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06-02-2019
Quinteros reclaman medidas urgentes

El cordón verde santafesino se tornó “negro” por la grave crisis

El cordón verde santafesino se tornó “negro” por la grave crisis
Las lluvias destruyeron la producción de verduras. Los quinteros no pueden invertir ni pagar las deudas. Advierten que el impacto llegará a los consumidores, con elevados costos en las verdulerías.

Mirador Provincial
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Los quinteros de Monte Vera, Ángel Gallardo, Guadalupe, Recreo y el resto de esa zona santafesina padecen una dramática situación atravesada por la falta de políticas públicas y por las últimas lluvias que destruyeron los cultivos de verduras que abastecen a la ciudad de Santa Fe, entre otras. Pero el problema no sólo es productivo sino que tiene su impacto sociocultural, ya que muchos quinteros que “hacen verdura” —como dicen ellos— abandonaron o evalúan abandonar el oficio en busca del sustento diario mediante las changas, albañilería o como cartoneros.

Además, el avance urbano sobre los campos de cultivos también los expulsa. “La verdura se pudre en el agua y no se podrá recuperar nada”, dijo Javier Pilinco, productor de Ángel Gallardo, más conocido como “Pinki”. “Más que bronca siento pena, dolor por los cultivos y las siembras”, sintetizó.

En ese contexto, un puñado de quinteros agrupados en la Unión de Trabajadores de la Tierra se reunieron el viernes pasado tras la jornada de trabajo en la vecinal de Ángel Gallardo para intercambiar información y ponerse al tanto de lo que ocurre hoy en cada una de las quintas de la zona. Todos coincidieron en calificar la situación como dramática y reclaman urgentes medidas al Ministerio de la Producción y de Desarrollo.

“Los problemas son gravísimos”, sostuvo Federico Di Pasquale, “por la ausencia de políticas públicas para el sector, por la falta de inversión o por los créditos que llegan demasiado tarde o nunca”, enumeró. “La lluvia, el desmonte, el monocultivo, como ya pasó, arruinaron la verdura e hicieron perder el tiempo y la inversión. No tenemos nada para vender. La tierra no escurre, no podemos sembrar”, dijo el representante de los quinteros.

Bajo agua
Orlando Castro, de Campo Crespo, describió que la quinta “está cubierta de agua. Lamentablemente nos quedamos sin nada. Lo invertido no se recupera más, olvidate. Ahora no podemos salir de la quinta”.

Esta dura realidad atraviesa hoy a unas 150 familias, lo que hace un total aproximado de 600 santafesinos. Muchos de ellos son de origen boliviano y llegaron hace décadas para trabajar la tierra. Por ello dicen que el problema también es cultural, “porque son muy trabajadores y saben cultivar la tierra, pero hoy tienen que migrar a las villas a vivir de changas, abandonan la tierra y pierden su identidad”, dice Di Pasquale.

Saturnino Colodro, de El Chaquito, dijo que “toda la verdura está maltratada y hay mucha agua. Es muy triste ver mi verdura bajo agua”. Mientras que María Ruiz, de Monte Vera, estimó que si deja de llover, le tomará como mínimo hasta abril para secar la tierra. “Luego hay que disquear, embostar la tierra, sembrar y dentro de 3 meses vamos a tener verdura, rúcula puede haber en algunas semanas, pero todo lo demás lleva tiempo”.

En las quintas de Monte Vera y la zona se siembra hoy, en su mayoría, hortalizas de hojas verdes. Ya no se cosecha el tomate porque el proceso lleva mucho tiempo y no hay rentabilidad. En cambio, optan por la lechuga crespa, acelga, verdeo, zanahorias, repollo, berenjena y zapallito. La rúcula, por ejemplo, se puede cosechar en unos 30 días, para colocarla a la venta. Pero las últimas lluvias lo destruyeron todo y el suelo ya no absorbe nada.

Si bien es un problema cíclico la diferencia es que ahora “no hay políticas públicas efectivas de ayuda al sector”, dice el gremialista Di Pasquale. “Encima todo está dolarizado, los alquileres subieron un 30 por ciento, con contratos que son manejados por los dueños, se compraron un montón de plantines y se pudrieron, por lo que recién habría producción en dos o tres meses, si es que mejora el clima”.

“Mientras tanto los quinteros no tienen para comer. Hay que limpiar la tierra, pasar el disco de arado, volver a sembrar y esperar que el clima ayude”. Y una lata de semillas de lechuga de 400 gramos (se siembran unos 60 a 80 líneos) que hace 3 años costaba $ 300 hoy les cuesta $ 3 mil.

Piden ayuda

El año pasado los quinteros recibieron ayudas individuales de Producción “sin una política a largo plazo”, se quejaron. El impacto alcanzará a los consumidores ya que el 60 por ciento de las verduras que se consumen en Santa Fe llegan desde el cordón verde de la zona de Monte Vera.

Al no haber producción la ciudad se desabastecerá y buscará verduras en otro mercado, con el consecuente incremento de costos. Así, “en una verdulería de barrio la acelga va a costar 50 pesos, por ejemplo”, advierten.

Por otra parte, al estar “ahorcados” económicamente se ven imposibilitados de producir. Esto impacta en la tierra, en la calidad del suelo, su riqueza de minerales, y en los precios y la alimentación de los santafesinos. Y a largo plazo también impacta porque ante la crisis muchos propietarios de campos optan por lotearlos para construir viviendas y los trabajadores migran en busca de changas. En 2001 se sembraban 3.380 hectáreas, pero la superficie cayó a menos de 800 hectáreas en la actualidad. Así avanza la urbe y las quintas quedan “encerradas” en los barrios, como ya ocurrió en Ángel Gallardo y Monte Vera en los últimos años. Por ello “el problema de la tierra es central”, finalizó advirtiendo Di Pasquale.




 



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