Gisela Mesa | [email protected]


El artista de formación musical. Inició sus estudios en el año 2000 de manera particular en su ciudad natal Bahía Blanca, ingresando al año siguiente en el conservatorio de música de la ciudad en la orientación en guitarra, en el año 2007 se traslada a La ciudad de La Plata, continuando sus estudios en la Facultad de Bellas Artes (UNLP).

Francisco Alonso es intérprete y compositor de música contemporánea y latinoamericana ha formado parte en numerosos foros, conciertos y festivales internacionales, destacando entre otras su participación en el fórum IRCAM (Francia) en la USAM sobre nuevas tecnologías aplicadas a la guitarra; el festival internacional de música contemporánea de La Plata realizando estrenos y performance junto a artistas de diversos lenguajes.

En el campo académico actualmente se desarrolla como docente e investigador destacando su carácter de docente en la cátedra de Historia de la Cultura de la Facultad de Artes en la UNLP y donde fue adscripto en 2017 a partir de su proyecto de investigación "El arte sonoro: las categorías tempo- espaciales y la producción de sentido en las configuraciones paradigmáticas del post Internet". Mirador Provincial dialogó con el artista de su vida profesional y de lo que se viene a futuro.

-Para conocer la obra hay que saber del artista. Hablanos de tu infancia.

-Crecí en la ciudad de Bahía Blanca, al sur de la Provincia de Buenos Aires siendo el segundo de dos hermanos y una hermana, todos bastante seguidos en edad, menos de dos años de diferencia nos llevamos entre cada uno. Tengo un hermano más grande, que también es músico, y una hermana más chica que se inclinó para el lado de la veterinaria y el medio ambiente.

Creo que el juego, la actividad física y la creatividad marcaron bastantes esos años, la música llegó unos años después, primero por el lado de mi hermano que con varios de sus compañeros empezaban a formar bandas de rock. Él es percusionista y lo que llegó en esos años fue una batería de 5 cuerpos, un monstruo enorme que alborotó la dinámica de la casa, ¡obviamente! Yo a esa altura ya proyectaba que iba a tocar la guitarra, y de alguna manera sabía que todo eso iba en serio.

A los 11 años me compraron una guitarra eléctrica y empecé a tomar clases. Al año siguiente cambiaba el turno escolar a ir a la mañana y me quedaba la tarde libre para empezar a estudiar en el conservatorio, por ahí arrancó todo. Estaba literalmente todo el día con la guitarra y me gustaba sentarme a estudiar.-

-Muchas canciones tienen significados especiales, ¿Qué sentís cuando las tocás?

-Depende mucho de cada caso, no sé si una obra tiene un significado especial siempre. Creo que toman su significado en cada momento y esto suele ser diferente. Yo intento primero atender a que me cuenta a mí y yo contar eso, desde mí y desde ese momento.

Por dar un ejemplo, Adiós Nonino de Piazzolla. La habré tocado solista o con diferentes formaciones unas mil veces. Y todos sabemos que Astor la escribe tras la muerte de su padre, Nonino. Particularmente esa parte de la historia de la obra no era central en mis interpretaciones, digamos, yo no buscaba narrar el sentimiento de un hijo que acaba de perder a su padre. Esa obra tan tocada cuenta ya muchas historias y no eran esas fibras las que a mí me tocaba cuando la ponía como parte de un repertorio.

Sin embargo hace unos años venía preparando un concierto muy lindo en el CCK junto a una amiga y excelente cantante, María de los Ángeles Reynaud, con un repertorio de canciones de música argentina y española, y tuve que lamentar la pérdida de uno de mis abuelos unos días previos al concierto.

Mi abuelo era español y si bien las canciones que presentábamos no tenían particularmente un significado especial en ese eje, en lo personal ese concierto adquiero un nuevo significado, me aparecieron anécdotas y recuerdos con ese repertorio y esa convivencia de lo argentino/español en mi vínculo familiar. Ese día también interpreté de manera solista Adiós Nonino, adquiriendo por primera vez ese significado de despedida en la obra.

-¿Cuál fue tu primer acercamiento a la guitarra?

-Si bien tuve de niño varias guitarras de juguete mi primer acercamiento fue a los 11 años cuando me compraron mi primera guitarra y la consigna era que para tenerla tenía que estudiar. Fue algo que no me costó ni lo viví como una carga, siempre me divirtió y me lo tomé en serio. Tenía expectativas y sabía que para cumplirlas tenía que trabajar en ello. Aparte el proceso no me disgustaba, me gustaba estudiar música solo, tocaba con amigos y en el conservatorio tenía un grupo de compañeros que también me motivaba a ir.

-¿Cómo surge tu formación como compositor?

-Desde siempre pensé la música por fuera del instrumento. Como músico, y no como ejecutante de la guitarra. Desde ese lado no me costó para nada imaginándome componiendo música por fuera de la interpretación.

Luego cursé en la carrera de composición en la en aquel momento llamada Facultad de Bellas Artes de la Plata, hoy Facultad de Artes donde estaba el Maestro Mariano Etkin como titular de cátedra y realmente fue muy interesante ese proceso de formación.

También en lo personal subrayo mi experiencia como intérprete y el trabajo con otros compositores, el análisis musical para tocar y la experiencia de poner en sentido lo que está en un papel o como consigna. Creo que en mi fue fundamental ese otro rol y lo aconsejo.

-¿Cuál creés que es el error común que los principiantes deben evitar?

-En general creo que pensar en lo que quieren y no habitar el momento en el que están. El proceso es súper valioso y es en sí mismo algo, y no es solamente un "para ser".

-¿Cuál fue la primera obra en la que creíste lograr lo que te proponías como compositor?

-Creo que en cada momento que di por terminada una obra y la presente en público sentí que había logrado lo que me había propuesto sin embargo creo que la perspectiva te da una pauta de como envejece ese trabajo.

Hace poco tuve la experiencia de que un dúo ejecute una obra mía del año 2009, yo era bastante joven en ese momento y estaba en mis primeros años de la carrera en la facultad, Y al escucharla sentí que si bien hoy la escribiría diferente, esa obra aun me representaba y también era un reflejo orgánico de los intereses y persecuciones que tenía en esa época.

Esa obra es un dúo para trompeta y guitarra que se llama "…Tan café con leche" y tiene una referencia a un texto de Julio Cortázar. También en ese momento leía Rayuela y creo que es un buen reflejo de lo que sentía cuando imaginaba las charlas que tenían los integrantes del Club de la Serpiente.

No creo que sea la primera obra, ya que tengo trabajos del 2007 o antes que aun aparecen, pero sí sé que fue una experiencia en donde pude advertir esa sensación años después.

-¿Cuáles son algunas experiencias positivas, y también negativas, que has tenido en lo largo de tu carrera?

-Positivas si bien hay muchas voy a recordar dos. La primera es cuando me presente como solista en el Teatro Municipal de Bahía Blanca, un teatro hermoso y que aparte había sido la cuna de mis expectativas escénicas cuando era un estudiante del conservatorio y vivía en Bahía Blanca. Mil veces me habré imaginado tocando ahí en esos años y si bien no representó un hito en mi carrera si fue emocionalmente algo importante.

Y por último el poder trabajar mano a mano con el compositor Leo Brouwer y su equipo. Una de la figura importantísima en la historia de la música clásica y sobre todo de la guitarra, ya había tenido la experiencia en grupo, junto a la Camerata y fue algo histórico para todos. Pero luego trabajar en colaboraciones como intéfprete solista es un lujo increíble, desde pequeño que era Fan de su música así que es realmente increíble el contacto.

Y negativas, en perspectiva no hay muchas, algunas experiencias que en su momento no fueron lo mejor después uno las toma como un aprendizaje.

Quizá lo que sí es muy negativo es cuando te cruzas con el prejuicio sobre el trabajador del arte. Los primeros meses de la pandemia hicieron sentir como algo accesorio nuestro trabajo y aun así le puedo ver el lado positivo de poder poner en palabras o darle la necesidad imperiosa de manifestar cuestiones sobre derechos laborales para el artista y derechos culturales para la sociedad que quizá antes no estaban tan claros y nos llevaron a esta situación de precariedad. Ojalá que todos los artistas nos pongamos de acuerdo en las condiciones en las que tenemos que ejercer nuestro trabajo.

-Hablanos de tu labor junto con la Camerata Argentina de Guitarra.

-La Camerata es un proyecto totalmente independiente que cumplió 10 años en 2019 y que festejamos con la Sala Sinfónica del CCK llena! algo realmente emocionante ya que es sumamente difícil sostener una agrupación de 17/18 integrantes con el entusiasmo y el volumen de trabajado que implica un proyecto de esa magnitud tanto en su calidad artística como en la humana.

Es la primer orquesta de guitarras conformado por guitarristas profesional del país. Yo ingrese en el año 2013 y tuve la suerte de grabar en 2 de las 3 producciones discografías que tenemos hasta el momento. El proyecto es de aprendizaje y desafíos constantes tanto para nosotros como para otros que se van involucrando siendo una plataforma para la difusión de la música para gran ensamble de guitarras. Fomentando la producción de obras nuevas, de estrenos y de arreglos en etc. También nos dio la posibilidad de formar parte de eventos donde la guitarra por si sola la tiene bastante difícil. En lo personal yo ingrese con 22/23 años y crecí muchísimo profesionalmente con el grupo.

-Sabemos que las actividades de la Camerata Argentina de Guitarras fueron declaradas de Interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de buenos Aires en el año 2014. ¿Qué sentimiento te produjo ese reconocimiento, siendo integrante del mismo?

-Cualquier reconocimiento de ese tipo es muy importante ya que legitima un poco el trabajo que uno vine haciendo y en muchos casos es importante para poder abrir otros caminos, advertir que desde afuera se reconoce lo que uno hace es muy motivador y te invita a seguir trabajando en eso y por eso.

-Composiciones tuyas fueron ejecutadas en diferentes festivales y ciclos de conciertos de Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Venezuela. Cuéntanos de esa experiencia.

-La experiencia cuando tocan música tuya otras personas es muy enriquecedora. En primer lugar uno tiene que aprender a tomar distancia y asumir la propuesta del otro. En mis primeras experiencias creo que quizá pude ser muy intruso en mis comentarios, sobre todo porque si eran de algún lugar donde yo no podía estar en los ensayos o en los conciertos quería abarcar la mayor parte del proceso.

Con el tiempo me acostumbré a disfrutar de cómo los demás interpretan y depositan en mi trabajo su propia subjetividad. En ese momento la experiencia es increíble y te ves vos y ves al resto en eso y es cuando aparece esa magia, yo me doy por realizado cuando una obra cumplió con el objetivo de ser un canal de expresión de la subjetividad de otro tanto interprete como espectador.

Hoy si me avisan que van a tocar música mía, ofrezco mi ayuda si acaso les interesa dialogar un poco con eso y después que me compartan el resultado. Me encanta cuando la cosa se va para un lado que yo no habría imaginado.

-¿Algún proyecto en mente?

-Sí, afortunadamente estoy con varias cosas. Con la Camerata Argentina de Guitarras estábamos preparando un nuevo proyecto discográfico que empezamos a grabar dentro de unas semanas, el 4to disco de la agrupación. Como solista instrumental también estoy con proyecto de grabar y aparte vengo realizando unas colaboraciones con la Editorial Espiral Eterna (cuba/España) del gran compositor Leo Brouwer donde venimos haciendo desde el año pasado unas producciones audiovisuales con su música que realmente me tiene muy muy contento!

Por otro lado preparando el terreno para volver a la actividad escénica con proyectos musicales y también en conjunto con otras artes como ser la danza y la multimedia, propuestas a las que vengo apostando ya hace varios años con diferentes proyectos y que quiero seguir profundizando. Y bueno, la composición y la investigación en el arte siempre es una pata que va yendo en mí día a día.