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22-04-2019
Observatorio político

La trama fina de un resultado electoral con particularidades

La trama fina de un resultado electoral con particularidades
Suele pensarse en Juan Bautista Alberdi cuando se pronuncia esa sentencia que da cuenta de un derecho: nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo. La vigencia del enunciado trasciende las consideraciones estrictamente constitucionales o jurídicas; de hecho, son aplicables a la vida cotidiana e, incluso, a la práctica política. Conviene tenerlo en cuenta en instancias como las que atravesamos, repletas de evaluaciones interesadas, animadas más por un afán propagandístico que por el ejercicio ciudadano de pensar escenarios.

Mirador Entre Ríos
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El día después de las PASO en Entre Ríos, puso de relieve varias postales dignas de ser tenidas en cuenta. En primer lugar, merece destacarse la alta participación registrada, que en algunos lugares como Gualeguaychú trepó a más del 80%. Si cuando el porcentaje se ubica entre el 60% y el 70% se le suele caer en peso a la política, al sistema de partidos y a las estrategias proselitistas que empujan al desinterés a franjas tan amplias del electorado, corresponde señalar que en este caso –mucho más tratándose de PASO– la coyuntura político-electoral logró generar interés en la sociedad.

Otro dato clave es la alta polarización registrada en la categoría de gobernador y vice: dos frentes (Creer Entre Ríos y Cambiemos) concentran más del 90% de los votos emitidos y entre las otras cuatro expresiones ninguna supera el 3%. Así, está claro que el 9 de junio la puja fundamental se circunscribirá a las fórmulas Bordet-Stratta y Benedetti-Hein.

El tercer rasgo destacable es la diferencia registrada a favor de Creer Entre Ríos: no sólo por lo que indica la distancia porcentual (casi 25 puntos) y numérica (160.000 votos) sino por el desarrollo territorial homogéneo que ha tenido el triunfo oficialista, abarcando ciudades importantes y pequeñas localidades, del campo y la ciudad. Nadie debe ofenderse si se asegura que, en situaciones normales, podría esperarse que Bordet alcance su objetivo reeleccionista.

Naturalmente, Cambiemos producirá una evaluación, departamento por departamento, ciudad por ciudad, y más temprano que tarde se fijará como primer objetivo encontrar una estrategia que le permita recuperar terreno y, si eso ocurriera, ir viendo, en el transcurso de los días y las semanas, si el milagro de revertir el resultado es posible.

Para atrás

Lo peor que le puede pasar a Cambiemos (y a cualquier otra fuerza) es caer en el derrotismo: si está abajo en los guarismos hay que ir paso a paso: intentar ganar un concejal más, evitar seguir cayendo para que una tercera fuerza no les arrebate un diputado provincial, agregar un representante más en el Senado. Y, en esa dinámica, no es descabellado que la fuerza se recomponga en algunos distritos y hasta se quede con gobiernos locales que hoy parecen perdidos. ¿Puede revertirse la adversidad del resultado provincial? Es difícil, pero no imposible: dependerá de las estrategias que construyan desde Creer Entre Ríos y Cambiemos y de cómo las visualice la sociedad. Al día de hoy, de cualquier manera, todo parece encaminado a que en siete semanas sea confirmada la fórmula Bordet-Stratta.

Cambiemos tiene un riesgo más, aún en el escenario de que pierda, lo que ya es una mala noticia si se consideran las performances de 2015 y 2017. Es que un eventual triunfo de Creer Entre Ríos le asignará un número fijo de diputados provinciales para la gestión 2019-2023; al resto de los integrantes de la Cámara lo resolverá el polígono de fuerzas restantes. En otras palabras, siempre en este esquema que está siendo imaginado, un colectivo de los que aspiran a ser “tercera fuerza” deberían fijarse como objetivo supremo quitarle un diputado a Cambiemos si quieren entrar a la Legislatura. Es así de sencillo, cualquiera podría verlo: emparentarán la gestión nacional con Cambiemos Entre Ríos e intentarán captar los votos antimacri no peronistas.

Como se ve, es un ajedrez sumamente interesante porque obligará a Cambiemos a defenderse tanto del oficialismo provincial como de los partidos denominados chicos, desde una posición de debilidad.

En el oficialismo, hay una cuestión importante, que en los discursos se soslaya o se dice al pasar: Bordet defendió hasta ahora una forma de gestionar, basada un poco en el equilibrio de las cuentas públicas y otro poco en la articulación de políticas estatales desde las que fortaleció el vínculo con las redes dirigenciales y sociales en cada territorio y generó alianzas sinérgicas. Ahora, comienza otra campaña en la que tendrá que proponer un programa para los próximos cuatro años y justificar ante la sociedad el pedido de confianza.

Contradicción

Los resultados de las PASO contradicen a los encuestadores que extrapolaron más de la cuenta por el hecho de que Cambiemos aparecía en los sondeos con mejor aceptación que la que tenían los nombres propios de los precandidatos que la conformaban. Muchos de estos investigadores de la opinión pública y el humor social no lograron advertir el fenómeno real, no pudieron ponderarlo; sólo lo indujeron, equívocamente, influidos por un tipo de análisis periodístico que viene mezclando la sana gimnasia de interpretar la realidad con la operación política lisa y llana.

Una impresión –que intentará ser fundada– es que, al menos en Entre Ríos, Cambiemos ha dejado de ser ese el sello aquel que transformaba en triunfo electoral lo que tocaba. Una posibilidad es que en las PASO el electorado haya estado más atento a los referentes provinciales o locales, a sus gestos, a expresiones y a propuestas, que tampoco fueron numerosas ni deslumbrantes, por cierto.

De hecho, empujado por una noción algo elemental de la mercadotecnia política hicieron que el propio presidente Mauricio Macri se sumara a la campaña de apoyo a Atilio Benedetti y Gustavo Hein, en el tramo final de la campaña. El mandatario, cuyas acciones cotizan en baja, visitó Gualeguay y Gualeguaychú, lugares donde el oficialismo nacional pensaba ganar. En los pagos de Juan L. Ortiz recorrió obras financiadas por la Nación y otras pagadas por el gobierno provincial, como el acceso a Puerto Ruiz. En Gualeguaychú, le dedicó horas a una reunión de trabajo con productores agropecuarios en la que, aseguran, él mismo tomaba nota de las sugerencias y reclamos. Pues bien, en ambos lugares Cambiemos perdió.

Influencias

El repaso puede continuar. En Gualeguaychú (como en Concordia) equipos de expertos cercanos al PRO condujeron la campaña, lo que puede haber demandado una jugosa inversión. Y también se perdió.

En Paraná, el precandidato a intendente Emanuel Gainza encaró la experiencia presentándose como delfín de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, tal como revelan los afiches y los spots. De manera que la lista cuyo “gran elector” era semejante tándem, obtuvo en Paraná 19.608 votos (casi el 15% de los 141.110 efectivamente emitidos para la categoría de intendente), cantidad que Gainza y los suyos festejaron, acaso justificadamente, pero que al mismo tiempo dan la medida del nivel real del imaginario Cambiemos en la ciudad, que no lo representa Sergio Varisco ni tampoco Gustavo Curvale, dirigentes más típicamente radicales, aún con sus profundas diferencias. Lo dicho, algo se desvaneció en el aura Cambiemos y esa es una de las notas fundamentales de la jornada del domingo pasado.

Fantasma

Concluidas las PASO, de las evaluaciones se evaporó al mentor de los acuerdos electorales de Cambiemos Entre Ríos, con sus fortalezas y sus limitaciones. Uno de los hombres de confianza del Presidente bien podría ser caracterizado como el “candidato fantasma”, cuyo nombre no apareció en ninguna lista y sin embargo encabezó más de un acto presentando la fórmula para gobernador y vice: el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

Si hubiera ganado, razonablemente se pudo haber alzado con el primer premio al gurú político, del mismo modo que ahora que se perdió por un margen no esperado ni por propios ni por extraños, tendrá que asumir que este armado es producto completo de su sentido de la autoridad y de su olfato político.

En Islas, fue derrotado el candidato de Frigerio

Fabián Murilla, actual intendente de Ibicuy y precandidato a senador por el Departamento Islas, se enfrentó al postulante de Rogelio Frigerio en la interna de Cambiemos y logró un aplastante triunfo: obtuvo el 70.55% de los votos, contra el 29.23%.

Con boleta de un solo cuerpo, el precandidato a senador por Cambiemos se enfrentó al candidato de Frigerio, José Luis Regalado, en las PASO del Departamento Islas.

Murilla se impuso en Ibicuy, en Médanos, en Ceibas y en Ñancay. Sólo perdió en Villa Paranacito, ciudad de origen de Regalado.


 



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