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13-02-2017
Adrián Schuck

“Para este año tenemos mucha fe y también mucha incertidumbre”

“Para este año tenemos mucha fe y también mucha incertidumbre”
El presidente de la Federación de Centros Comerciales de la Provincia plantea un escenario con dudas para 2017, aunque con mejor envión para el sector comercial santafesino. La lucha por la ley de tarjetas, los centros comerciales a cielo abierto y la relación con el gobierno, en una extensa charla con Mirador Provincial.  

Ignacio Andreychuk
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El 2016 empezó con demasiadas turbulencias para el comercio santafesino, producto de las inclemencias climáticas que dejaron “sentada” a toda la cadena productiva de la provincia. La remontada llevó unos cuantos meses, con peleas en varios escritorios y mucho sentido de negociación para obtener beneficios que permitieran paliar la crisis de otra manera. “Tenemos mucha fe y mucha incertidumbre”, dice Adrián Schuck, presidente de Fececo, apuntándole a lo que sigue en 2017.
—¿Qué repaso hicieron de 2016 para en lo referido al comercio?
—Realmente tuvimos un año muy movido, fundamentalmente desde lo gremial empresario. Y en materia de consumo evidenciamos una caída pareja, que todos los meses fue del 7 ú 8 por ciento, más allá de lo que sucedió a principio de año con las abundantes lluvias en toda la provincia, lo cual también generó una caída en la actividad económica y, por decantación, en el comercio. Esa situación llevó a que deba acudirse a la emergencia comercial, porque si bien somos el último eslabón de la cadena productiva, como los otros rubros estaban mal en el comercio impactó rápidamente, o sea en abril, y en otros rubros a partir de mayo. Después, el sector comercial empezó a hacer una gimnasia de supervivencia y no tuvo acceso rápido al crédito; sí vimos como inédito la declaración de emergencia para el sector por parte del gobierno provincial. Si bien no fueron beneficios tangibles en cuanto a lo económico y financiero, todo lo que reclamábamos era alcanzar rápidamente un crédito blando para pasar la crisis. Normalmente el comercio se adapta a estas situaciones, reacciona rápido: restringe los gastos o el stock, pero busca la manera de salir adelante. Pero fue un reconocimiento al sector comercial tras años de lucha y de valorizarlo para saber que estamos presentes, y fuimos tenidos en cuenta como otros sectores: industria, agro, ganadería, lechería y turismo la pasaron mal. El comercio en sí, históricamente no era tenido en cuenta ante situaciones de crisis, y recién ahora se ha logrado ese reconocimiento. Y en cuanto a lo gremial empresario, hubo luchas que quedaron a medidas, como la ley de tarjetas (NdR: la discusión seguirá este año en el Congreso nacional).
—¿A eso lo consideran un fracaso o una decepción?
—Fracaso no porque es una lucha que continúa. Decepción, sí, porque no se termina de entender lo que atraviesa el sector y se privilegia a los grandes lobbies. Ahí uno dimensiona lo que es ponerse en la vereda de enfrente de las grandes corporaciones. Muchos lo vieron como un logro, porque en definitiva se bajaron las comisiones de los bancos, pero nosotros decimos que somos partes del mundo, y si en otras parte del mundo tenés una comisión del 0,3% y un 0,6%, por qué en Argentina no podemos tenerla también. A veces, los bancos y las tarjetas son los mismos, tanto acá y allá, pero en este país cobran una comisión y afuera otra. Creo que este año seguirá la lucha por la ley de tarjetas, porque no se pide algo que no sea justo.
—¿El sector tendría la cintura como para bajar, por ejemplo, al 1,5% para las tarjetas de crédito y rever lo del débito?
—Ese monto es totalmente aceptable para crédito, pero no se puede aceptar es la comisión para el débito (el nuevo proyecto es del 1%). En esas operaciones, al cliente se le saca el dinero al momento de la compra, pero no ocurre lo mismo con el comercio: si la compra se hace un viernes, el comerciante tiene el depósito el miércoles a la mañana o martes a la noche. Pasan muchos días, en caso de que haya feriado, hasta hacerse del dinero. Entonces consideramos que el 1% por cierto para las operaciones con débito sigue siendo alto. Nosotros pedimos el 0%. En Europa es del 0,3%. Lógicamente que es negociable, pero el 1% no alcanza. Y están surgiendo algunas alternativas, como la famosa “billetera electrónica”, que si bien ya funciona en el país todavía no está del todo aplicado. Se trata de pasar la plata de una cuenta a otra mediante una aplicación desde el celular, sin costo. Pero requiere un tiempo de aprendizaje y depende de la conectividad, algo que no anda para nada bien en muchos puntos del territorio provincial.

Mejora impositiva
—Son temas a avanzar desde el sector más allá de las metas centrales, como las tarjetas. Otro campo que vienen trabajando es la reforma impositiva. ¿En qué situación están?
—Continúa. Pero la reforma impositiva fue un pequeño logro de la Mesa Tributaria -que integra Fececo-, ya que al empresario mediano y chico se la ha bajado un poco el ítem de Ingresos Brutos para este año. No vamos a llegar a lo que estábamos en 2015, pero entendemos las economía de la provincia y uno, cuando empieza a ver cosas como la obra pública, cierra los ojos y va para adelante. El problema es cuando no se efectivizan las proyectos y empieza a notar una voracidad a la hora de gastar; llamémosle Estado nacional, provincial o municipal. Con este gobierno, tenemos un muy buen diálogo. Estamos sentados en el Consejo Consultivo y nos encontramos con la creación de la Secretaría de Comercio de Interior y de Servicios, algo muy importante para nosotros, porque estamos hablando con gente del palo, que nos entiende y con quien tenemos el mismo idioma.
—Para trasladarlo al comerciante común, ¿desde qué punto fue importante la creación de la Secretaría de Comercio y la participación de Fececo en ella?
—Es importantísimo desde la gestión. Por ejemplo, hoy tenemos un acceso a un crédito que otros sectores no lo tienen, con el 21% para Capital de Trabajo -Bancos Santa Fe y Credicoop- y otra línea para Inversión Productiva, el cual ayuda a mejorar la competitividad del comerciante, que implica una tasa del 17% más 4 puntos que aporta la provincia, o sea que es del 13%, con un año de gracia y cinco de plazo. Esta ventaja no existe en el mercado, es única para nuestro sector y eso se logró trabajando desde la federación junto con la Secretaría de Comercio y el Ministerio de la Producción. Tenemos una relación importante con ellos, quienes nos allanan caminos cuando lo necesitamos.

Economías regionales
—¿Cómo encuentran la realidad de la actividad económica en el interior provincial a partir de sus visitas a los comerciales?
—La actividad en el interior depende mucho de las economías regionales. El caso de la lechería por un lado, el arroz por otro, la siembra y sus derivados. El campo está mejor que en otros años y eso se nota en los comercios chicos, quizás no tanto en las grandes urbes, pero en las localidades más pequeñas se pelea de otra manera. Siempre decimos que el comercio es el alma de los pueblos, y eso se sigue aplicando, porque la actividad continúa funcionando pese a todas las malas condiciones que hubo. Las grandes ciudades siguieron con las estadísticas en baja producto del tarifazo, las paritarias, la parte impositiva y los precios de los alquileres. En Rosario y Santa Fe hubo comercios que decidieron cerrar o reducirse, y los alquileres forman una parte central de ello.
—El presidente de la Federación de Inmobiliarias de la República Argentina dijo que tienen un buen diálogo con el comercio y que los parámetros que toman para poner un precio de un alquiler se ajustan al contexto económico actual. Incluso, que esperan hasta después del 10 de cada mes para que el comercio pueda acomodarse y pagar el alquiler...
—Eso es así. Sucede que en algún momento significaba una cosa, pero hoy tenés mucho impacto con varios ítems a abonar. Ahora se encontró una herramienta bárbara desde la provincia para detectar irregularidades a la hora de pagar un sellado. Igualmente, este tema influyó decididamente en Rosario, con comercios que se vieron afectados por el contexto general y no pudieron afrontar el pago de sus compromisos para el funcionamiento, como el alquiler. Además de la ciudad, hubo problemas en el cordón industrial del Gran Rosario debido a la apertura de las importaciones, lo cual impacta en toda la cadena y termina decantando en el comercio. Esto es algo que ocurre habitualmente con el comercio del interior: cuando al país le va mal, la pelea de otra manera. En cambio, los comercios de las grandes ciudades crecen rápido si al país le va bien pero tienen problemas cuando las cosas no son así. Lo que sí se notó, pese a todo lo que ocurrió en el país y la provincia, es que el comercio pudo mantener a sus empleados, que significa el 63% del empleo privado en todo el territorio nacional.

Una opción para el crecimiento
—¿Qué evolución tuvieron los centros comerciales a cielo abierto en la provincia tras la figura del gerente en cada espacio?
—Se está trabajando en algo nuevo para todos, quizás no para nosotros que lo venimos haciendo junto con Came. Se toman ejemplos de CCCA en todo el mundo, fundamentalmente en España, y se trata de adaptar esas ideas a la infraestructura disponible en la provincia. Y a partir de esta acción del gerenciamiento conjunto entre varias partes, hemos podido mejorar su funcionamiento. En marzo próximo, se juntarán todos los gerentes de los CCCA para intercambiar experiencias y poder sacar nuevas ideas. Y posiblemente, en San Justo se realice un foro nacional sobre el tema para evaluar otros resultados y seguir mejorando el funcionamiento de los centros comerciales a cielo abierto en la provincia.

Medidas que sí, medidas que no
—Arrancó 2017 con la vuelta del fantasma de las lluvias, como en 2016. Frente a ese escenario y las políticas económicas del gobierno nacional, ¿cuáles son las perspectivas del sector para este año?
—En cuanto a las lluvias, hay muchos rubros que dependen del clima, como la indumentaria. Incluso, hay que estar atentos a si llueve o no para hacer promociones de camperas, tipo 2x1, y de igual manera con el calor y las prendas para ese clima. Más allá de eso, para este año tenemos mucha fe y mucha incertidumbre. Pensamos que será un mejor año que en 2016, con menor inflación y con algo más de consumo, pero seguimos con la incertidumbre porque las políticas económicas implementadas no está favoreciendo mucho al consumo y al comercio en sí. Vemos medidas que sí nos gustan, como la presión tributaria para que no nos afecte tanto la competencia en los países limítrofes. Y faltaría rever la parte previsional y las ART, porque en Argentina tenemos los impuestos más alto de toda la región, de arranque. También habrá que ver cómo se desarrolla la discusión por la Ley de Tarjetas en el Congreso de la Nación.

En cifras
-1.250.000 empleados en todo el país forman parte del sector comercial. De ese número, las grandes cadenas emplean 300.000 personas; el resto pertenece a las pymes y los minoristas, según detalló el titular de Fececo.


 



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