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11-04-2019
Arpaterapia

“Los procesos de atención ameritan este tipo de terapias”

“Los procesos de atención ameritan este tipo de terapias”
Así lo afirma María Emilia Gagneten, quien realiza esta práctica, entre otros lugares, en el Hospital de Niños de la capital provincial. “Entrego todo lo que sé, me abro dentro de mis conocimientos”.

Juan Ignacio Rodríguez
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El arpa es un instrumento de cuerda pulsada formado por un marco resonante y una serie variable de cuerdas tensadas entre la sección inferior y la superior. El sonido se obtiene al tocar las cuerdas con los dedos. El músico que lo toca se llama arpista, que sería el caso de María Emilia Gagneten, quien desde hace un tiempo se dedica al arpaterapia.

“El arpa como instrumento siempre me gustó y hace unos años empecé a incursionar en el tema, primero con una profesora particular, luego unos años en el liceo y después estudié arpaterapia. Hice un curso que tiene como sede San Diego, en California, por ende es a nivel internacional. Me capacité online, mandando grabaciones, comentarios y todo lo necesario, y después hice otra parte presencial, tanto en Estados Unidos como en Belo Horizonte, Brasil. En ambos lugares hicimos clases prácticas en hospitales, centros de día y entre los alumnos mismos”, comenzó diciendo Gagneten.

En Santa Fe comenzó haciendo talleres en su casa para los interesados en el arpa, a quienes les gusta el sonido; también en las escuelas, fusionando la música del instrumento con cuentos.

De esta manera María Emilia se fue acercando al Hospital de Niños Orlando Alassia. “Es el tercer año que vengo de manera consecutiva. Empecé luego de contactarme con las mamás sustitutas. Con ellas estuvimos charlando previamente, les comenté de qué se trataba lo de arpaterapia y les gustó enseguida. De a poco, una vez iniciada mis actividades, me fueron indicando por donde podía andar, como por ejemplo en las salas de espera. Una de las psicólogas me llamó para preguntarme si podía estar un rato en ese lugar. Entonces estoy unos minutos junto a los chicos antes que los atiendan”.

La artista también concurre a las salas de cuidados intermedios y moderados (CIM 2 y 3) y de oncología, donde siempre tiene muy buenas experiencias con los chicos y con sus padres.

Neonatología es otros de los sectores que visita con su música. “En neo muchas veces nos reunimos con las madres, hacemos un círculo y mientras acunan a sus bebés yo toco melodías. Ellas van siguiendo el ritmo, a veces cantan un poco. Lo que ocurre es que la vibración de cuerda del arpa, no tiene interferencias de otras partes del instrumento. Entonces llega directo a la persona con la que estamos. Ese sonido, según lo que toco, los tranquiliza, si esa es la intención, o les levanto un poco el ánimo, según cómo están los chicos. Pero lo fundamental en todo esto, es la intención de uno con que lo hace, el sentimiento que le pone y cómo llegar a los demás. Todo eso es lo que vuelco a través de este instrumento”.

Según cuenta Gagneten, los chicos más grandes primero miran, evalúan y preguntan de qué se trata el arpa, teniendo en cuenta que no es muy conocido. Pero les gusta, les atrae. “Empiezo a tocar, después los invito a que pulsen las cuerdas y sientan la vibración en la caja acústica. De esa manera toman confianza con el instrumento y conmigo. Entonces la melodía que van escuchando, les llega profundamente y lo vamos notando a medida que nos quedamos más tiempo juntos”.

En un hospital, lógicamente, hay momentos de todo tipo. “Una vez llegué a una sala donde la nena estaba muy inquieta y la mamá muy nerviosa. Entonces entré, me fijé cómo es el ambiente y siempre en esos lugares lo que priman son los ruidos de los distintos aparatos que en definitiva son los que ayudan a los niños a recuperarse. Ahí surge la pregunta acerca de qué puedo hacer yo para amigarles ese momento. Me pongo a ver y escuchar el aparato que está sonando y trato de imitarlo con el arpa, y sobre eso luego armé una melodía. De a poco la nena en cuestión se fue apaciguando hasta quedarse dormida. Eso le hizo bien a la madre al notar cómo se tranquilizó la hija, y para la nena también porque tuvo su momento de relax”.

“Es difícil, pero trato de no involucrarme más allá de la tarea que vengo a hacer, porque sino me tendría que quedar todo el día en el hospital. Así y todo no solucionaría ciertas cosas, porque no están a mi alcance. Sólo vengo a ayudar un poco”.
María Emilia Gagneten
Artista




 



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