VÍCTOR LUDI

En Argentina el fútbol es algo más que un simple deporte. Es una pasión, un estilo de vida, que forma parte de nuestra idiosincrasia. Por esto, hay hechos, momentos o acontecimientos que quedan por siempre grabados en la memoria de los hinchas. Lo mismo ocurre con determinadas fechas que, por su importancia, son siempre recordadas cada vez que se cumple un aniversario.


Para los hinchas de Patronato, cada vez que llega el 16 de junio se recuerda como una fecha patria para la historia del Negro. Es que un día como hoy el Santo vivió dos acontecimientos que marcaron un antes y un después en su vida futbolística: en 2008 logró el ascenso al Torneo Argentino A, tras 30 años de frustraciones en los distintos certámenes a nivel nacional; y cuatro años más tarde, en 2012, logró uno de los triunfos más resonantes de su historia -al menos visto desde afuera de Paraná- al superar a River en cancha de Colón.


El grito que se esperó por tres décadas


Hace exactamente 13 años, Patrón logró quitarse una mochila que año tras año se volvía más pesada. Es que, tras la clasificación para disputar el Campeonato Nacional de 1978, el Negro nunca más había podido coronar su participación en los certámenes federales con un campeonato y/o ascenso. El ya desaparecido “¿y qué querés con Patronato?” se había convertido en una muletilla repetida por el pueblo futbolero paranaense, por lo que lograr dar el salto de categoría más que un objetivo era una necesidad.


El 16 de junio del 2008, el Santo recibió a Central Córdoba de Santiago del Estero, por el partido revancha de la serie final del Torneo Argentino B 2007-2008. Tras un cerrado 0 a 0 en el partido de ida, el equipo que dirigía técnicamente Edgardo Cervilla pudo romper su maleficio tras imponerse en la vuelta por 1 a 0, con el recordado zurdazo de la Pulga Díaz a los 33 minutos del segundo tiempo que hizo estallar a quienes colmaron las tribunas del estadio Presbítero Bartolomé Grella. Aquel equipo formó con Sebastián Bértoli; Gabriel Graciani, Walter Andrade, Gabriel Zuvinikar, Luciano González; Cristian Díaz, Augusto Prono, Nicolás Bianchini; Jorge Valverde; Ariel Gastaldi y Víctor Müller.


La coronación fue la frutilla del postre tras una campaña tremenda, en la que disputó 36 partidos entre primera fase, segunda y la final. Tras un inicio de campeonato con algunas dudas, Patronato enderezó la nave y encontró la regularidad que le permitió superar esta instancia con holgura. En la segunda etapa, parecía que pasaría con tranquilidad, pero una derrota como local ante Atenas de Río Cuarto le complicó la historia. De todos modos, supo asimilar el golpe y se repuso para clasificarse a la final, en un sufrido duelo ante Douglas Haig en Pergamino.


Ya en la etapa definitoria, los partidos fueron cerradísimos, con ambos equipos atentos a no cometer ningún error que le costara caro. Parecía que todo estaba encaminado para que la serie finalice sin goles y el ascenso se definiese por penales, hasta que la Pulga Díaz rompió la paridad para que Patronato pueda volver a gritar campeón.


Un batacazo que repercutió en el mundo entero


En la capital entrerriana se habló durante mucho tiempo del compromiso en el que Patronato debía recibir a River, en el campeonato de la Primera B Nacional 2011-2012. El escenario fue el principal motivo de debate hasta que, finalmente, el partido se mudó hacia el estadio Brigadier López del Club Atlético Colón. El Millonario tuvo una convocatoria masiva en su
paso por la segunda división y era una excelente oportunidad para obtener una jugosa recaudación.


Finalmente, el día tan esperado llegó. Por la fecha 37 -penúltima-, el Negro fue anfitrión del elenco de Núñez, que podía concretar el ascenso si lograba los tres puntos y otros resultados lo acompañaban. Por su parte, Patronato había tenido una campaña irregular, pero en la que había logrado una localía muy fuerte y ya se había asegurado su permanencia en la división.


Las tribunas del Cementerio de los Elefantes estaban colmadas. Paraná, como pocas veces se vio, acompañó masivamente al representante local y se mudó hasta la vecina provincia. El polémico árbitro Pablo Lunati dio el pitazo inicial y la pelota empezó a rodar en la fría tarde santafesina.


Patrón alistó a Sebastián Bértoli; Gabriel Graciani, Walter Andrade, Ignacio Boggino, Lucas Márquez; Leonardo Acosta, Marcelo Guzmán, Daniel Pereira, Gabriel Bustos, Emanuel Urresti; y Matías Quiroga; mientras que en el complemento ingresarían Juan Casado, Jorge Torres y Leonardo Roda. Los equipos recién se estaban acomodando en el campo de juego cuando el elenco dirigido por Marcelo Fuentes le sacó el máximo jugo a la pelota parada. El Chaca Bustos ejecutó con maestría un tiro libre desde la izquierda hacia el vértice del área chica, donde Leo Acosta ingresó para cabecear al fondo de la red. Iban apenas siete minutos de partido y el Negro pegó de entrada.


Tocado en su orgullo, River salió decidido a empatar el partido, pero se encontró con un brillante Bértoli que constantemente le ahogó el grito de gol a Fernando Cavenaghi y David Trezeguet, redondeando un primer tiempo perfecto.


En el complemento, Patronato supo cerrarse correctamente en defensa y el Millonario no pudo ni supo cómo romper esa barrera defensiva. Los minutos pasaban y en el partido no se generaban situaciones de riesgos hasta que, a los 41 minutos, Lunati sancionó un discutible penal de Boggino sobre Rogelio Funes Mori. Alejandro Domínguez tuvo el empate, pero Bértoli volvió a agigantar su figura tapándole el remate.


No había tiempo para mucho más. El sueño se había hecho realidad y Patronato metió un batacazo histórico, que a los pocos minutos ya había repercutido en los diversos portales del mundo.


Por estos dos hechos que recordamos, cada vez que los hinchas de Patrón ven en el calendario el 16 de junio inmediatamente se les dibuja una sonrisa en su rostro. Porque el 16 de junio es un día Rojinegro.