María Eugenia del Zotto

Cuando la literatura nos quita el sueño

María Eugenia del Zotto es escritora, docente y lectora voraz. Publicó cuentos, ensayos y dos novelas, la primera llamada "La Mesa de Luz" (Ciudad Gótica, 2014), y su última producción "La Ciudad de las Niñas" (2021) cuenta que le demandó "tres veranos de placer absoluto entre amaneceres y atardeceres con los dedos en el teclado".
06-05-2021 | 9:03 |

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María Eugenia Del Zotto y su obra: "La Mesa de Luz". Foto: Gentileza.


Álvaro Javier Marrocco
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María Eugenia Del Zotto (Rosario, 1984) cuenta que la relación con la literatura se remonta a la niñez. "Siempre me gustó mucho leer, de todo". Desde clásicos como El Principito hasta las historietas de Mafalda, que llevaba siempre encima. Era muy curiosa y los libros le proporcionaban un medio para calmar esa curiosidad. "Empecé a vincularme desde la escritura más adelante, en la facultad". Cuenta que había materias en Comunicación que le permitían encontrarse con ese lado creativo y fue ahí donde empezó a escribir, primero ensayos y cuentos, después poesías. Y entre 2010 y 2011 escribió "La Mesa de Luz", su primera novela.

Influencias literarias
La literatura latino y norteamericana marcaron sus inicios con escritores de la talla de Ernesto Sábato, Gabriel García Márquez, Truman Capote, que fueron sus primeros amores literarios. Después descubrió a Paul Auster, a Alessandro Baricco y a Clarice Lispector, a Silvina Ocampo y a las hermanas Brontë. También disfruta leyendo a escritores nacionales como Alejandro Dolina, Hernán Casciari y a la diosa del policial Claudia Piñeiro.

- ¿Qué escritores de la ciudad de Rosario y de Santa Fe considerás imprescindibles?
- De Rosario, sin dudas Roberto (El Negro) Fontanarrosa, es de esos escritores de quienes no sólo disfrutás la prosa, también todo ese submundo que lo rodea, que él supo construir a su alrededor. Y pensando un poco creo que me he acercado más a los relatos de grandes periodistas de acá, que supieron mostrarnos a Rosario de una manera tan rica y cercana como mística. Destaco al gran Daniel Briguet, que falleció hace muy pocos días, de quien guardo los mejores recuerdos como alumna.

También quiero destacar la obra maravillosa de la santafesina Liliana Bodoc, sus relatos abordan esas historias de los márgenes, también los vínculos, el amor y la vida, siempre desde la metáfora. Bodoc está en mi biblioteca, pero también en mis clases y en mi cabeza, todo el tiempo.

- Publicaste La mesa de Luz tu primera novela, donde la protagonista era una joven que unía fragmentos de historias de sus abuelos inmigrantes. ¿Qué significó, y cuáles fueron los motivos para haber escrito esa novela?
- La Mesa de Luz es un intento de dejar un legado, porque surge como una forma que encontré de enaltecer a mi abuela paterna, cuya vida fue muy dura y difícil. Como aquellas historias que leo de Bodoc, siempre sentí que su vida iba a quedar olvidada, y no quería que eso pase. Entonces, a raíz de una anécdota que ella me contó sobre su pasado en Italia al terminar la Segunda Guerra, sumado a una cantidad de anotaciones que iba tomando en un cuaderno cada vez que iba a visitarla y tomar su clásico café con crema, escribí la historia de Mara y su abuela Benedetta. Fui escribiendo sin jamás saber el final, todo fue fluyendo y yo me fui encontrando como narradora desde otro lugar. Fue un hermoso viaje de autodescubrimiento. Para mí la escritura es, por un lado, una forma de tratar de entender la vida y de responder esas preguntas que quitan el sueño y por otro, y sobre todo, una forma de justicia.

- La Mesa de luz aborda cómo telón de fondo la inmigración. ¿Qué relación une a la protagonista con ello?
- La une la necesidad de iluminar eso que está ahí y pasa desapercibido, como la mismísima mesa de luz, ese tesoro: las historias que nos construyeron desde la cuna, las que nos arroparon y nos dieron herramientas para afrontar las adversidades, pero también, para llenar la mochila de palabras que nos ayuden a valorar ese ahora. A Mara, tanto como a mí, la une, además, un puente sensorial con esa Italia llena de colores, olores y sabores. Que primero descubrimos mediante el discurso familiar y después, pudiendo estar ahí. Todavía puedo escuchar las nanas que mi abuela me cantaba para hacerme dormir, yo tenía unos dos años. Es re loco, pero real.

- Entiendo que estás preparando tu segunda novela. ¿De qué se trata? ¿Qué podés adelantar?
- Estoy en pleno proceso de edición de "La Ciudad de las Niñas", novela que llevo algo más de tres años escribiendo. Es la primera vez que trabajo con una editora, y es de las cosas más placenteras que he experimentado. Es un arduo trabajo porque son tres historias conectadas, dos del presente y una del pasado, y cuando digo pasado me refiero a fines del siglo XIX. La novela presenta a Ema Tusquets, una chica desencajada con su presente después de una decepción amorosa que empieza a escribir la historia de Alba Marino; a la par, encuentra cosas en un cuadro que siempre tuvo en su casa, pero que ahora empieza a llamarle la atención. Indagando comienza a descubrir un entramado de obras de arte y una historia de amor, todo entre los pinos y las dunas de Miramar y del tranquilo pueblo La Soñada.

Para mí fue todo un desafío, contar dos historias y sumar una que pasó en un momento en el que la gente ni siquiera hablaba de la misma manera, así que tuve que investigar bastante. El resultado fueron tres cuadernos llenos de anotaciones y tres veranos de placer absoluto entre amaneceres y atardeceres con los dedos en el teclado.

Así escribe
Mara nació en una familia cinematográfica. No por oficio. Por reflejo. Su estructura podría haber ilustrado algún film de Federico Fellini. Sus abuelos Benedetta y Renzo vinieron de Italia, de la región de Friuli-Venezia-Giulia. Eran tres. Fueron parte de una de las camadas soñadoras e inmigrantes que cruzaron el charco azul con el afán de perseguir un futuro mejor, un porvenir alejado de la miseria de todos los sentidos posibles. Porque decir que eran soñadores es quizás ambicioso, quizás subjetivo, quizás imaginario de aquellos que, como Mara, crecieron escuchando estas historias, viviéndolas una y otra vez hasta sentirlas propias.
(Comienzo Cap. 2 de La Mesa de Luz)

Biografía
María Eugenia Del Zotto (Rosario, 1984) es licenciada y profesora de Comunicación Social por la U.N.R y Diplomada y Especialista en Lectura, Escritura y Educación por la FLACSO. Coordina talleres literarios para adultos y niños y se desempeña como docente de Ciencias de la Comunicación, Lenguaje Audiovisual y Lengua y Literatura en distintos establecimientos de nivel medio en los que también ejerce la labor de Facilitadora de la Convivencia. Ha colaborado en distintos sitios web como narradora de poesías, crónicas, ensayos y cuentos, algunos publicados en antologías del Ente Cultural Santafesino y de editoriales como De Los Cuatro Vientos. Publicó su primera novela, "La Mesa de Luz" (Ciudad Gótica) en 2014.

"La Mesa de Luz es un intento de dejar un legado, porque surge como una forma que encontré de enaltecer a mi abuela paterna, cuya vida fue muy dura y difícil".



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