Sóftbol

“Anteponer a la Selección por encima de todo fue algo que no negocié nunca”

Bruno Motroni se retirará de la selección Argentina tras 18 años. Será luego del Campeonato Mundial que se disputará en Nueva Zelanda, entre noviembre y diciembre próximos. “Me estaba costando ir a entrenar o al gimnasio. Nunca me había pasado de tener más ganas de quedarme en mi casa”, dijo al explicar los motivos de su decisión. Además, el Cabezón, resumió lo vivido durante estas casi dos décadas: “Me dejó muchas enseñanzas y amigos, pero siempre destaco que me dio un nombre, una identidad, y que me gané el respeto de compañeros y rivales”.
16-05-2022 | 22:19 |

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“Levantar la copa del mundo fue algo soñado”, eligió el Bruno Motroni su momento más importante. Foto: WBSC




Víctor Ludi
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La vida de Bruno Motroni estuvo estrechamente vinculada al softbol desde muy chico. Su familia, ligada a la disciplina, lo acercó al deporte cuando era un niño e, inmediatamente, demostró condiciones. A éstas las fue puliendo con el paso de los años, hasta convertirse en una de las figuras que tenía la Asociación Paranaense.

En 2004, fue convocado por primera vez a la Selección Argentina Mayor, a la cual le dedicó prácticamente la mitad de su vida. Fue capitán durante 10 años y se consagró campeón del Sudamericano de Panamá, en 2016; de la Copa del Mundo de Praga, en 2019; conquistó la medalla de oro en los Juegos Deportivos Panamericanos de Lima, en 2019; y el pasado 30 de abril conquistó el Campeonato Panamericano que se llevó a cabo en Paraná.

En medio de los festejos por una nueva conquista, en un estadio Nafaldo Cargnel repleto, el histórico cátcher tomó el micrófono y comunicó una decisión que la pensó durante los últimos meses: el Panamericano había sido su última presentación con el combinado nacional en la capital entrerriana, ya que se retirará de la selección tras la disputa del campeonato mundial que se desarrollará entre noviembre y diciembre próximos, en Nueva Zelanda.

Mirador Entre Ríos se reunió con el jugador de Patronato para conocer cuáles fueron las razones que lo llevaron a tomar esta decisión.

- ¿Por qué decidiste retirarte de la selección?

-Tenía indicios de que no la estaba pasando muy bien: me estaba costando ir a entrenar o al gimnasio. Nunca me había pasado de tener más ganas de quedarme en mi casa. Cuando fui capitán, pretendía que cada jugador tuviera un compromiso y una responsabilidad grande con el equipo, y a mí me estaba costando cumplir con eso que había pregonado. Lo traté en terapia, buscando lo mejor para mí porque no la estaba pasando bien. Necesitaba saber cuándo iba a ser mi punto final, aunque no tenía claro si sería el Panamericano o en la Copa del Mundo, pero como no hay demasiado tiempo entre un torneo y otro, me la jugué a que, si clasificábamos, fuera en la Copa del Mundo. Se nos dio la clasificación y ganamos el Panamericano, lo cual me significa una gran motivación para seguir trabajando estos meses de cara a la Copa del Mundo y luego sí retirarme.

- ¿Te costó mucho esta determinación?

-Fue una decisión muy difícil, pensada y repensada. En el 2004 entré a la selección y nunca más salí. He dejado muchas cosas de lado, me he perdido de un montón de cosas, pero nunca me arrepentí de las decisiones que tomé. Me fue muy difícil entender de que mi ciclo estaba cumpliéndose, pero me convencí de que está llegando el momento de decir adiós.

- ¿Solo te retiras de la selección o pensas dejar el deporte también?

-No, voy a seguir jugando y trabajando en Patronato. La selección me está quitando mucho tiempo y ya no tengo las mismas ganas de antes. Ya estoy por cumplir 37 años y llevo 18 años jugando en la selección. Le he dedicado mucho tiempo y estoy casado. Además, quisiera estar más con mi familia. Quizá me quede hilo en el carretel como me dijo mi papá, pero mi cabeza ya no está al ciento por ciento. Es una decisión que fue difícil, pero está tomada.

-En tu despedida en Paraná te fuiste campeón, con tu familia y amigos presentes, te dedicaron un video que te emocionó…no pudo haber sido mejor.

-Si lo hubiera planificado no me hubiera salido tan bien. No sabía nada del video y yo, que ya estaba sensible, me iba a emocionar fácilmente. Se dio la consagración, estar en el primer torneo con mi nena, mi viejo, mi hermano que se vino desde Córdoba únicamente para ver la final, mi hermana, mis sobrinos y amigos. Ni soñándolo hubiera salido mejor.

- ¿Y ahora que se viene para vos?

-Por ahora quiero seguir jugando en el club, pero además poder disfrutar de las tardes libres, de compartir un momento con mi hija, con mi familia, o simplemente de tener más tiempo para mí sin tener que pensar que debo ir a práctica o al gimnasio. Disfrutar de una tarde libre será lo más lindo de esta etapa.

- ¿Te gustaría volver a la selección en otra función o es muy prematuro aún?

-El día de mañana podría volver como entrenador de bateo, lo cual me gusta mucho, pero no como head coach. Considero que incorporé mucha información durante mi carrera y me gustaría ayudar a los jugadores transmitiéndosela. En esta clase de disciplina, sos jugador, dirigente, canchero, utilero, entrenador al mismo tiempo. Pasa en el deporte amateur en general, no solo en el softbol.

-Te consideran el mejor cátcher del mundo. ¿Crees que la selección va a sentir tu ausencia?

-No, porque a Juan Zara y Teo Migliavacca los veo muy bien, muy maduros. Sobre todo, a Juan, que lo veo preparado para ser el líder en la defensa. Él siempre me cargaba preguntándome cuándo me iba a ir y ahora, que está llegando el momento, le está cayendo la ficha de que realmente me voy. Lo veo muy bien. El cátcher tiene que confiar en lo que hace y en las decisiones que toma, trabajando siempre con el scouteo y el lanzador. Uno tiene que tener fe ciega en las decisiones que toma, porque pide un lanzamiento en cuestión de segundos. No creo que la selección tenga una falencia porque yo no esté más. A lo mejor en un principio puede llegar a sentir la falta de experiencia en algunos momentos, pero eso se adquiere con el roce.

-Fueron 18 años los que jugaste con la camiseta de la selección argentina. ¿Qué te dejaron estas casi dos décadas?

-Es muy difícil resumir lo que pasó en estos años. Este ciclo me dejó muchas enseñanzas, muchos amigos, pero siempre destaco que me dio un nombre, una identidad, y que me gané el respeto de compañeros y rivales. El anteponer a la selección por encima de todo fue algo que no negocié nunca, menos cuando fui capitán. Ante cualquier situación, la selección estaba primero y eso me permitió ganarme el respeto entre mis colegas. Me dejó esa enseñanza de que todo no se puede en la vida y muchas veces, aunque nos duela, uno tiene que priorizar algunas cosas sobre otras. Yo tenía el sueño de ser campeón con la selección y lo logré en 2016, y en 2019 ganamos cosas muy importantes. Llevaba 15 años jugando para la selección y tenía miedo de irme sin ganar algo grande, lo cual hubiera sido un fracaso personal. Hubo muchos momentos, tanto lindos como feos. Una cosa que siempre recuerdo fue cuando tuve mi primer turno al bate. Pero sin lugar a dudas, el momento más lindo fue cuando levantamos la Copa del Mundo, fue algo realmente impagable. Por lo que significó en sí y porque, para llegar a eso, este equipo tuvo muchas piedras en el camino. Muchas veces nos preguntábamos si íbamos por el camino era el correcto, si valía la pena dejar tantas cosas de lado…pero junto con mis compañeros nos terminamos dando cuenta que sí. Levantar la copa del mundo fue algo soñado y, además, al poco tiempo ganamos la medalla de oro en los Juegos Panamericanos. Fueron momentos hermosos, que voy a recordar por siempre.

EL PANAMERICANO


Se tachó el casillero pendiente

A lo largo de la nota, el Cabezón Motroni tocó distintos temas y, como no podía ser de otra manera, se refirió a la reciente consagración en el XI Panamericano de selecciones mayores.

“Nos faltaba este torneo, que ya se nos había escapado tres veces. Era la gran chance que teníamos con nuestra gente, después de haber sido campeones del mundo, y luego de la pandemia que nos tuvo mucho tiempo parados. Pudimos volver a sacar esa mística de equipo campeón del mundo y por suerte se nos dio”, reflexionó y luego recordó un encuentro que fue bisagra en la Súper Ronda final: “Con Cuba era el partido más difícil. En la ronda preliminar, con Canadá era un partido perdible por la magnitud del rival. Sabíamos que estos torneos tienen la particularidad de que todos se ganan con todos y, en este caso, en la Súper Ronda, siempre puede pasar algo. Contra Cuba nos jugábamos el pase a la final y ellos venían invictos, pero lo teníamos bien estudiado. Además, sabíamos del potencial de nuestros lanzadores para afrontar esa clase de partido. Pudimos hacer la diferencia rápido y no darle chances de que reaccionen. Fue una construcción de menos a más, y pudimos asimilar rápido la derrota de la segunda jornada. Somos conscientes de que el equipo sabe leer los partidos y los torneos, sabiendo que nuestra mejor versión se iba a ver en las instancias decisivas. Eso fue lo que sucedió, supimos jugar bien los partidos claves”.

Bruno también puso la lupa sobre el cuarto inning de la final ante Canadá, período en el que Manuel Godoy, él y Juan Cruz Zara anotaron tres home runs de manera consecutiva, para pasar a ganar una final que había iniciado de manera adversa: “Llevo años mirando softbol y nunca había visto tres home runs seguidos en cuatro tiros. Eso es crucial para cualquier pitcher y se notó en la confianza de Cleary, que nos había dominado muy bien en la ronda preliminar y nos venía controlando bastante bien en la final. Nuestra fortaleza mental fue determinante. Es algo que lo hemos trabajado muchísimo con Daniel Barreto, nuestro psicólogo: abstraernos de todo, pensar en el aquí y ahora, trabajar la respiración para tomar las mejores decisiones en el bateo. Se nos dio eso, luego aumentamos la diferencia y le sumamos un espectacular trabajo de Memu Mata, que estuvo implacable en la placa. Pudimos ser el equipo que nosotros somos, que no tenemos una figura excluyente, sino que somos muchos los que nos destacamos”.

UN TRIUNFO DE TODOS. Luego de la consagración, en medio de los festejos, el público, integrado en gran parte por ex softbolistas, se mostraba casi tan emocionado como los propios jugadores. Muchos de los que estaban fuera del diamante coincidían en que se sentían un poco parte de la consagración, ya que esta generación dorada capitalizó un trabajo que llevaba varias décadas. “Fue un triunfo del softbol. Quizá nosotros fuimos los protagonistas, pero fue producto de una construcción de un montón de gente que le dio mucho al deporte. El deporte amateur es eso, es trabajar sin recibir nada a cambio, dejar cosas de lado para que el deporte crezca. Por eso la gente que trabajó para el softbol se siente parte de este logro y lo festejaron tanto como nosotros. Es un triunfo de la disciplina, que permite que nuestro deporte siga arriba. Ahora tenemos por primera vez sponsors, lo cual nos da la muestra de que esto está creciendo. Estamos haciendo las cosas bien entre todos y por eso la gente se siente tan bien. Ganamos todos”, coincidió Bruno.

LO QUE VIENE. Entre el 26 de noviembre y el 4 de diciembre de este año se disputará la Copa Mundial de Softbol Masculino WBSC, en Auckland, Nueva Zelanda, donde Argentina se presentará como campeón. Al ser consultado sobre las metas propuestas, Motroni aseguró que el objetivo es que “el softbol argentino siga estando entre los tres primeros siempre. Obviamente que queremos ganar todos los torneos que jugamos, aunque sabemos que es casi imposible ganar siempre. Pero queremos estar entre los mejores siempre, así se construyó este equipo, con esa idea. Eso nos permite fortalecernos mentalmente, ya que nos convence de que somos de los mejores. Si seguimos trabajando de la misma manera será muy difícil que nos ganen, porque estando en nuestra mejor versión van a tener que trabajar mucho para lograrlo”.

El presente de la disciplina


Los éxitos registrados en los últimos años han provocado un efecto de contagio, generando que la disciplina tenga una mayor repercusión en otras ciudades poco ligadas a la actividad: “Se ha abierto el panorama del softbol en el país, pero creo que para acentuar esto debería volver a las escuelas. De ahí han salido muchísimos jugadores y se dejó de hacer. Más en Paraná, que hay tantas canchas y con mucha calidad de jugadores. El nivel de la liga paranaense debe ser de los mejores del mundo. Ojalá se expanda y en las ciudades en las que se practique el softbol sea mucho más apoyado, porque si no tenés respaldo detrás es muy difícil. Construir una cancha es casi imposible hoy en día. En Patronato hace cinco años que tenemos la cancha propia y hace tres que pudimos ponerle polvo de ladrillo, cuando ya habíamos sido seis veces campeones argentinos”.
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