara esperando en las cercanías del arco rival. Allí recibía la pelota y, de manera tan segura como obvia e inevitable, hacía el gol. Beneficiaba al equipo y se sentía poderoso. Me parece ver esa conducta en gran parte de los medios de comunicación masiva social. Dejan al ciudadano esperando y le ofrecen unos insumos que, de manera tan segura como obvia e inevitable, lo lleva a una conclusión, convencido de que la construyó libremente. Hoy creo que hay otros desafíos relacionados con el funcionamiento de las redes sociales, especialmente por los imperceptibles métodos que utiliza para llevar sus insumos a 'la puerta del arco' haciendo que ese jugador poco dotado se crea goleador...

- Hubo un caso, hace poco, que revolucionó la sociedad. El secuestro de una niña de siete años, donde los medios se hicieron eco generando un espectáculo de la noticia antes que un debate profundo y marcando brevemente una doble moral. ¿Por qué como sociedad tendemos a presentarnos como defensores de cierta situación y al mismo tiempo condenamos?
- ¡Tamaña pregunta requiere de todo un tratado! Yo priorizaría aquella idea de las respuestas automatizadas. Con la predominancia de estas subjetividades liberales, creo que las ideas, antes de integrarse al pensamiento social, pasan por una especie de 'colador de la felicidad' destinado a quitarle todas sus impurezas. Ese tipo de espectáculos, generalmente televisivos, son exitosos si mantienen al consumidor en su lugar de confort. Si le señalan, por ejemplo, las contradicciones que subrayas en tu pregunta, el show traiciona su razón de ser y, más todavía, traiciona el ‘mercado de buenas noticias’ al que se debe. Hay todo un adiestramiento como producto de ese juego de estímulo/respuesta, destinado a exaltar lo placentero y velar lo displacentero. Hay estudios muy interesantes sobre esto, aplicados al más vigente que nunca Facebook.

La mirada desde la psicopedagogía y el trabajo social
- A modo de cierre ¿podrías brindarnos una recapitulación de tu mirada sobre el campo de estudio acerca del delito y la sociedad en la Argentina? ¿Dónde crees que estamos y hacia donde deberíamos ir?

- Yo creo que, en general, urge incorporar los enfoques proporcionados por los estudios postcoloniales. Creo que nos permitirían mirar la cuestión en perspectiva socio-jurídica e intercultural. Pero también me parece que, con la misma urgencia, hay que avanzar mirando la cuestión desde el punto de vista de la intervención para conceptualizarlas y reconfigurar las actuaciones socio-judiciales. En este camino tenemos que superar el corset epistemológico, teórico y metodológico que niega, silenciosamente, la mirada “inter” (interdisciplinar, interinstitucional, interprofesional, intercultural). Las ciencias sociales ofrecen un abanico demasiado rico de saberes como para reducirlos a algunas disciplinas en particular.



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