La escuela y su nueva "normalidad"

Balance del primer mes de clases: con distanciamiento y tapabocas

Las puertas de las instituciones educativas de Entre Ríos volvieron a abrirse, luego de un año. Con los protocolos sanitarios y una prudencia hasta hace un año desconocida, madres, padres y niños regresaron a agruparse en los accesos de cada institución. Fue, sin lugar a dudas, la vuelta a las aulas más esperada.
12-04-2021 | 17:50 |

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El alcohol líquido y los elementos de higiene, tan presentes como el borrador y la tiza en las aulas entrerrianas.


Sabina Melchiori
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la emoción habitual que de por sí genera el primer día de clases, se le sumaron los temores, las angustias, las pérdidas y las miles de preguntas que nacieron durante un año entero de pandemia. También el cansancio, el hartazgo y el estrés para organizar los horarios y adaptarse a las nuevas normas de convivencia.

En las reuniones de padres previas al inicio del ciclo lectivo 2021, se habló más de los protocolos sanitarios que de cuestiones estrictamente académicas. A los niños que antes se los motivaba a compartir la merienda y a prestarse los útiles, se les recuerda con frecuencia que cada uno debe comer solo lo que trajo desde su casa y que no deben olvidarse de ningún elemento, porque dentro del aula nadie les podrá prestar lo que les falte.

Los besos y abrazos de las despedidas se transformaron en gestos a la distancia y la cara de la seño apenas se distingue por entre el espacio libre que dejan la máscara y el barbijo. Las nuevas condiciones parecen engorrosas, pero son las únicas que hay. Y aunque puedan despertar la queja de muchos, nunca hubo tantas ganas de volver a la escuela.

Balance

Analía Sartori, directora de la escuela Nº 64 "La Sagrada Familia", de Gualeguaychú, compartió con Mirador Entre Ríos un balance personal del primer mes de clases: "Me siento sorprendida porque, gracias a Dios, los chicos se van adaptando de una manera fantástica al cumplimiento del protocolo, responden al uso del barbijo, al lavado de manos, al uso de alcohol el gel. Lo que más cuesta es que mantengan la distancia en el patio, pero cuando la señorita se los recuerda enseguida se separan", y destacó la "excelente respuesta de las familias, ya que sabemos que a todas se les complica las diferencias de los horarios de ingreso y egreso, pero le han puesto muy buena voluntad. Estamos muy agradecidos. Además hemos recibido donaciones de alcohol de parte de algunas familias lo que nos demuestra que están en sintonía con lo que estamos haciendo".

En cuanto a las nuevas características de las clases y la implementación de la bimodalidad, Sartori observa que "los más chicos, los de jardín o primer grado, no logran terminar de adaptarse al tener una semana en la escuela y otra en la casa".
También la directora detalló que "cuando alguno de los alumnos se siente con calor o falta de aire por el uso del barbijo, las seños los dejan salir afuera, sacárselo y cuando logran recuperarse vuelven a ingresar al aula. Lo hacen con naturalidad como si toda la vida hubiéramos trabajado de esa manera".

En la escuela que dirige han tenido que aislar burbujas, sin embargo "las familias lo han tomado con tranquilidad, lo cual ayuda mucho", aseguró. También tuvieron un caso positivo en la escuela, por lo que debieron proceder a la desinfección y al aislamiento. "Lo vamos transitando con tranquilidad y naturalidad. Hace falta mucho trabajo para adaptarse a los cambios y a la bimodalidad, pero despacio lo lograremos".

Más ritmos, menos voces

Para Emiliana Lemes, profesora de Música, "dar clases presenciales fue una fiesta, había mucha alegría de parte de los padres y de los alumnos. Yo celebro que haya clases presenciales, hacía años que no veía esa alegría por empezar las clases, les gusta ir, les cuesta faltar. Estoy feliz de que los chicos estén donde tienen que estar porque nada reemplaza a la maestra delante del alumno, ni un celular ni un Zoom, nada".

La gran diferencia que notó con respecto a la última vez que había estado en un aula con sus alumnos, fue que los encontró "muy quietos, y me llamó la atención, han perdido la espontaneidad que tenían en el aula donde había que estar continuamente bajándolos porque tendían a moverse, a pararse, a gritar". Ante esto, su estrategia fue "darles mucha música para que muevan el cuerpo, por eso las clases han tenido mucho movimiento, se les nota mucho la cuarentena en sus movimientos, eso me entristeció".

Emiliana contó a este medio que le resulta muy difícil dar clases de música con barbijo. Tal es así que optó por dejar de lado sus clases vocales para transformarlas en clases rítmicas donde se canta lo menos posible.

Por otro lado, informó que hasta el momento no han tenido respuesta al pedido que hicieron para que se elabore un protocolo especial para las clases de música: "El hecho de que se aísle cada burbuja ante un caso sospechoso, nos hace trabajar con temor porque yo, por ejemplo, paso por 5 o 6 cursos por día, y si tuviera que aislarme por cada caso, viviría aislada. En ese sentido, no sé si los protocolos están bien hechos. Más allá de todo apuesto a las clases presenciales".

Las desventajas del tapaboca

María Eugenia Carmona es profesora de nivel inicial. Según su observación "este primer mes de clases fue un mes de adaptación para todos, no solo para los niños y niñas sino también para cada docente y familia. Todos nos tuvimos que reacomodarnos a estas nuevas formas raras de vincularnos", y asegura que "no fue y no es fácil tener que poner distancias donde la cercanía era parte de la enseñanza y aprendizaje diario".

De su experiencia destaca que le haya tocado "un grupo hermoso", tanto de alumnos como de familias: "En general respetaron y aceptaron cada una de las pautas de protocolo. Lo que sí es difícil (y en nuestro caso, padres y docentes pensamos igual), es el tema del uso del barbijo. Los niños y niñas de tres o cuatro años no logran aguantar el barbijo tres horas seguidas. Además, que no logran tener autonomía en su uso, lo que hace que necesiten del contacto con la docente para poder colocárselo". Por otro lado, considera que el uso de barbijo en la docente "no ayuda con los alumnos que tienen dificultad en el habla".

Finalmente, y más allá de las dificultades que presenta esta modalidad, remarcó que "lo bueno es que niños, niñas y familias están entusiasmados y contentos con la posibilidad de estar presentes en la escuela. Era muy necesario".

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