Link completo de la nota: http://www.miradorprovincial.com/?m=interior&id_um=189593

07-02-2019
Línea 145

Reconocer la trata como delito, para poder ayudar

Reconocer la trata como delito, para poder ayudar
Conocer cómo se materializa el encantamiento, la seducción para atraer víctimas a la red de trata es fundamental para mantenerse alertas. Aunque es una parte de todo el problema. Luego está el papel del Estado, los municipios y las ONGs para controlar, denunciar, sancionar y desbaratar las organizaciones criminales. En la entrevista que sigue se aportan claves para entender un tipo de delito complejo, que es naturalizado o sencillamente se lo invisibiliza o se lo relativiza.

Valeria Robín
[email protected]

Las ciudades que habitamos y nos habitan nos pueden conectar con nuevas experiencias, con prácticas saludables, como asistir a un teatro, a una biblioteca, disfrutar de una caminata al aire libre, asistir a la escuela o la facultad, conocer gente interesante. Pero también, acaso no demasiado lejos de allí, hay otros lugares, escondrijos dentro de la misma comarca que operan en la penumbra a plena luz del día, que devienen en situaciones sórdidas, de explotación y humillación, donde los derechos humanos pueden verse totalmente vulnerados.

En efecto, el mundo de la mano extendida y abierta para formarse, trabajar, progresar, tener una mejor calidad de vida, disfrutar de los seres queridos, es –al mismo tiempo– un huésped, un escondite perfecto en el que puede expandirse un negocio ilícito como la red de trata de personas.

En la telaraña de la trata confluyen contactos virtuales con personas reales, que se disponen de una manera encantadora para aprovecharse de la confianza. Hay situaciones de todos los tipos, pero lo más frecuente es que al comienzo se nos muestren seductoras, amables, comprensibles: el infierno llegará después, cuando bajamos la guardia. Por eso resulta valioso dialogar sobre su experiencia en la materia con la coordinadora del Consejo Provincial Contra la Trata de Personas del Ministerio de Gobierno y Justicia de Entre Ríos, Silvina Calveyra. Es una “industria” que muta permanente, que asume distintas formas, que se entrecruza con otras zonas de la delincuencia como el narcotráfico, pero que mantiene su esencia. La funcionaria cree que la prevención es posible y que el control y castigo del delito es absolutamente necesario.

“Desde el Consejo se ve una clara decisión y voluntad política para combatir este tipo de delitos. Y para combatirlo, lo primero que se debe hacer es prevenir, para luego erradicar. Siguiendo esa línea de trabajo, iniciamos la campaña de sensibilización que llamamos ‘La trata existe’, que consistió en diferentes spots que se hicieron con el Instituto Audiovisual de la Provincia, y el equipo de prensa del Ministerio de Gobierno”, prologó Calveyra. Un rato antes, en Pellegrini y Urquiza, un movilero de la televisión la había entrevistado al paso por otro tema recurrente: la intención de bajar la edad de punibilidad. Ahora, se sometía amablemente a preguntas que intentaban ir al fondo de la cuestión. La entrevistada tiene una postura, incluso corporal, que no pasa desapercibida: impone cierta autoridad en primera instancia, aunque luego ese carácter le irá abriendo paso a la información que comparte sin reservas, a la espera de que el mensaje en la botella llegue, vaya a saber a qué costas.

Herramientas

“Se trató de un material gráfico que consiste en afiches y folletería donde se informa sobre la línea 145 y algunos conceptos para visibilizar la problemática, porque muchas veces nos encontramos con que la explotación sexual está naturalizada por las asimetrías de poder y principalmente por el patriarcado”, enunció, al indicar que “a través de la campaña, apuntamos a brindarle algunos conceptos y herramientas al ciudadano común, para que pueda advertir que quizás tenga muy cerca suyo una situación vinculada a la trata y que no la esté viendo”. La campaña apuntó a la ciudadanía en general, pero puso especial esmero en los efectores públicos, las fuerzas de seguridad, la justicia, y el poder judicial porque naturalmente están en mejores situaciones de ver la punta del hilo, antes de que la esclavitud se desoville.

Denuncia

Luego agregó un aspecto fundamental. “La primera señal que hay que tener en cuenta en materia de violencia (porque la trata también es eso) es la denuncia: hay que realizarla para generar la alerta, que implica activar distintos organismos especializados desde el Estado”. A esta cuestión en muchos casos se la evita, sobre todo cuando logramos sortear las trampas del laberinto de explotación: nos damos por satisfechas si vivimos para contarla, cuando muchas veces nuestra experiencia puede servir para desbaratar una organización.

“En lo personal, yo soy partidaria de que las denuncias se hagan en las fiscalías”, sostuvo, no sin aportar que “si hablamos de una presunción de trata, habrá que hacer la denuncia en la Fiscalía Federal de la jurisdicción, sino en las fiscalías ordinarias y también obviamente en la policía de cada jurisdicción y la División de trata que también recibe este tipo de denuncias”.

Es decir, “Juzgados federales, Juzgados provinciales, Juzgados de Paz o la Policía, lo que tengamos más a mano; así nos aseguramos que la situación no pasará a mayores”.

La confianza

Si nuestras ciudades se vieran como maquetas, las podríamos mirar en detalle con ayuda de un zoom. Ya no habría sólo distancias que recorremos sin prestar cuidado, relaciones adocenadas, anómicas, rostros que no nos dicen mucho, “contactos” con los que matamos el tiempo: junto a la honestidad y el gesto solidario, la corrupción, la inhumanidad emergerían entre los paralelos y los meridianos de esos territorios.

Cuando se repasan los casos de personas que se han desprendido de la situación de trata, se ve con claridad que el paso inicial es la manipulación: alguien se pone de nuestro lado y busca aislarnos; se propondrá como el puente para alcanzar lo que se nos niega y merecemos (trabajo, respeto, cariño, etc.); la puja emocional se escenificará hasta que se rompen los lazos cercanos –muchas veces, débiles–; así, la víctima depositará su confianza en el primer eslabón de la red de trata.

Hoy día, las redes sociales funcionan como una ciudad dentro de la ciudad: sus paredes están hechas de millones de mensajes, posteos, intercambios de opiniones, videítos graciosos o sentimentales, interacciones banales con personas nunca antes vistas, un sembradío de ‘me gusta’ y emoticones prepara el terreno para el diálogo formal que siempre empieza por temas generales, que puede incluir la realización de un favor o una gestión, falsas manifestaciones de interés por los temas que nos preocupan hasta que, irremediablemente, en algún momento crecerá en intensidad y se personificará: de la seducción al dominio.

Calveyra comparte que la trata de personas es un delito complejo pero, al mismo tiempo señala que, a través de las redes de alerta y algunos tips, es posible prevenir. A la propuesta de que comparta algunos, añade: “siempre hay que fijarse si la persona que se extravió o se fue se llevó sus documentos, sus pertenencias; No hay que intentar acceder a las redes sociales de la persona desaparecida si no se sabe la clave, porque muchas veces al tratar de ingresar con una clave errónea, bloquen la cuenta sin querer”.

Al subrayar que “el 50% de las víctimas de trata hoy día son captadas a través de las redes sociales” también señala que “en la misma medida en que pueden resultar un riesgo, son una herramienta valiosa a la hora de buscar una persona”. Esa información, junto a otra, en torno a sus vínculos y movimientos, ayuda a establecer el entorno de la persona que se busca.

Siempre, es mejor hacer circular cuanto antes fotos actualizadas con el pedido de paradero. Y no hay que dejarse convencer cuando alguien sugiera no apurarse a hacer la denuncia (no una simple exposición), no importa si es un vecino, un familiar, un amigo o la mismísima policía. Es la denuncia la que activa todos los protocolos: hay que entender bien eso. “No se debe esperar un minuto, sobre todo si la persona está extraviada o desaparecida”, insistió Calveyra.

Mapa

–Si dependiera de usted, ¿qué programa reforzaría? ¿Cuál de todas las acciones que están en marcha le parece que habría que profundizar?

–Como primera medida armaría un mapa de la realidad provincial. Es decir, recolectar y sistematizar información suficiente para producir un registro detallado de la trata de años anteriores, porque no es suficiente un corte anual, sino que tenemos que visibilizar la experiencia de años anteriores y establecer relaciones y proyecciones para ver si fue decayendo la problemática o no. Esto nos permitiría potenciar las políticas públicas.

En un plano más personal, otro aspecto que es necesario fortalecer es la asistencia y acompañamiento a la víctima, principalmente a la hora de garantizar derechos humanos fundamentales como el trabajo y la vivienda. Es necesario resolver el problema del alojamiento para las víctimas, una vez que son rescatadas.

De hecho, estamos analizando la posibilidad de contar con un refugio porque normalmente estos lugares tienen que ser de máxima seguridad. Lo ideal sería contar con un refugio por región para que quienes se encuentran en los operativos y allanamientos cuenten con una vivienda de máxima seguridad, porque las personas que son rescatadas de la trata se encuentran en riesgo y totalmente vulneradas no solamente física sino psíquicamente.

–No habló de mayores recursos…

–Es verdad, pero no lo soslayo. Muy por el contrario. En la provincia damos la discusión y creemos que somos escuchados. Igual, debe haber una decisión política a nivel nacional que contemple un presupuesto cierto y suficiente cuando hablamos de cuestiones vinculadas al maltrato, la violencia y la esclavitud porque son delitos aberrantes, que van contra la integridad sexual. Se trata de delitos que vulneran los derechos humanos de las personas, y eso se debe fortalecer a nivel nacional para que las provincias tengamos más recursos, no sólo para prevenir sino para acompañar a las personas que están en esta situación, durante el proceso y posteriormente.

La guardia alta

“En el marco de la compaña Verano Seguro estamos recorriendo las camineras y límites provinciales para hacer que se visualice el delito de la trata, a través de la campaña ‘Si vas a Viajar, asegúrate de poder Volver’. Con esta iniciativa, la idea es reforzar los operativos de prevención que se llevan a cabo en las rutas entrerrianas”, contó Calveyra, quien luego apuntó los recaudos que es bueno tener en cuenta a la hora de viajar:
- Informarse bien y preguntar sobre cada oferta de trabajo que se reciba;
- Aprender el idioma si se viaja al exterior;
- No entregar jamás a nadie el pasaporte o DNI;
- No perder el contacto con los familiares o amigos;
- Notificar la presencia al consulado más cercano;
- No dejarse engañar por grandes promesas.

El dato

El dato para destacar es que desde que se llevó a cabo la campaña de sensibilización del gobierno de Entre Ríos, la línea 145 incrementó la cantidad de llamadas recibidas. Y desde enero de 2018 (sobre un total de 198 denuncias a nivel nacional) en Entre Ríos no se registró ninguna. En tanto, en agosto, con la difusión de la campaña, hubo unas nueve denuncias relacionadas con la problemática, que derivaron en investigaciones judiciales y actuaciones de las fuerzas de seguridad, y seis pedidos de orientación, es decir llamadas recibidas en la línea a modo de consultas donde la ciudadanía asocia la trata de personas y las vincula en ocasiones a otras problemáticas.


 



miradorprovincial.com - Copyright 2024