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El túnel del escándalo y los recuerdos latentes

 La furia de Delfino y la exageración de gestos de Beccacece a metros de la platea local. Otras historias de un Túnel que vuelve a ser noticia.
20-10-2021 | 8:39 |

Ezequiel Re
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Lo sucedido anoche en la cancha de Patronato no debería pasar desapercibido. Fue un escándalo. Un técnico desaforado por un gol agónico al cabo del primer tiempo (Sebastián Beccacece de Defensa y Justicia) y su colega (Iván Delfino, del Rojinegro) que tomó como provocación ese gesto y lo fue a buscar en el ingreso del Túnel que comunica a los vestuarios. El ex ayudante de Sampaoli en la Selección Argentina entendió que quería hablar e incluso lo tomó de la cintura como dos personas que se saludan y se dirigen la palabra.


Pero Delfino tenía otras intenciones. Lo tomó del cuello y desató su furia.


Nadie se acuerda del gran partido que protagonizaron en el 3 a 3 del Grella. Las redes viralizaron al “justiciero” técnico de los entrerrianos (situación similar le ocurrió hace años con un hincha en un partido de Liga Rafaelina) y cada uno tomó partido. Los que defendieron a Iván y los que condenaron a Beccacece, por irritar el ambiente por sus movimientos de ida y venida en la cancha y en la forma que descarga la tensión tras un gol de su equipo.


Se recuerdan otros momentos “calientes” en la vida del Túnel de Patronato. Una acción, del dirigente Osvaldo Tarzia sobre el juez rosarino Ariel Mey en un partido por el Torneo Argentino A entre Patronato y Ben Hur de Rafaela. Y por el Argentino B un cruce entre Edgardo Cervilla (DT de Patronato) y Frank Kudelka (en Libertad de Sunchales en ese entonces) por el Argentino B. Una anécdota que perdura y donde Kudelka se llevó la peor parte.


En las reacciones exageradas está el problema. En fútbol una cargada siempre puede terminar mal, lo mismo que tirar un caño ante un rival que pierde por goleada. Y siempre estarán los que justifican y los que condenan.


Seguramente por la cabeza de Delfino pasan muchas cosas. Un equipo que ataca para ganar, pero defiende para perder. Que supera rivales en juego, pero lo superan en una ráfaga y le ganan o empatan.


Un equipo desequilibrado y que para equilibrarse tendrá que someterse a una mejora de presupuesto el próximo año, mejorar el aspecto defensivo, y reforzarse en todas sus líneas. Su reacción de ayer, seguramente tuvo que ver con el exagerado grito de gol del colega. Pero también hay un detrás de escena en el Santo. Que debe preocupar, tanto como lo ocurrido ayer en el Túnel del escándalo.



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