02-08-2022 | 15:03
Ezequiel Re
[email protected] La gente está cansada. De atropellos, de angustias, de golpes. La gente a veces está triste. Llora en un pasillo oscuro donde no se la ve. Maldice en silencio, porque la cabeza hay que mantenerla erguida para seguir luchándola.
Siempre sigo el consejo de mi amigo Adrián. En realidad yo lo tomaba así. Le preguntaba, ¿Adrián, como andas? Y el loco me respondía. “Mooooyyy biennn”. Yo sabía que no era así. Pero para qué me iba a pegar sus penas, si ya bastante con las mías.
Entonces vamos por la vida “moyyy bien”. Hasta que nos tocan el traste, nos mojan la oreja. Nos hacen saber que somos poca cosa. Bah ellos creen que es así. Creen que su vara es más alta y triunfal porque en base a su poder mal habido nos quieren bajonear los éxitos nuestros.
Pero, a veces, llegan los momentos de explotar. Y explotar no necesariamente debe ser de ira, de bronca, rompiendo, golpeando, cortando calles.
También se puede explotar de alegría. Vi por tele Barracas-Patronato y me sentí robado, estafado. Me sacaron el explosivo grito de gol de la boca vía VAR. No se trata de 3 puntos, de un torneo, ni siquiera de ese partido de fútbol. Se trata de la dignidad. Nos marcaron la cancha y nos mandaron en cana. Pa que aprenda vio.
Después nos mandaron a casa. ¿Con la cabeza gacha? Nooooo. Y ahí nace la leyenda. La explosión de alegría. La gente se preparó para la fiesta. La gente alentó en la semana. Se fue a la plaza y llenó de paraguas rojos y negros, elevó plegarias futboleras bajo el inmaculado humo rojo y negro. Sava se tomó una selfie y Alexis se sacó una foto. Vení vení, cantá conmigo.
Vi el Grella desde lejos, en otras tierras. Pero vi el mejor movimiento histórico del fútbol paranaense. Felices los paganos que allí estuvieron. Le ganaron a Boca. 3 a 0. Con fiesta en las tribunas y fiesta en la cancha. Alexis metió el primero. Alambre tuvo su grito de gloria. Y Jonas. Bienvenido hermano. Que grande sos.
Guasone y Alvarez metieron por todos y Altamirano sacó pelota y chapa de maestro. Pero este equipo me representa. Nos representa. Este equipo, que pelea allá abajo en la tabla, que no tiene asegurado el ticket para la próxima función 2023 de la élite del fútbol argentino marcó a una ciudad que se ganó el respeto por el fútbol y por Patronato. A la injusticia se la ataca. A los corruptos se los enfrenta. Y a veces, como el domingo, la dignidad se abrazará con los festejos. Y el gol bien ganado sobrevivirá a los fantasmas de saco gris.